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Comunicación para todos, comunicación popular

Desde que el poder económico mundial advirtió la importancia de la comunicación, no solo como instrumento de penetración ideológica masiva sino como constructor de poder, compró y cooptó los principales medios masivos. Estos dejaron de ser el cuarto poder para convertirse en “el poder”. ATPA entrevistó a Omar Sánchez, director periodístico de “Contrainformación”, revista del Sindicato Argentino de Televisión en Mendoza, integrante del Espacio de Comunicación Popular y de la Red Nacional de Medios Alternativos.

Por Jonathan Fate

yofa9@ hotmail.com        

Departamento de Movimientos Sociales

14/04/06 Como parte del proceso de concentración y centralización de la economía mundial, el  poder económico, perjudicó y excluyó con sus políticas a un gran porcentaje de la población que es marginada en las decisiones. Esa mayoría, que no tiene medios de comunicación que enfoquen la realidad desde la óptica de sus intereses.

Unos de los ejes políticos de la Red Nacional de Medios Alternativos es que el pueblo necesita crear sus fuentes de noticias y construir sus propios medios de comunicación popular, todo esto en el marco de las luchas por la defensa y profundización de sus derechos. En relación a esto, Omar Sánchez, director periodístico de la revista “Contrainformación” nos comentó: “A nosotros nos gusta hablar más de comunicación popular que alternativa. No pensamos el tema de los medios alternativos en función de competir con los medios. Hay un enorme vacío que necesita otro tipo de comunicación, hay un espacio a llenar que de hecho se llena a lo largo del país por medio de radios comunitarias, revistas barriales y boletines, que van jugando el papel de contar todo eso que los medios no cuentan. Esa es la gran función que tiene que tener un movimiento, una red de medios alternativos. Pensamos que hay que convertir a la gente en comunicadores populares”.

Según Sánchez, un medio de comunicación popular debe tener un discurso contrahegemónico, que oriente sus contenidos en función de la lucha por democratizar el poder. Necesitará tratar la información desde dos aspectos distintos: uno, el alternativo, es decir, aquello que los grandes medios no informan u ocultan; el otro es la contrainformación, entendida como el análisis de los temas de la agenda instalada a través de un enfoque popular. Al respecto Omar Sánchez afirmó: “Nosotros pensamos que lo alternativo tiene que ver con reflejar los avances del pueblo en organización, sus luchas, sus experiencias y que todo eso se socialice, se generalice, que todos conozcamos las luchas que se dan en todos lados y cómo se resuelven los problemas”. 

Desde esta perspectiva podríamos entender que los medios populares deben llenarse de pueblo, ya que la comunicación no es un tema que afecta sólo a los que se dedican a ella. En este sentido Omar Sánchez nos dijo: “Los comunicadores populares tienen que ser parte de las luchas del pueblo, protagonistas. Deben luchar junto a la gente. No se puede hablar de la lucha sino se participa en ella”.

Finalmente Sánchez reiteró que: “No se trata de la disputa contra los medios tradicionales, no nos interesa disputar en ese espacio. Nos interesa representar una parte de la organización, de las luchas, de la expresión de un sector del pueblo en la que nosotros estamos inmersos”.

Proyectos Alternativos

El Sindicato Argentino de Televisión en Mendoza convocó a Omar Sánchez para trabajar en un proyecto comunicacional que incluía la revista “Contrainformación”, una radio de frecuencia modulada (FM), una agencia de noticias y por último una productora de video.

En un primer momento el sindicato experimentó con una revista, que se basaba en boletines sindicales e informaciones acerca de la obra social. Más tarde la idea se hizo más ambiciosa y no se buscaba tratar sólo temas del sindicato sino temas políticos de interés para los trabajadores en general. El objetivo era instalar la revista como un medio alternativo. Las expectativas se cumplieron. El primer paso fue instalarla en los trabajadores de televisión, no sólo como un canal de comunicación sino como un canal de participación. Los mismos trabajadores comenzaron a participar escribiendo notas y aportando datos para la revista. Se comenzaron a organizar algunas tareas sindicales a partir de la publicación.

En cuanto al proyecto radial, Omar Sánchez dijo: “La idea es armar una radio propia, ya que en los medios hay libertad de empresa pero no hay libertad de prensa. Cuesta mucho tener un discurso crítico a través de los medios”. A la hora de armarla aparecieron una serie de incautaciones, conflictos con radios en todo el país, ya sean alternativas, comunitarias o chicas. El riesgo era demasiado grande ya que se tenía que invertir mucho dinero y fuerza y se corría la posibilidad de que los programas fueran levantados. Actualmente se está explorando la posibilidad de comprar una radio funcionando.

La agencia tenía que ver más con un espacio de comunicación popular. Se arrancó con un despacho de noticias, información y opinión a través de correos electrónicos en forma semanal. Después el proyecto cayó en el verano ya que, como toda actividad política, el año comienza en marzo y no en enero. Ahora se está trabajando para salir con una mejor cobertura que antes. Omar Sánchez nos comentó: “Ya hicimos una página digital que todavía no la subimos porque detrás de ella tiene que haber una organización que la alimente todo el tiempo”.

La productora de video comenzó con la realización de un video que se presentó en la fiesta del día del trabajador de televisión en el 2005. Fue un video interno que contaba el proceso de recuperación del Sindicato de Televisión para ponerlo al servicio de los trabajadores.

La idea que se presenta es la de un nuevo cambio con respecto a la estructura de la revista. Sánchez nos comentó que “desde el espacio de comunicación popular pensamos que las direcciones de los medios tienen que ser colectivas. No puede haber un director que decida los contenidos hacia abajo. Tiene que haber espacio de discusión y de decisión colectiva. Desde el próximo número desaparece la figura de editor responsable y de director general y pasa a haber un consejo editor. Un colectivo va a tomar las decisiones sobre la revista. Va a funcionar con un consejo editor que va a discutir los lineamientos estratégicos y para abajo el resto es sólo ficha técnica”.

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