Vecinos del barrio Soberanía Nacional, colindante con ambos, reclaman la erradicación total por razones de seguridad. Los terrenos de la UNCuyo están en litigio con un particular, que reclama el título supletorio.

El barrio Flores Oeste, asentado en el oeste capitalino y bordeando la Ciudad Universitaria de Cuyo (desde la década del 70), presenta, al día de hoy, catorce nuevas viviendas precarias, levantadas durante este último mes. En tanto que en su colindante al norte, el Olivares, se detectaron al menos veinte más.
 
Esta situación genera un reclamo de los vecinos del barrio Soberanía Nacional, el más cercano a los dos. Piden que, por seguridad, se terminen de erradicar ambos asentamientos.

"Parece que siempre es igual, sacan a unos cuantos, pero no terminan de erradicarlos. Y así es como a los meses vuelven a levantar viviendas. El tema es que estamos cansados de la inseguridad que traen estos asentamientos", comentó una vecina mayor del barrio Soberanía, la cual prefirió mantener su nombre en el anonimato y mostró a Los Andes un 22 corto que, según afirmó, utiliza para defensa personal. "Sin esto acá no se puede vivir", remató.

"Las propiedades se desvalorizan cada vez más. Mi casa ahora tiene enfrente un chaperío que hace un mes no tenía. La verdad es que yo no quiero vivir más acá. Todos los días tenemos que aguantar la inseguridad ¿Quién me va a comprar esta propiedad?", aseguró otro de los tantos vecinos del barrio Soberanía que tampoco dio su nombre por miedo a represalias.
 
"De noche ponen un reflector y vienen camionetas a ayudar con materiales y no sé cuántas cosas más. Lo hacen delante de nosotros y nadie dice nada. Avisamos a la policía del asunto, pero ellos contestaron que tampoco podían resolverlo", completó un vecino cuya casa queda a tan sólo metros del chaperío cruzando la calle.

Por su parte, una vecina del barrio Olivares comentó a Los Andes que muchas familias han crecido y buscan su lugar dentro del barrio. "Estamos pagando planes del IPV, pero no nos ofrecen ningún terreno dentro de Capital, que es lo que corresponde. Por eso, muchos levantan su casa cerca de sus familiares".

El Flores Oeste está levantado sobre un terreno de 1.020 m2 que la Universidad Nacional de Cuyo viene reclamando como suyos ante la Justicia desde los años ochenta. Incluso ya hubo ahí planes de erradicación por etapas, y muchas familias que vivieron allí recibieron, mediante planes, casas ubicadas al oeste del zoológico y sobre la avenida Regalado Olguín de Las Heras, en el barrio Jardín El Challao.

Dos son las causas judiciales que hay en danza. Una, iniciada por el particular Samuel Eduardo Flores, quien reclama la titularidad de los terrenos por prescripción (más de 20 años de ocupación). La otra es la presentada por la UNCuyo, la cual reclama los mismos en concepto de retención de las tierras que asume de su propiedad.

Ahora bien, el pulso de las actividades sobre estos terrenos que esperan de una resolución judicial definitiva lo marca una medida cautelar de no innovar, presentada por la UNCuyo en noviembre de 2005 en donde, tras la erradicación de más de 40 familias (trasladadas a viviendas del IPV), se invocó a la medida de "no innovar sobre los terrenos".
 
Esto quiere decir que no se puede modificar nada hasta tanto haya una resolución judicial. La problemática fue reconocida por el vicerrector de la UNCuyo y titular de la comisión de recuperación de terrenos, Gustavo Kent, quien afirmó: "En principio vamos a esperar el desarrollo de la Justicia respecto del caso. Y tras eso, vamos a ampararnos en la medida de no innovar que presentamos tiempo atrás. La Universidad tiene varios terrenos en conflicto, lo importante es que los casos queden bien diferenciados. Por ejemplo, el del Olivares es más pequeño. El espacio es de tan sólo unos 3.000 m2".

Y agregó: "Puntualmente en el del Flores Oeste, comprendemos que hay una problemática social más profunda que en otros, por lo que vamos a seguir con la misma política de contención. La idea es apoyar buscando soluciones junto al IPV y a la comuna capitalina. Se buscarán soluciones al caso de los nuevos pobladores, y no así a los que nunca se fueron".

Respecto de los vecinos que estuvieron desde un principio en el Flores (40 familias), Eduardo Flores, afirmó: "La medida es de no innovar. Sin embargo, en la última erradicación tiraron los puntos de mensura, y eso es innovar. Esta gente necesita un lugar para vivir, y aquí lo tiene. Todos esperamos la resolución de la Justicia".