“Ciencia, Verdad e Identidad, la experiencia del Equipo Argentino de Antropología Forense” es el título del coloquio que se concretará el viernes 20 de marzo, a las 14.30, en el Salón de Actos del Balseiro y del Centro Atómico Bariloche (Bustillo 9500). Allí disertará Silvana Turner, licenciada en Antropología y magíster en Derechos Humanos de la UBA.
Turner adelantó que en su exposición planteará lo que se puede hacer desde la ciencia, o desde un determinado saber científico, para aportar a ciertas luchas; es decir conocer cómo se articuló la antropología forense en el país con la posibilidad de utilizar un saber para el esclarecimiento de una verdad.
El Consejo Académico del Balseiro decidió dedicar la charla del viernes más cercano al 24 de marzo a “la exposición y el debate sobre la cultura, la democracia, la justicia y los derechos humanos”.
La actividad tiene entrada libre y gratuita. Para más información, consultar el sitio del Balseiro www.ib.edu.ar, o en las redes sociales Facebook.com/InstitutoBalseiro y @IBalseiro.
Quién es Silvana Turner
En 1998, cuando tenía 19 años y comenzaba a estudiar Antropología en la UBA, Turner ingresó al Equipo Argentino de Antropología Forense, organización que nació para investigar los casos de personas desaparecidas en la Argentina durante la última dictadura militar. En la actualidad, es una referente mundial en el campo de la antropología forense y trabaja de forma interdisciplinaria junto a sus colegas del Equipo en una treintena de países, aportando a la lucha por la verdad mediante la recuperación y la identificación de los restos de víctimas de violaciones a los derechos humanos.
La antropología vinculada con los derechos humanos
Según Turner “la antropología forense utiliza métodos y técnicas de la antropología biológica y la medicina para investigar casos judiciales en los que existen restos óseos humanos. El EAAF aplica también la arqueología para la recuperación de los restos y evidencia, así como a una variedad de disciplinas, entre otras la patología forense, la odontología, la genética, la balística, la radiología, la antropología social y la informática para el análisis de casos de violaciones a los derechos humanos y violencia política”.
Consultada por la manera en que se logra hacer un perfil de los restos óseos encontrados (edad, estatura, sexo), la especialista explicó: “Se hace con técnicas de observaciones morfológicas y mediciones que ha desarrollado la antropología física o biológica para hacer el perfil biológico de la persona, que da datos generales. Nosotros aportamos el contexto forense. El perfil biológico no alcanza para identificar, por eso en el campo forense se analizan las patologías o enfermedades que esa persona haya tenido en vida. También hay un aspecto que tiene que ver con la causa de muerte: es otro punto de la pericia de identificación. La antropología forense está enmarcada en un contexto de tipo judicial, donde hay un proceso con una autoridad de Justicia que interviene. Nosotros, como peritos, que ese es nuestro rol, entregamos un informe donde tratamos de dar cuenta de la identidad y de la causa de muerte”.
En relación con el impacto del desarrollo reciente de la genética forense en su trabajo señaló: “El aporte de la genética forense es muy importante porque ha cambiado las posibilidades de identificar restos óseos. La dificultad estaba en la posibilidad de recuperar ADN de restos óseos, sobre todo menos recientes que podían estar degradados o contaminados. En la década del ‘90, laboratorios extranjeros llegaron a la posibilidad de rescatar información genética de huesos. En nuestro caso, fue aproximadamente en 1995 cuando hicimos la primera identificación por vía genética en un laboratorio extranjero.
Asimismo agregó que en el país “se ha desarrollado un programa a nivel nacional que convoca a todos los familiares a dar muestras de sangre, tenemos nuestro propio laboratorio y un banco de datos genéticos. La genética no es infalible, eso hay que aclararlo: no siempre se puede identificar o rescatar ADN. Pero por vía antropológica, uno está limitado a la comparación de datos físicos que se observa en los restos con la información que se sabe sobre las víctimas. Muchas veces por esta vía, si los restos no están en condiciones y no hay rasgos que permitan individualizar, ahora la genética suma una alternativa muy importante que para el Equipo Argentino de Antropología Forense ha sido muy importante”.
La antropóloga recordó que cuando era estudiante y comenzó a trabajar en el EAAF, se dio cuenta que en el trabajo que realizaban allí se producía una articulación muy dinámica entre el saber científico y un contexto muy urgente que impactaba en los ámbitos político y social. “Esa fue y sigue siendo mi motivación”, concluyó Silvana Turner.
Sobre el EAAF
Es una organización no gubernamental sin fines de lucro que nació en 1984 a partir del pedido de colaboración que realizaron la Comisión Nacional sobre la Desaparición Forzada de Personas (CONADEP) y las Abuelas de Plaza de Mayo al científico Eric Stover, del Programa de Ciencia y Derechos Humanos de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia, de los Estados Unidos.
“Stover organizó el viaje de una delegación de expertos forenses de su país a la Argentina, donde encontraron varios cientos de esqueletos exhumados sin identificar almacenados en bolsas plásticas en los depósitos polvorientos de varios institutos médico-legales”, informa el EAAF en su sitio web. Uno de los expertos forenses de la delegación, Clyde Snow, convocó a médicos, arquéologos y antropólogos de Argentina para colaborar en la exhumación y análisis de restos óseos. Y así se creó el EAAF, que se fue formando y especializando y que hoy interviene en pericias en todo el mundo. Más información, en www.eaaf.org