El nivel, la intensidad y la calidad del consumo presionan la sobreexplotación de los recursos naturales, agotan las materias primas no renovables y generan una cantidad cada vez mayor de residuos sólidos.
El consumo se ve presionado inicialmente por las necesidades de supervivencia de la humanidad. Sin embargo el acceso a los bienes y servicios es desigual. Mientras en las naciones más desarrolladas industrialmente el consumo aparece como desmedido, provocando, muchas veces, el derroche, en otros sectores del globo poblaciones enteras acceden con gran dificultad a lo mínimo indispensable y, grandes masas se encuentran sumidas en la pobreza y la indigencia.
El mayor nivel de consumo se concentra en el 25 por ciento de la población mundial, que mayoritariamente vive en las naciones más ricas, que originan 1.8 millones de toneladas métricas de residuos, de las cuales son recuperables para que reingresen al sistema productivo poco menos del 15 por ciento. Si toda la población mundial tuviera estos patrones de consumo, se necesitarían alrededor de tres planetas para satisfacer esa demanda.
El consumismo aparece como un patrón cultural que está poniendo en riesgo la sustentabilidad del planeta, enfrentándonos a un gran desafío climático.
El geógrafo, periodista y fotógrafo Pablo Sigismondi introduce en esta temática a partir de su vasta experiencia al ser testigo directo de las huellas del cambio climático en un sin número de países. Así es como relatará sus experiencias en el África (África subsahariana, Cuerno de África, Magreb), Asia (Medio Oriente, Afganistán, Irán, Irak, India, Sudeste Asiático, Islas Maldivas), Europa y América. Utilizando las fotografías que ha obtenido en estos viajes, mapas y un lenguaje claro y ameno, nos da un marco de referencia sobre la problemática desde una perspectiva vivencial. El evento será el viernes 5 de diciembre a las 17:30 en el Cine Universidad, con entrada libre y gratuita.