Esa decisión fue rechazada por unos 30 residentes, quienes se niegan a rendir otra vez porque consideran que las notas de la primera evaluación, que fue aprobada en 742 casos, son legítimas. Por eso recurrieron a la vía judicial del amparo. De esta manera pretenden mantener en suspenso la medida hasta tanto se resuelva la cuestión de fondo.
Los abogados que llevan adelante la presentación, Romina Gavira y José Luis Ceballos, también prometieron agotar los pasos administrativos dentro de la Facultad. Y afirman que sus patrocinados se sienten "indignados" porque las pruebas se tomaron de acuerdo a un reglamento. Los médicos no se niegan a rendir otra vez por temor a reprobar, sino porque consideran que se trata "de un trastorno" y una "pérdida de tiempo", según la aclaración de los letrados.
El vicedecano de Medicina, Juan José Daloisio, le confirmó a Clarín que hasta el momento no llegó ninguna notificación oficial de la Justicia de no innovar lo resuelto la semana pasada. Aunque admitió, inquieto, que luego de tomarse el segundo examen la Justicia podría dar por válido el primero. Daloisio descartó además la posibilidad de que se utilice custodia policial para controlar a los residentes. "Mientras estemos nosotros, la Policía no va a entrar", afirmó.
Hasta el ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, se involucró en el tema. Ayer, en Rosario, opinó que lo sucedido es "muy grave, una falta de ética y responsabilidad porque la Universidad tiene que velar también por actitudes éticas".