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Clarín-Sábado 8: PELEA POR EL ELECTORADO DE LA UBA

ALBERTO KORNBLIHTT, CIENTIFICO. ALTERINI, DECANO DE DERECHO.

ALBERTO KORNBLIHTT, CIENTIFICO
"Sueñan con la UBA como un botín de guerra"
 
Horas antes de que el jueves volviera a suspenderse la Asamblea Universitaria para elegir rector de la UBA, se lo candidateó al rectorado: Alberto Kornblihtt (51) es investigador del Conicet, profesor y jefe del departamento de Fisiología y Biología molecular y celular. Y hoy representa a sectores de centroizquierda y a las facultades de Filosofía y Letras, Arquitectura, Ciencias Exactas y Ciencias Sociales.
 
—Cuando el rector Jaim Etcheverry debió suspender oficialmente la Asamblea, los seguidores del doctor Alterini organizaron una asamblea paralela en la Facultad de Farmacia. ¿Qué opinión le merece?
 
—En los 70, había gente que decía: "Si la guerrilla hace atentados, yo tengo derecho a romper también la ley en represalia". Salvando las distancias, es el principio que aplicaron: "Hay una manifestación estudiantil impidiendo la Asamblea, entonces rompo la legalidad organizando otra Asamblea, sin el resto de los consejeros. Es interesante. Muestra una manera de hacer política: la que busca la avivada. Muestra también que son la vuelta al shuberoffismo, a la UBA como su botín de guerra. En ese contexto, y con los antecedentes políticos de Alterini, lo alarmante sería que los estudiantes no protestaran.
 
—¿Negociaría con los alterinistas para llegar al rectorado?
 
—Hay dos condiciones que impuse para representar este espacio. Que sólo voy a presentarme y hablar ante una asamblea universitaria pública, abierta. Y que no hago arreglos con gente que no quiera votarme. No tengo ambiciones por ser rector: mi vida académica y de investigador me apasiona. Y es exitosa gracias a la Universidad de Buenos Aires y a la educación pública y gratuita. Eso da orgullo y genera deudas que en un momento de la vida uno decide cumplir.
 
—¿Qué universidad impulsa?
 
—Un centro de investigación y no sólo de docencia que forme en la capacidad de investigar, experimentar no sólo a los que estudian ciencias. No podemos tener profesionales que sepan trabajar pero sin pensamiento crítico, porque así la Universidad se convierte en un "enseñadero": transmite lo que dicen los libros pero no produce conocimiento.
 
—¿Cuán lejos está hoy la UBA de ese modelo de universidad?
 
—En facultades como la mía, donde hay mucha gente con dedicaciones exclusivas, estamos muy cerca en términos de reservas humanas, intelectuales, estudiantiles. Pero no es posible donde el que enseña no cobra ni puede dedicarse a investigar. Hace falta más presupuesto porque hoy financiamos la gratuidad con nuestros bajos sueldos. Pero también es un tema de movilización: acá, graduados, estudiantes y profesores nos movilizamos para normalizar los concursos en todos los niveles.
 
—Se habla mucho de volver a conectar la universidad con la reactivación productiva.
 
—Para eso hay que orientar estudiantes hacia la ciencia y la tecnología, que tanto aportan al país. Y eso —volvemos al tema— no se hace sin pagar investigadores con dedicación exclusiva, que son los que generan ciencia y técnica. Pero ojo: no es lo mismo que la universidad transfiera tecnología y conocimiento, que convertirla en un negocio para el sector privado, que usufructúe sus recursos humanos y materiales, en lugar de invertir en ella.
Alejandra Toronchik atoronchik@clarin.com  


ALTERINI, DECANO DE DERECHO
"Falta que digan que voy a hinchar por Brasil"
 
—¿Todavía se siente futuro rector de la Universidad de Buenos Aires?
 
—Me siento un candidato con un apoyo significativo de un grupo pluralista, que tiene una organización horizontal y que actúa sin sectarismos, sin exclusiones y sin ofender a los opositores.
 
—¿Qué dice de las versiones acerca de que sus futuros electores elegirían otro hombre para encabezar la lista?
 
—No son ciertas. Es otro operativo de confusión que se montó en mi contra.
 
—¿Cómo valora la flamante candidatura al Rectorado de Alberto Kornblihtt?
 
—No lo conozco personalmente pero sí su trayectoria académica. Y creo que detrás de él se atrinchera un sector que está tratando de desprestigiarme en lo personal, cuando lo que corresponde es dialogar y encontrar caminos comunes para llegar a la gran universidad que merece una Argentina que transita hacia el progreso.
 
—Usted habla de diálogo y el rector Jaim Etcheverry calificó a la "asamblea autoconvocada" que realizaron sus seguidores el jueves en la Facultad de Farmacia, como "el ejercicio del poder discrecional de las mayorías".
 
—En primer lugar no acepto el término autoconvocada. La Asamblea Universitaria convocada por el rector en el Colegio Nacional de Buenos Aires había fracasado, entonces nosotros la constituimos en Farmacia con la presencia de 133 (de un total de 236) asambleístas. Fue la única que logró celebrarse abierta y en paz. Y a pesar de haber alcanzado el quórum no tomamos ninguna decisión porque creemos en la democracia y faltaba la participación de la minoría.
 
—¿A qué dedicaron la sesión?
 
—Le encargamos al decano de Farmacia, Alberto Boveris, como presidente provisional de la asamblea, que invitara a Jaim Etcheverry a concurrir para presidirla y para fijar la fecha de su efectiva realización. Pero no lo pudimos ubicar.
 
—Circularon versiones de que se planteó elegir al nuevo rector.
 
—Otra mentira. Ninguno de los asambleístas lo planteó.
 
—¿Cómo se sale de este conflicto?
 
—Logrando que la Asamblea Universitaria pueda funcionar. Y esta responsabilidad recae sobre el actual rector Jaim Etcheverry que no logra cumplirla.
 
—Esta puja alrededor de su candidatura ¿le restó seguidores?
 
—Todo lo contrario. El 3 de marzo publicamos una solicitada con 127 asambleístas adherentes y el jueves, en la Facultad de Farmacia, había 133. Es decir, sumamos gente a la discusión racional.
 
—¿A qué lo atribuye?
 
—A que la comunidad universitaria es pensante y no compra infamias. Por eso pienso que tengo el apoyo que tengo y que conservo.
 
—¿No pensó nunca, entonces, que su candidatura perdía legitimidad?
 
—De ninguna manera perdí legitimidad porque toda la campaña en mi contra es una infamia, que de seguir así será una manifestación muy clara de una persecución discriminatoria.
 
Porque no se quedaron con nada por decir. Primero dijeron que yo era muy viejo, después que fui procesista, que conmigo vuelve el shuberoffismo y que construyo repartiendo cargos. Falta solamente que digan que voy a hinchar por Brasil en el próximo campeonato mundial de fútbol.
Liliana Moreno limoreno@clarin.com  

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