Damsu se suma una vez más a la 25° Campaña Nacional de Prevención del Cáncer de Piel de la Sociedad Argentina de Dermatología para detectar y prevenir el cáncer de piel, y por ello ofrece a sus afiliados la posibilidad de realizar el control adecuado de la piel en forma gratuita.
Entre el martes 20 y el viernes 23 de noviembre los interesados se pueden acercar a la sede Central. En la consulta con dermatólogas, las profesionales explicarán los horarios saludables de exposición al sol, el uso correcto del fotoprotector de acuerdo al tipo de piel, cómo realizar la observación-control de los lunares, entre otros temas.
Los turnos se pueden solicitar personalmente en el Damsu o llamar de lunes a viernes de 8 a 20 y sábados de 8 a 12 a los teléfonos 4494076 y 4494074.
Sobre la afección
Se sabe que el daño solar es acumulable, las exposiciones reiteradas e indiscriminadas producen a largo plazo un envejecimiento prematuro, lesiones precancerosas y cáncer de piel. Cada vez es más necesario educar a la población.
El cáncer de piel es el tipo más común de los cánceres en el ser humano. En los últimos 30 años más gente ha desarrollado un cáncer de piel que cualquier otro tipo de cáncer. Una de las causas más importantes es la exposición al sol sin protección o a las camas solares.
La forma más eficaz para prevenir el cáncer de piel es la educación: saber cómo, cuándo y cuánto exponernos al sol. La afección es curable en la mayoría de los casos, por eso es importante hacerse exámenes propios constantes y visitar al dermatólogo por lo menos una vez al año como medida de prevención.
Entre los signos habituales que hacen sospechar de un cáncer de piel se pueden mencionar: manchas inicialmente planas rosadas o rojizas, ásperas al tacto y que se vuelven cada vez más rugosas o escamosas, que se ven especialmente en la cara, dorso de las manos, en el labio inferior y en las orejas; aparición de bultos en la piel que crecen en forma sostenida en el tiempo; lastimaduras en la piel que no cicatrizan a pesar de un tratamiento correcto; herida sangrante, costrosa, no provocada por un traumatismo previo; un lunar que cambia de coloración, sus bordes se vuelven irregulares, es asimétrico y crece (generalmente de tamaño superior a 6 mm) y un lunar que pica o se inflama.