El término Genocidio es definido, en Derecho internacional, como crimen de destruir o cometer conspiración para aniquilar y exterminar de forma premeditada y sistemática un grupo nacional, étnico, racial o religioso. Este concepto es válido desde 1948 cuando fue determinado en la Asamblea de las Naciones Unidas.
El más conocido para las generaciones más jóvenes es el de la segunda Guerra Mundial, donde perdieron la vida aproximadamente 6.000.000 de judíos europeos en 22 campos de concentración alemanes. También la Argentina conoció el terror y el descontrol, con las dictaduras de los 70, donde desaparecieron aproximadamente 30.000 ciudadanos entre argentinos y extranjeros.
Hechos de este tipo nos acompañan hasta nuestros días: en 1995 culmina la guerra civil en Yugoslavia que se desarrolló durante 3 años aproximadamente. Estos son algunos de los ejemplos más sangrientos del siglo.
A casi 60 años del holocausto, a 30 del Plan de Reorganización en la Argentina, seguimos aquellos patrones de violencia hasta hoy, como en el caso de la invasión a Irak por EE.UU. El eje de estas manifestaciones lo encontramos en el racismo, discriminación, y la justificación en algún cambio revolucionario, como el ideario nazi de la “raza perfecta” o los desarticuladores en los Regímenes dictatoriales de Latino América. Sea cual sea el caso los hechos nos demuestran que el hombre es víctima y victimario, en cuanto se deja atrapar por la ambición de poder.
También los prejuicios, alineación, idealismo, conducen a la toma de decisiones extremas y violentas, como los suicidios colectivos, o el apoyo a la movilización de ideas como las de la maquinaria nacionalsocialista en Alemania (Nazis). América latina no es esta exenta como en el caso de las guerrillas actuales.
Actualmente los políticos hacen uso de determinados mecanismos para conocer los colectivos, y a partir de ahí determinar sus comportamientos, para establecer cierto grado de control y manipulación, otra importante herramienta de la que se han valido los genocidas del siglo.
A pesar de que todos estos hechos son juzgados por los organismos internacionales como el Tribunal Penal Internacional de las Naciones Unidas, que funciona desde el 2004 con la presencia de 120 países; curiosamente los países que se negaron a participar en este proyecto en sus comienzos son aquellos cuya acción militar en el mundo es importante, entre ellos Estados Unidos, China e Irak. Aunque posteriormente Estados Unidos levantó la Amnistía de sus tropas en el mundo y se ratificó el acuerdo con el organismo. Todos estos hechos delatan actitudes de mantener la impunidad ante semejantes atropellos a los derechos humanos.
Tomar conciencia para poder evitar los recordatorios, y consolidar estructuras de seguridad más consensuadas que impuestas, efectivizar la voz de países menores es la tarea que cada gobierno tiene para evitar actos de discriminación, racismo, indiferencia; Cada elemento que en el pasado armó grandes máquinas de destrucción y que se trasladó a nuestro siglo con peligrosas mutaciones, como el reordenamiento de un estado político vigentes en los discursos de los líderes más poderosos del planeta.
Verónica Zabala
Departamento de Sociedad y Movimientos Sociales
Fuente: Psicología de Masas (diversos autores)