Claudia Ermeninto (42) es delegada en Argentina de Médicos Sin Fronteras, una ONG médica internacional de acción humanitaria que actúa en conflictos armados, catástrofes naturales y de origen humano, campos de refugiados, epidemias y hambrunas, sin discriminación de raza, sexo, religión, filosofía o política.
MSF busca en Argentina médicos, enfermeros y expertos en logística para incorporar a esta moderna Torre de Babel humanitaria en la que trabajan 3.000 profesionales de 45 naciones —aunque este es un número que varía año a año— y que desarrolla misiones en más de 80 países.
Desde 2001, MSF seleccionó en sus oficinas de Córdoba y Buenos Aires a 31 médicos y legistas. Veinticinco son argentinos, doce estudiaron en Córdoba; seis en Buenos Aires; dos en Rosario y Santa Fe; y 1 en La Plata, Mar del Plata y Entre Ríos. Luego, tres son chilenos, dos uruguayos y uno peruano.
La semana pasada inauguraron en Córdoda una muestra fotográfica sobre la actividad de la organización en el mundo y han realizado numerosas reuniones de divulgación.
La búsqueda de médicos argentinos se plantea después de la polémica disparada por el ministro de Salud de nuestro país, Ginés González García. \"En Argentina —indicó— no hacen falta más médicos, sino mejores\" y propuso la limitación de nuevos ingresantes en las facultades. Justamente, en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) el argumento para imponer el cupo al ingreso de aspirantes a esta carrera es que no es adecuada la formación que reciben debido al elevado número de estudiantes.
—Dos tercios de los miembros seleccionados son del interior del país, ¿Por qué se da esa relación?
—Quizá, en Buenos Aires, por el tamaño de la ciudad es más difícil buscar y comunicarse. También ocurre que en las grandes urbes hay una fuerte tendencia a la hiperespecialización y nosotros necesitamos hacer medicina preventiva. Por ejemplo, no nos sirve un especialista en imágenes si a los lugares donde vamos ni siquiera tienen luz. Otro elemento es que Córdoba es un centro de excelencia y cantidad. Y ahora hemos puesto nuestra mirada en Tucumán, por la formación y práctica que adquieren en la Universidad Nacional.
-¿Por qué se diferencian los médicos argentinos?
—Tenemos muy buena calidad de formación y experiencia en tareas difíciles con pocos recursos. Entonces, cuando vamos a una misión funcionamos bien. Además, trabajamos bien en equipo. Eso es fundamental en estas acciones.
Esta ONG recibió el Premio Nobel de la Paz en 1999 y obtiene el apoyo de 2,5 millones de donantes en todo el planeta, aunque la mayor parte de ellos proviene de Europa. Alrededor del 80% de los gastos de MSF se financian con esos aportes individuales.
La institución nació en 1971, como consecuencia de las disidencias operativas y conceptuales con otros grupos humanitarios. Una de las diferencias fundamentales es su definición de que \"el silencio nos haría cómplices\". En ese sentido, señalan que \"no es suficiente con atender a las víctimas. Aunque no podamos asegurar que las palabras salvan vidas, sí sabemos que el silencio mata\", afirman en su carta de principios.
Un médico, enfermero o personal de logística o administración (maestros mayores de obra, arquitectos, contadores) que ingrese a MSF percibe unos 600 euros por mes en su primera misión, más unos 300 dólares en viáticos para su estancia en el país adonde fue enviado. Si una persona es seleccionada debe disponer de un año para su primera misión en el terreno y saber inglés o francés (es fundamental para la seguridad en los países donde trabajen, la comunicación y la capacitación).
La edad no es un factor determinante precisa Ermeninto, aunque explica que \"suele ser un poco más difícil la adaptación a los equipos de trabajo de aquellos que son más grandes. Es más difícil desprenderse de las vivencias personales, de sus costumbres. Por ahí los más jóvenes se adaptan con mayor rapidez, pero en MSF han trabajado personas de más de 50 años\", señala.
Los médicos deben tener experiencia (al menos la residencia hospitalaria) y una especialidad como clínica médica, pediatría, infectología, nutrición o medicina tropical. Quien ingresa a MSF establece un contrato voluntario por tiempo determinado (un año la primera vez y luego según el tiempo de duración de la misión), tiene seguros de salud (existe un riesgo elevado de contraer enfermedades) y de vida, y gastos de visado y traslado pagos. Entre otros requisitos está obligado a respetar los códigos culturales locales del país al que sea enviado. También, pueden acceder a especializaciones o cursos a cargo de la ONG. La contrapartida es que debe estar disponible para la organización los siguientes dos años.