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Clarín: Viajar trabajando, una buena opción para los estudiantes argentinos rumbo a los EE.UU.

Cerca de 2 mil universitarios eligen los programas Work and Travel. Destinan sus vacaciones de verano a trabajos temporales y de paso conocen otra cultura y mejoran el inglés. El 20 por ciento estudia ciencias económicas y allá les pagan entre 5 y 12 dólares por hora.

El trabajo es casi una excusa. Una anécdota que justifica una experiencia que, según cuentan, vale la pena vivir. "Aprovechar el verano para irme a trabajar fue buenísimo. Pude hacer todo lo que pretendía: trabajar, esquiar, recorrer California y otros lugares como Hawai, mejorar el inglés y, por supuesto, divertirme", relata Mariana Ruiz, una estudiante que este verano se fue a trabajar a California. Como ella alrededor de 2000 jóvenes universitarios argentinos viajan cada año a los Estados Unidos durante las vacaciones de verano para probar suerte con un empleo temporal.

A primera vista, puede parecer un programa chino. La visa, el viaje, el trabajo, el alojamiento y, sobre todo, la distancia. Vivir solo en otro país lejos de la familia y los amigos se presenta como una posibilidad remota para un estudiante universitario. "El año pasado decidí hacer algo que en su momento me daba terror..., después se transformó en el mejor viaje de mi vida", confiesa Verónica Gully, una joven que trabajó en un centro de ski de California.

Se trata de una sensación colectiva: el miedo a lo desconocido y, quizás, al desamparo en un país extraño y lejano. Para contrarrestar estos temores, las empresas dedicadas a este rubro se esmeran en asegurar un trabajo confiable y en eliminar los obstáculos que los chicos pueden encontrar durante el proceso de inscripción.

Los programas Work and Travel ofrecen trabajo por 3 ó 4 meses en Estados Unidos, con la opción de un mes libre para pasear. Ahora bien, en tiempos de terrorismo, de estrictos controles en la entrada al país de las fronteras casi infranqueables, obtener la visa para ingresar sin problemas como un ciudadano del mundo puede parecer imposible.

"Los participantes del programa viajan con la visa J1 de intercambio cultural. En nuestro caso, hacemos un trámite grupal para todos los chicos. Ellos completan los formularios, traen el pasaporte y demás documentos y, luego, la empresa realiza la gestión con la embajada de Estados Unidos. A cada estudiante se le saca un turno y asiste a la entrevista personal en la embajada. La visa es fácil de obtener porque se trata de universitarios que regresarán a la Argentina una vez concluido el programa para seguir estudiando", asegura Juan Ignacio Lapadula, coordinador general de WEUSA Argentina. Las demás empresas realizan un trámite similar y todas ofrecen la visa J1.

La mayor oferta de trabajo se concentra en el sector de servicios, en especial, en el área de hotelería y turismo. Sin embargo, el programa está abierto a estudiantes de todas las carreras. En 2004, un 20 por ciento de los jóvenes que viajaron por WEUSA pertenecía a las carreras de administración y negocios, un 10 por ciento eran estudiantes de derecho y, en tercer lugar, un 9 por ciento cursaba carreras relacionadas con turismo, hotelería y gastronomía.

Eso sí, Work and Travel no es apto para exquisitos ni para perezosos. "Se trata de trabajos no especializados, llamados de entry level, es decir, operativos. Por ejemplo, mesero, ayudante de cocina, instructor, valet parking (estacionamientos), bell boy (recepecionista), housekeeping (ama de llaves). Se relacionan directamente con los servicios", relata Cristian Carlomarde, representante de Student Travel Bureau (STB). "Son trabajos sin experiencia que se pueden aprender rápido. Los chicos saben todo antes de llegar. Viajan con la oferta de trabajo confirmada", indica Lapadula.

El proceso de inscripción es sencillo. Los estudiantes averiguan en las empresas que ofrecen el programa Work and Travel. Cada empresa es la representante de un sponsor estadounidense a través del que se ofertan los trabajos y se contactan a las empresas que contratan universitarios.

El programa puede contratarse en tres versiones diferentes. Una de ellas, la feria de trabajo, permite que empleado y empleador se conozcan personalmente a través de una entrevista personal que la empresa contratante tiene con los inscriptos. La posibilidad de viajar, en este caso, dependerá de ser o no elegido. "En este caso, los participantes pueden elegir de antemano qué empleador quieren que los entreviste y así elegir indirectamente el puesto de trabajo", cuenta Roxana Gareri, Education Manager de Tije Argentina.

Las versiones full service, en cambio, aseguran la oferta laboral sin el proceso de la feria de trabajo. Por último, los más arriesgados pueden optar por conseguir su propia oferta laboral e inscribirse en los programas self-arranged o independent. En todos los casos, quienes se inscriben deben ser estudiantes universitarios y tener entre 18 y 28 años. Además, es requisito fundamental contar un nivel mínimo de inglés para poder desenvolverse con seguridad en tierras extranjeras. Roxana Gareri enumera las ventajas de participar del programa: "los estudiantes pueden conocer otra cultura, adquieren una independencia corta -viven sin familia y deben hacerse responsables de sus gastos-, maduran, mejoran su nivel de inglés y realizan una primera experiencia de trabajo en el exterior".

De todas maneras, los perfiles de los participantes son variados. Lapadula de WEUSA marca la diferencia entre dos tipos de personalidad: quienes van a conocer gente, a esquiar, a mejorar el inglés y los que prefieren enfocarse en el sueldo, recuperar lo invertido y ahorrar. Pareciera que la ecuación ofrece saldo positivo. El costo de los programas varía según cada empresa, pero oscila entre los US$ 1600 y los US$ 2000 que incluyen los servicios del programa, el pasaje aéreo y los gastos de visaje e impuestos. Ese es el gasto inicial. Una vez en Estados Unidos, los trabajos se pagan entre US$ 5 y US$ 12 la hora y se trabajan entre 25 y 40 horas semanales. Se estima que por mes, un estudiante puede obtener un sueldo de aproximadamente US$ 1200. A esta suma, claro, se deben restar los costos de alojamiento y comida.

En el caso del alojamiento, por lo general, es provisto por la misma empresa contratante a un precio accesible. A veces, los estudiantes prefieren buscar el lugar donde vivir por su propia cuenta. En general, es un costo de entre US$ 200 y US$ 400 por mes. En comida se gastan cerca de US$ 300 mensuales. Con lo que el resto puede ser utilizado para divertirse, salir de compras o ahorrar. Incluso se suelen tomar dos trabajos para obtener un sueldo mayor.

La experiencia indica que los jóvenes repiten la experiencia y regresan. Según las cifras que maneja WEUSA, en 2004 un 24 por ciento de los participantes fueron los llamados "returnees" (retornados). "Hay un importante porcentaje que vuelve", apunta Gareri. Desde STB, Carlomarde sostiene que "la gente vuelve encantada y hasta llega a viajar tres o cuatro veces más".

Universia. / conexiones@claringlobal.com.ar

Contactos: WEUSA. Representante de CCUSA. (011) 4773-7327. Tije. Representante de InterExchange. (011) 4326-2036, Student Travel Bureau (STB). Representante de Aspire Worldwide. (011) 5217-2727.

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