La Psicomotricidad es una disciplina que concibe al sujeto integralmente y se ocupa de la interacción entre el conocimiento, la emoción, el movimiento y de su importancia para el desarrollo de la persona, de su corporeidad, así como de su capacidad para expresarse y relacionarse en el mundo que lo rodea. Bernard Aucouturier, de Francia, es el creador de la Práctica Psicomotriz y está invitado por la Facultad de Educación Elemental y Especial para dictar una serie de capacitaciones que se concretarán entre el 13 y el 17 de abril en el Espacio de la Ciencia y la Tecnología, ubicado en la calle Padre Jorge Contreras al 1.300, en la Ciudad de Mendoza.
¿Quién es Bernard Aucouturier?
Fue profesor y director del Centro de Educación Física Especializado de Tours, Francia. Galardonado por la Academie Nationale de Médicine. Creador de la Práctica Psicomotriz. Su tesis recibió el premio del Ministerio de Juventud y Deporte de Bélgica. Presidente fundador de la Asociación Europea de Escuelas de Práctica Psicomotriz. Es autor y co-autor de varios libros, como “Simbología del Movimiento”; “La educación psicomotriz como terapia”, “Bruno”; “La Práctica Psicomotriz. Reeducación y Terapia”; “Los Fantasmas de acción y la práctica psicomotriz”; “¿Por qué los niños y las niñas se mueven tanto?”; “Miedo a nada… Miedo a todo”, entre otros. Ha creado una práctica original con fundamentos conceptuales de gran profundidad científica, para ser aplicada al dominio de la educación y la terapia infantil.
La Psicomotricidad Educativa y preventiva de Bernard Aucouturier tiene como objetivo la maduración psicológica del niño en donde la vía sensoriomotora es la base de la formación de los procesos psíquicos. Es la etapa de la integración, de la indiferenciación en la cual la sensoriomotricidad constituye la trama en que se anudan las sensaciones, las emociones, los afectos, el contacto y la distancia con el otro, las interacciones y el placer, o el displacer que ellas aportan, la integración de las sensaciones de sostén y de continencia o de caída y abandono, las huellas mnémicas de esas sensaciones corporales que en su reiteración, en su ratificación o en su rectificación irán construyendo las representaciones mentales y las bases del pensamiento operatorio y el conocimiento del mundo. Es la etapa en la que el niño se apropia de su identidad y se descubre como un sujeto original y diferente a otro, etapa en la que la familia es el centro de su sociabilidad y en la que aparece la institución escolar: maternal, nivel inicial o preescolar y escolar.
La unión entre la motricidad, la afectividad y el proceso intelectual, que se manifiesta en todas las acciones y comportamientos del niño, es una forma totalmente original y característica de la infancia, presente en su expresividad motriz.
Psicomotricidad operativa como una herramienta para la educación. ¿Por qué es importante?
El aporte de la psicomotricidad en el ámbito educativo es fundamentalmente el análisis, reflexión y la puesta en marcha de las condiciones facilitadoras para la maduración del niño a través de la vía sensoriomotora. Desde su nacimiento hasta los 6 o 7 años el niño forma su pensamiento, cognitivo, social, consciente, a partir de su cuerpo, del movimiento y de las relaciones tónicos-emocionales que establece con su entorno. Es por ello que la Psicomotricidad, como disciplina y como técnica, se constituye en una vía ideal de acceso y de apoyo al desarrollo del niño. Es un tiempo en el que el niño vive con intensidad su trabajo personal de elaboración de su subjetividad, instituyéndose progresivamente como sujeto único y diferente del otro. Por lo tanto todo lo que tienda a forzarlo, a uniformarlo, a llevarlo a confundirse con los otros, a hacer lo mismo que otros, a masificarlo, implica un obstáculo a la ardua tarea de constituir su yo.
Para el niño, el instrumento privilegiado de elaboración de su subjetividad, es el juego, cuyos diferentes niveles le permiten expresar sus deseos y temores. Por lo tanto por su propia definición y por la función en la dinámica del psiquismo, el juego solo puede ser libre, espontáneo, creado por el niño, según sus intereses y necesidades.
La Psicomotricidad operativa se nutre de los aportes científicos de la Neurología evolutiva, la Psicología Genética, de la Semiótica, de la Psicosociología y de algunos aportes del Psicoanálisis. Entre sus beneficios se pueden enumerar que: promueve el desarrollo global, armónico e integral del niño.
Previene el fracaso escolar en el nivel inicial y
primeros años de la escuela primaria y propicia actividades psicomotrices a
través del juego, facilitando la descentración. Además brinda un espacio con un
dispositivo que favorece la apropiación de la dimensión sensoriomotriz,
emocional y cognitiva del niño.
Favorece el despliegue de la autonomía y las competencias individuales y
grupales para identificar y resolver situaciones problemáticas.
Cuenta con una mirada amplia y profunda en las situaciones escolares que evalúan el desarrollo global del niño y colabora en su proceso de enseñanza-aprendizaje.
La Psicomotricidad también busca instancias de relación con los docentes donde se pueda articular el trabajo del aula con el trabajo cotidiano en Psicomotricidad, también colabora en la comunicación con la familia.
Genera un cambio actitudinal en el docente brindándole una mirada diferente sobre el niño.
Contribuye a detectar tempranamente los trastornos psicomotores y su repercusión en la actividad global y en la evolución del sujeto y a resolver o disminuir los síntomas psicomotores que obstaculizan la evolución de las conductas adaptativas.
Myrtha Chokler, especialista en la infancia y profesora de la Facultad de Educación Elemental y Especial explica que: “El niño vive intensamente su trabajo personal de construcción de la subjetividad, de instituirse progresivamente como sujeto original y diferente del otro y simultáneamente como sujeto social”.
La Práctica Psicomotriz Educativa ayuda al niño a desarrollar de una manera armoniosa la formación de sus representaciones, es decir de su pensamiento a partir de la acción. Promueve el desarrollo global, armónico e integral del niño en un espacio y con un dispositivo específico, que favorece la expresión de la dimensión sensoriomotriz, emocional y cognitiva del sujeto. Esta concepción abarca las dimensiones tanto educativa, como preventiva y terapéutica, aporta una mirada más amplia de los procesos subyacentes en la motricidad infantil y brinda una serie de recursos técnicos que además de favorecer a los niños y a las niñas en sus procesos de maduración enriquece el campo de otras disciplinas implicadas en el conocimiento profundo del niño.
¿Cómo se trabaja en la sala de psicomotricidad? ¿Cómo ayuda a la educación y necesidades de los niños actuales?
La Práctica Psicomotriz propone un dispositivo específico y un encuadre de seguridad que le permite al niño expresarse con los medios que le son propios, eligiendo y negociando con los otros el camino a recorrer.
Para llevar a cabo este proceso propone un encuadre específico que requiere un marco estable y seguro que le permite al niño evolucionar. Propone un orden que actúa como garantía de permanencia y contribuye a crear un clima de confianza con una ley, propia de este espacio, que es clara y constante. Garantiza respeto, orden y seguridad. Dentro del encuadre se tiene en cuenta la anticipación de las situaciones futuras, como la de comunicar a los niños los cambios de un espacio a otro, lo que les permite prepararse y disponerse para la siguiente propuesta.
En la actualidad, debido a la realidad social, cultural, económica, política y educativa imperante, los niños tienen cada vez menos espacio para el movimiento, para la acción. Su desarrollo requiere lugares donde puedan transformar y transformarse, espacios que deben ser amplios, protegidos, cuidados pero no limitantes. Espacios de juego espontáneo, de movimiento necesario para el desarrollo individual y social que debe ser capaz de reflexionar e implementar acciones profundamente transformadoras de la realidad.
La inserción de la práctica psicomotriz en Mendoza tiene como objetivo dar respuesta a esta demanda. En primer lugar con la creación de espacios en los ámbitos educativos y de salud. En ese sentido la Escuela Carmen Vera Arenas de la Facultad de Educación Elemental y Especial cuenta con una sala de psicomotricidad que utilizan los niños de esa Institución. En segunda instancia, a través de la Licenciatura en Psicomotricidad Educativa se forman profesionales en esta especialidad.
Historia de la Psicomotricidad en Mendoza
En 1992, en San Rafael, fue la primera vez que Bernard Aucouturier visitó nuestra Provincia. Desde 1995 hasta la fecha la Facultad de Educación Elemental y Especial de la UNCuyo forma psicomotricistas. Las ideas, la práctica, la experiencia y la presencia de Bernard Aucouturier en el campo de la psicomotricidad nutrió generaciones de psicomotricistas en Argentina y permitió la creación de espacios pertinentes donde los niños son considerados como sujetos transformadores de la realidad y transformables por el entorno, en un proceso dialéctico que nutre y modifica al ser.
Los psicomotricistas de Mendoza han tenido la posibilidad, por más de 20 años, de contar con Aucouturier quien participó y participar de capacitaciones en la Facultad junto a especialistas reconocidos a nivel nacional como Myrtha Chokler, Noemí Beneito, y Miguel Hoffmann, entre otros. En Mendoza se pueden mencionar a María Victoria Gómez de Erice o Mónica Castilla, quien es además la actual decana de la Facultad de Educación.
Consultas e inscripciones
Los interesados pueden pedir más información en la secretaría de Extensión de la Facultad de Educación Elemental y Especial, ubicada en Sobremonte 81 de Ciudad, por teléfono al 4292292/4236245– Interno 1415 o por mail aextension_capacitacion@feeye.uncu.edu.ar.