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Clarín: Un estudio asegura: el 4 por ciento de los estudiantes de la UBA está en \"riesgo psicológic

El dato corresponde a una prueba piloto de la Dirección de Salud de la UBA que, este año, comenzó una evaluación para detectar eventuales patologías y orientar a los jóvenes. La iniciativa busca prevenir trastornos de ansiedad o depresión en las aulas.

01 de octubre de 2004, 11:28.

La masacre ocurrida el martes en Carmen de Patagones disparó el alerta. ¿Se puede prevenir una tragedia de este tipo, de qué modo? ¿Cómo detectar el riesgo de los trastornos y carencias que afectan a los jóvenes argentinos? En este sentido la Universidad de Buenos Aires (UBA) ha comenzado a evaluar a sus alumnos para detectar eventuales patologías. La iniciativa, que tuvo su prueba piloto en 2003, arrojó resultados por demás elocuentes: de 1300 alumnos, el 4 por ciento presentó un riesgo psicológico potencial.

“Un desenlace como el de Patagones puede pasar pero esta herramienta, que se instrumenta junto con el examen médico obligatorio, le da mucha información a la UBA y es indispensable para la contención del estudiante en las aulas\" asegura Silvia Quesada, jefa del servicio de psicología de la Dirección de Salud de la UBA. Precisamente esta institución fue la que puso en marcha el test obligatorio para auscultar los probables trastornos depresivos o de ansiedad latentes en el estudiantado. La idea es clara: visualizar a tiempo estas perturbaciones para que puedan ser controladas desde el momento en que los alumnos ingresan a las aulas.

El 70 por ciento de los estudiantes examinados el año pasado tenían entre 19 y 25 años. Se trataba de alumnos comprendidos entre el CBC y el segundo año de la carrera. Cada uno de ellos debió responder un cuestionario de la Psiquiatric Epidemiologic Research Interview de los EE.UU., adaptado en la Argentina por la prestigiosa académica María Martina Casullo. La especialista, que lideró una investigación sobre los motivos de consulta psicológica en la universidad, cuenta que los docentes \"además de detectar eventuales problemas, convocan a entrevistas individuales y orientan a los chicos. Incluso si es necesario los derivan a tratamiento\".

Según el estudio, en los varones los síntomas son más severos. El informe plantea que, en muchos casos, tienen grandes dificultades para simbolizar sus problemas, les cuesta abrirse y creen que sus conflictos son vistos como cuestiones propias. “Hay que advertir este tipo de casos en los que los alumnos no salen a pedir ayuda, ahí es donde encuentra su razón de ser la implementación del estudio”, sostiene Casullo. Y su colega Moira Pelayo aclara: “La acumulación de angustias puede provocar en un joven retraído reacciones violentas como la de Patagones. Las consecuencias siempre son trágicas para sus vínculos, para terceros y para ellos mismos, porque ya nada será igual\".

Uno de los problemas que más afecta a los jóvenes estudiantes es el denominado Trastorno Obsesivo Compulsivo. “Los chicos vienen con mucha ansiedad por lo que les va a deparar el futuro profesional y con muchos problemas de familia. Los cuadros depresivos producto de este cóctel que provocó la crisis social de estos últimos años, donde se mezcla la economía, el vértigo de la metrópoli y el drama de la inseguridad son cada vez más comunes”, sigue Pelayo. ¿Cuál es la magnitud del problema, cómo enfrentarlo?

María Isabel Lado, de la dirección de Salud habla de “un flagelo social al que urge atacar”. Y las estadísticas avalan su postura. De acuerdo con el estudio sobre \"Mortalidad por causas violentas en adolescentes y jóvenes de 10 a 24 años en la Argentina en el decenio 1991- 2000\", realizado en Buenos Aires, las muertes por causas violentas se incrementaron del 38 al 50 por ciento. Y otra vez el sexo masculino marcha al tope de los porcentajes. Así, en 1991, 5544 adolescentes y jóvenes entre 10 y 24 años fallecieron en la Argentina, mientras que en el año 2000 la cifra ascendió a 6686 por causas violentas.

Lado señala que las heridas causadas por armas de fuego son la segunda causa de muerte entre jóvenes de 10 a 24 años. \"En la Argentina, el porcentaje de homicidios en el grupo de 10 a 24 años casi se duplicó entre 1991 y 2000, pasando de 3.6 a 6.7 por ciento, fundamentalmente a expensas del sexo masculino\", dice Lado, mientras explica que la mayoría de estos homicidios fue cometida con armas de fuego. Aunque solo implica a una pequeña parte del problema, este primer paso dado por la UBA tiene un objetivo claro: ayudar a revertir las cifras más dolorosas.

Fuente: Universia www.universia.com.ar

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