Lourdes Gómez
Departamento de Política
05/05/06 Según el informe Nunca Más de la Comisión Nacional Sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), en Mendoza funcionaron distintos Centros Clandestinos de Detención (CCD) durante la última dictadura militar (1976 – 1983). El documento reconoce a las instalaciones del Palacio Policial, entonces Departamento de Inteligencia 2 (D2), a varias comisarías del Gran Mendoza y distintas dependencias militares como los lugares destinados a la reclusión y tortura de los detenidos desaparecidos.
Casi 20 años después de aquel informe el MEDH denunció ante la justicia federal, con el aval de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, la existencia del Campo Clandestino de Detención Las Lajas. Este lugar depende de la Fuerza Aérea Argentina. Está ubicado en el departamento de Las Heras. El caso Las Lajas se investiga hoy en el marco de la reapertura por el accionar represivo durante la última dictadura militar.
Elba Morales, una de las impulsoras de esta investigación, dialogó con ATPA.
-¿Qué caracterizó al centro de detención clandestino Las Lajas?
-Del Comando dependía el Consejo de Guerra Especial Estable. Lo integraban militares y juzgaban a los prisioneros políticos. Hacían sesiones públicas en la que juzgaban a los prisioneros blanqueados y les daban larguísimas condenas, que después eran juzgadas por la Justicia Federal. Hay elementos para concluir que también realizaban sesiones secretas en las que condenaban a muerte a quienes hoy son desaparecidos. Una orden de la Junta Militar decía “los cuerpos no se entregan”.
-¿Quiénes los asesoraban y qué servicio de identificación e inteligencia tenían?
- Del Comando dependían también dos secciones que se ocupaban directamente de secuestrar, torturar y matar. Estaban compuestos por el personal militar de la Fuerza Aérea, de la Policía Federal y de la Policía Provincial. Estas dos secciones eran la Comunidad Informativa, que estaba integrada por personal de inteligencia del Ejército, Fuerza Aérea, Policía Federal, Policía Provincial, y el Servicio de Inteligencia del Estado (SIDE).
El Comando de Operaciones Táctico (COT) lo integraban personal de las mismas fuerzas ya mencionadas y en general también era gente de inteligencia.
-¿Cómo funcionaba?
- Todo este personal se ocupaba de detectar a personas y a grupo de militantes políticos, sindicales y estudiantiles y a cuanto fuera sospechoso de subversión o de manifestar algún tipo de desacuerdo con el proceso.
Mientras el Comando Militar secuestraba y torturaba a militantes o disidentes, el gobierno administrativo (militar) expulsaba alumnos y profesores de la Universidad y de Escuelas Superiores, cesanteaba a docentes y empleados públicos y entre todos implantaban un régimen de terror en el que todos los ciudadanos, paulatinamente fuimos afectados en nuestra salud mental y cambiamos nuestro modo de vivir, de hablar, y hasta de limitarnos en nuestras ideas. Todos estábamos presos en la gran cárcel que fueron las ciudades, todos éramos sospechosos para la dictadura y nos sentíamos sospechosos.
- ¿Cómo descubrieron y empezaron a trabajar sobre la causa de Campo las Lajas?
- Desde que comenzamos a armar la denuncias penales, alrededor de 1985. Una vez concluido el juicio contra las tres Juntas de Comandantes ( causa número 13) y los ex presos políticos nos relataron sobre los lugares de cautiverio, tuvimos la intuición primero y la certeza después de que había un hueco en la información, un lugar del que nadie hablaba. Vimos que había un número muy importante de desaparecidos que ninguno de sus compañeros había visto en un centro de detención. Advertimos que había grupos enteros secuestrados en secuencias de breves lapsos, tragados por la tierra. Las listas de NN del cementerio de la Capital no daban cuenta de personas jóvenes en número coincidente o aproximado al grupo desaparecidos.
- ¿Cómo se halló el lugar donde se ubica el campo de detención Las Lajas?
- El hallazgo del lugar se debió al testimonio de un hombre, Horacio, quien más de 20 años después relató a la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) de San Luis, que había compartido cautiverio con el Profesor Mauricio López en algún lugar no reconocido por él, en Mendoza. Posteriormente, el informante nos señaló el lugar como Cerro Las Lajas. La Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, a nuestro pedido, cruzó el nombre Las Lajas con la información de su banco de datos y aparecieron dos menciones. Con esa información, más de un año después de tener la primera punta del ovillo pudimos presentar la denuncia, y promovimos una querella como MEDH Regional Mendoza ante la Justicia Federal en forma conjunta con la Secretaría de Derechos Humanos y el hermano del profesor Mauricio López.
- ¿Qué caracterizaba a las Lajas como centro clandestino de detención?
- El lugar resulta el sitio perfecto para su cometido, rápido acceso por Boulogne Sur Mer desde el D2 y desde la Cuarta Brigada Aérea con su campo de aterrizaje. Proximidad con estos dos puntos, unos 15 o 20 minutos de automóvil. Lugar aislado, pues en esos años no existían los barrios que hoy pueblan el pedemonte, recién comenzaba la construcción del barrio Municipal. Terreno de la propiedad de la Fuerza Aérea, inhóspito, hasta entonces utilizado como campo de tiro aéreo, con una instalación precaria consistente en dos piecitas, baño, tanques para agua, un quincho, dos mangrullos que permitían vigilar si alguien se acercaba. Próximo a las piecitas se armaban carpas (según testigos) en las que se colocaban a los prisioneros y se torturaba.
¿Cómo avanza la causa judicial?
- En el ámbito de la causa judicial estamos realizando una pericia de parte, en busca de enterramientos pues resulta obvio que allí se eliminó y enterró a un número no determinado aún de desaparecidos.
-¿Quienes se presume estuvieron detenidos en este campo?
Los detenidos en este campo que hasta aquí hemos detectado fueron: dos testigos sobrevivientes. El Profesor Mauricio López, que está desaparecido, la joven María del Carmen Marín quien, según información procede del centro de Buenos Aires, tomo una pastilla de cianuro en las lajas y murió allí. Su padre Armando Marín, a quien secuestraron poco después y llevaron al lugar para interrogarlo, luego desaparecido. El joven Mendocino Osvaldo Zuin, visto por el mismo testigo que vio al Profesor López, también desaparecido.
- ¿Puede relatarnos cómo el país fue dividido en zonas para poder aplicar el Terrorismo de Estado y cómo esto influyo en Cuyo?
- En 1976, él país fue dividido en 5 zonas militares para organizar la represión. Estas coincidían con los 5 asientos de los cuerpos del Ejército. A la dictadura militar le llamaron “Proceso de Reorganización Nacional”. Diez provincias quedaron en la zona tres, entre ella Cuyo. El comandante era el General Luciano Benjamín Menéndez, durante los últimos años de la represión este fue reemplazado por el General Antonio Domingo Bussi. Cada subzona se dividió en áreas. Una de las zonas fue la zona 3, con asiento en la jefatura en Córdoba; la subzona 33 comprendía a Mendoza, San Juan y San Luis. En nuestra subzona se instalaron dos gobiernos, uno político con Gobernador, Fuerza Aérea y Ejército. Se cerraron las cámaras de diputados y senadores, el Poder Judicial siguió funcionando pero los integrantes de la corte, aunque eran civiles, fueron elegidos por los militares. El otro gobierno era militar y funcionaba según la escala de mandos. Así como en el orden nacional funcionaba la Junta de Comandantes (que eran tres, uno por cada arma), en la subzona funcionó el Comando Militar
-¿Cómo eran tomadas la decisiones sobre la cuestión “antisubversiva”?
- Este comando militar dirigía la represión. El mismo estaba compuesto por la Jefatura, que la ejercía el Jefe de la Octava Brigada de Infantería de Montaña (así se llamaba el cuerpo del Ejercito en Mendoza), más el Jefe de la Cuarta Brigada de la Fuerza Aérea, el Delegado Naval (aquí no hay marina sólo una delegación), y otros militares de alto rango.
-¿Cómo dirigían y planificaban los secuestros, los allanamientos y los asaltos?
- A la ostentación de fuerza militar y policial que hacían los usurpadores del poder, se sumaba la propagación constante por todos los medios de difusión, de un discurso exacerbado, el bien y el mal no tenían matices ni había lugar a dudas. El bien eran las fuerzas armadas que salvaban a la Nación, junto a la cúpula de la Iglesia Católica , prominentes figuras de la oligarquía argentina, algunos Embajadores extranjeros, algún sector de la cultura que aprovecho la oportunidad para destacarse. El mal eran los subversivos que intentaron imponer el comunismo por la fuerza, las familias que tan mal habían educado a esos jóvenes, los intelectuales que propagaban ideas nefastas para el ser nacional, el mediano y pequeño empresario nacional que se derrumbaba ante el control de “enriquecimiento ilícito” realizado por los militares y antes las nuevas medidas financieras y de costos, impuestas por Martínez de Hoz.
La represión siguió un esquema verticalista, militar, para todos los delitos incluidos el saqueo en beneficio propio era considerado “botín de guerra”.
-¿En Mendoza la represión tuvo la misma intensidad que en otras provincias?
- En Mendoza la represión no tuvo la misma intensidad que en Capital Federal, Córdoba, Rosario y Tucumán. En todas aquellas ciudades se persiguió a los trabajadores combativos de los sectores industriales hasta aplastar sus comisiones internas, su organicidad sindical, y en Córdoba a un estudiantado históricamente combativo. Mendoza no tuvo esas características.
Montoneros no tuvo un trabajo político de grandes dimensiones. La juventud peronista en Mendoza convocaba a un gran número de militantes mayoritariamente dirigidos por estudiantes universitarios, pero una minoría ingreso a montoneros pues esta organización armada se conformó tardíamente en Mendoza, en relación a otras ciudades, que desde los 60 se movía bajo la consigna “luche y vuelve” que ya habían creado varias organizaciones, desde posiciones de ultra derecha hasta posiciones de incipiente izquierda, cuyo objetivo común era el retorno de su líder. Intentaban designar a las fuerzas armadas (reincidentes en gobernar por medio de sucesivos golpes de estado) por medio de la guerrilla urbana.
Por su parte el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y el Ejercito Revolucionario del Pueblo (ERP), con menos militantes, también llega a Mendoza tardíamente a su propia organización. Tiende a una mejor división en compartimentos los que da mayor seguridad a sus militantes que no se conocen entre si salvo a su propio grupo, pero en una ciudad chica como Mendoza con Universidad reducida en número este propósito no se consolida.
De los 200 desaparecidos y/o asesinados por la dictadura en Mendoza, un diez por ciento procedían de otras provincias, habían llegado con fines organizativos o bien, escapando de la persecución en sus lugares de militancia.
-¿Qué efectos tuvo la dictadura en el tejido social?
- La dictadura militar destruyó el tejido social. Además de arrasar las organizaciones políticas, sindicales y estudiantiles y prohibirlas, se fueron cerrando clubes, las entidades barriales, culturales, cientos de pequeñas organizaciones que existían con los más diversos objetivos. Construir una lista con nombres de desaparecidos fue una tarea riesgosa y clandestina: la inicio la maestra Marta Agüero, hoy fallecida, de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, militante comunista.
Al arribo de la democracia, la lista total conformada con el aporte de Madres de Plaza de Mayo, la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, la Asamblea Permanente de Derechos Humanos y el MEDH, se componía de unos 40 nombres. Llevó varios años el trabajo de descubrir otros nombres hasta llegar a casi 200, y no se ha concluido.
- ¿Cómo se logro rearmar las identidades de todos los desaparecidos y la de sus hijos apropiados?
- Esta lista de reconstrucción de las identidades de los desaparecidos y del contexto histórico, forma parte de la reconstrucción del tejido social. Rearmar lo que paso, cómo paso, a quienes les pasó, es tan necesario como incluirse, integrarse, pertenecer a una comunidad de ideas, aun grupo grande o chico de personas que tienen objetivos comunes. Porque como dijo nuestro Armando Tejada Gómez en uno de sus sonoros poemas: “digo que un hombre sólo, solo es un hombre sólo”.
La causa sólo llegará a buen término- al juicio y sanción legal a los responsables del mencionado centro clandestino de detención- si la actitud del Poder Judicial, Juez Bento, es coherente con la aplicación de la legislación que reprime los delitos de lesa humanidad.