Saltar a contenido principal Saltar a navegación principal

Clarín: Universitarios y solidarios: mientras aprenden, ayudan

En Económicas de la UNICEN los estudiantes lograron un ahorro de 135 mil pesos en entidades sin fines de lucro gracias al trabajo voluntario que hicieron desde 2002. La universidad cree que para recibirse tienen que pasar antes por una experiencia solidaria.

17 de mayo de 2005, 12:33.

Ahora parece que el tiempo también se puede medir en pesos. Tras dos años de haber iniciado un sistema de prácticas solidarias en instituciones de Tandil, la Facultad de Económicas de la Universidad del Centro de la Provincia de Buenos Aires (UNICEN) encontró que el trabajo voluntario de sus alumnos había generado un ahorro de 135 mil pesos en la ciudad. Mientras cientos de empresas anuncian los números de sus donaciones o contribuciones a organizaciones sin fines de lucro, en la casa de altos estudios decidieron calcular el valor monetario que representa la donación de tiempo. Es decir cuánto se ahorra una entidad en concepto de "mano de obra" gracias al aporte de los universitarios.

Al parecer, luego de analizar en detalle las más de 300 prácticas concretadas, el Programa de Desarrollo Profesional concluyó que un alumno le dedica a estas actividades en promedio un total de 120 horas durante su carrera. Para llegar al número final, los especialistas de la UNICEN consideraron el tiempo que insumió el trabajo voluntario como si fuera el mismo de una pasantía, que en esa ciudad se abona alrededor de $3.75 la hora. De ese modo se pudo obtener un monto representativo del trabajo y el ahorro realizado.

Los resultados son más que interesantes: en estos dos años los alumnos de Ciencias Económicas han donado algo más de 36 mil horas en fortalecer el desarrollo de las organizaciones. Con lo cual éstas pudieron reinvertir esos 135 mil pesos en aspectos relacionados con su actividad social específica y así atender a un mayor número de necesidades insatisfechas en la comunidad, con mayor calidad en el servicio. Tal como dio a conocer la Facultad, el trabajo realizado es muy variado.

Entre las principales prácticas los universitarios realizaron planes de marketing para atraer o retener asociados, investigaciones breves sobre financiamiento de ONGs o recopilaciones bibliográficas impositivas sobre beneficios, tramitaciones de inscripciones ante personería jurídica. Por otro lado, asesoraron sobre exenciones impositivas, colaboraron con los contadores de ONGs en la confección de balances, capacitaron a microemprendedores, efectuaron tareas administrativas, controles de inventarios y elaboraron planes de venta de nuevos productos, entre otras iniciativas. 

La importancia del aprendizaje-servicio

"Se trata de una forma de enseñar actitudes y valores que no se pueden aprender sólo de los libros o los discursos patrios. La solidaridad implica además, aprender contenidos de las más variadas disciplinas para aplicarlos al servicio de la comunidad", explicó el decano de Ciencias Económicas de la UNICEN, Roberto Tassara. Este tipo de actividades forma parte del nuevo plan de estudios de la Facultad con el fin de dotar a los alumnos de habilidades y competencias de liderazgo, comunicacionales, de manejo del conflicto, trabajo en equipo, creatividad e iniciativa.

De acuerdo con los propósitos iniciales, además de poner en marcha aspectos estudiados en el aula, el plan apunta a consolidar la idea de reforzar "su desarrollo personal y su conciencia de ciudadano". La universidad busca de esta forma largar al mercado profesionales con una mayor comprensión de los problemas que padece la comunidad. "Como contrapartida de ese voluntariado, los alumnos obtienen una experiencia enriquecedora en todo sentido, ya que asistidos por tutores docentes, vinculan los contenidos académicos a través del servicio, adquiriendo otras competencias y habilidades, desarrollando valores que no abundan en estos días", agregó Tassara.

Tal como expresó Jeremy Rifkin, autor del libro "El fin del trabajo": "El aprendizaje-servicio es un antídoto esencial para el mundo crecientemente aislado de la realidad virtual y simulada que los jóvenes experimentan en sus cursadas, en sus hogares, frente al televisor o a la computadora". La UNICEN parece haber tomado al pie de la letra la interpretación de este economista estadounidese. Para él, "una oportunidad para una participación más profunda en la comunidad ayuda a los jóvenes a desarrollar el sentido de la responsabilidad y solvencia personal, alienta la autoestima y el liderazgo, y sobre todo permite que crezcan y florezcan el sentido de creatividad, iniciativa y empatía". 

De experiencias compartidas

"Haber trabajado en esta actividad nos sirvió básicamente para tener una visión del desarrollo de un microemprendimiento y nos permitió simultáneamente aplicar los conocimientos obtenidos en nuestra carrera. Hemos aprendido cómo vender un producto y cómo hacer para mantener satisfecho a un cliente interesado", comentaron Constanza Diez Llano y Silvia Ayala, alumnas de 3º año de la Licenciatura en Economía que estuvieron en la administración de un centro de día.

Por su parte, Mario Bañiles y Lorena Álvarez, tras realizar sus prácticas en el Banco de Alimentos Tandil, comentaron: "Al principio nos asustamos bastante porque no teníamos experiencia en un puesto administrativo pero día a día fuimos aprendiendo". Tras considerar que habían "adquirido" y que incluso superaron los conocimientos, ambos recomendaron no olvidar que "gracias al aporte de la gente podemos estudiar. ¿No les parece una excelente manera de devolverles el esfuerzo que hacen por nosotros?".

Más información: 02293 446930. practicas.solidarias@econ.unicen.edu.ar, UNICEN, Universia.

Contenido relacionado