Son aproximadamente 400 niños y alrededor de 100 educadores los que comenzaron una nueva caravana desde la ciudad de Tucumán. La Marcha Nacional de los Chicos del Pueblo recorrió 4.500 kilómetros, hasta llegar a Plaza de Mayo, el 1 de julio.
El itinerario previsto se inició el día 20 de junio partiendo desde Tucumán. A partir de ahí el calendario marcó: el 21 a Catamarca, el 22 La Rioja, el 23 Córdoba, el 24 Santa Fé. El lunes 27 tuvo como destino Paraná (Entre Ríos), el 28 Curuzú Cuatiá (Corrientes), el 29 Concordia (Entre Ríos)y el 30 José C. Paz, en Moreno (Buenos Aires). El 1º de julio fue el último día de marcha: salió de Moreno hasta Once, para rendir homenaje a los muertos de “Cromañón”. Todo terminó en Plaza de Mayo.
Malabaristas, chicos disfrazados y en zancos, muñecos gigantes, el trencito con música y títeres acompañaron la marcha que, en su primer día, recorrió las calles del Barrio El Trula - uno de los barrios más castigados de la periferia de San Miguel de Tucumán. Para la ocasión, el barrio fue adornado por los vecinos, activos participantes del acto. "No nos saquen la alegría", "Construyamos con ternura" y "Protejan nuestras vidas", decían las pancartas de los chicos que, orgullosos y alegres, mostraban en el evento.
El Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo, que integra entre otros la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), es el lugar de encuentro de 400 instituciones no gubernamentales de todo el país que trabajan con niños y jóvenes en estado de riesgo y abandono. Nació en 1987 en una capilla de Florencio Varela, provincia de Buenos Aires, con el impulso que le otorgó el Hogar Pelota de Trapo, conducido por Alberto Morlachetti; y el Hogar de la Madre Tres Veces Admirable, que dirige el Padre Carlos Cajade.
Entre las personas que compartieron el inicio de esta marcha se encontraban: Jorge Rivera Pizarro, de UNICEF Argentina; Víctor de Gennaro, de la CTA; Hebe de Bonafini - junto con otras madres - de la Asociación Madres de Plaza de Mayo; Keka Kofmann y otra madre, de Madres de Plaza de Mayo de Santa Fe; Claudio Lozano, Diputado Nacional y Mesa Nacional CTA; Hugo Godoy, de ATE Buenos Aires; Roberto Baradel, de SUTEBA; Fernando Acosta, de CTA Jujuy; José Tessa, de AMSAFE; Darío Perillo, de la CCC; Ricardo Peidró, de la CTA; Patricia Kistenmacher, de la asociación internacional AVINA; y la doctora Elsa Moreno.
Los motivos que los moviliza desde hace tres años están bien fundamentados. Por lo cual, es conveniente considerar datos elementales como: según el INDEC el 56,4% de los menores de 18 años son pobres (7.730.708) y el 23,6% son indigentes (3.234.835). Datos que el propio organismo recoge en base a metodologías desactualizadas (recordemos que las más recientes no han sido habilitadas para su uso). En este sentido, la línea de pobreza para una familia tipo que hoy se ubica en $ 780, en el momento de recurrir a las encuestas más actualizadas se encontraría en los $ 1.100, condenando a la pobreza a más del 70% de la población infantil, esto expresado por el Diputado Claudio Lozano a Página 12, en su edición del día 16 de este mes.
La "infantilización de la pobreza" es una característica central imperdonable desde un punto de vista ético y moral. Pero también es la clave para interpretar la realidad, destruyendo las falacias del neoliberalismo o del actual discurso neodesarrollista que, bajo otra modalidad, pretende reinstituir la teoría del derrame.
En un país con 37 millones de habitantes, de los cuales 16 millones son pobres, esto significa que, mientras algunos hogares se quedan con muchas canastas, otros no tienen ninguna. Visto de este modo, el problema argentino es la profunda desigualdad que organiza en este momento su funcionamiento económico. Contrariamente, también existen las otras lecturas (las más comunes y que se instalan como obvias) que, respondiendo a la “vieja teoría” del derrame, implicarían plantear la ausencia de una capacidad objetiva que debe resolverse incrementando la riqueza que se produce.
Con la intención de buscar las raíces a este flagelo se lanzó la Encuesta Nacional de Nutrición. A partir de ésta el Ministerio de Salud intenta tener datos recientes sobre los chicos de entre seis meses a cinco años y de las mujeres en edad fértil o embarazadas de todo el país. Para esto, nutricionistas con sus respectivos asistentes caminaron a partir de octubre pasado por los barrios y las distintas localidades del país, pesando chicos, midiéndolos, anotando cuáles son los hábitos alimentarios de la familia.
El trabajo de campo, que finalizará el 7 de julio, es coordinado por la Universidad de Tres de Febrero. Prevé la realización de 35 mil encuestas, de las que ya tienen 33 mil. Los resultados del estudio se conocerán a nivel nacional dentro de unos meses.
En Mendoza, donde también existe un sobreentendido social que da por sentado que los niños son protagonistas privilegiados de la consideración popular, con una ley provincial sobre los derechos del niño, sorprende de igual modo que a diario se vean vulnerados estos “derechos otorgados”. El censo sobre nutrición en la provincia comenzó el 24 de febrero con la denominada etapa del timbreado (primera visita al domicilio que hacen los encuestadores). A partir de aquí se acordaba una entrevista posterior con la familia elegida y continuaba como en el resto del país. Estas encuestas sirven para que el Estado Nacional, en un tiempo prudente, pueda tener información calificada que lo oriente a la hora de tomar decisiones sobre políticas públicas. Pero también los técnicos de la economía y los políticos tienen que aprender a incluir aquellos tiempos que seguramente son más urgentes que los de sus áreas.
“Se trata de una sociedad que se protege de sus chicos en lugar de protegerlos”, afirma Alberto Morlachetti, coordinador nacional del Movimiento de los Chicos del Pueblo, al ser entrevistado por Página 12. “El objetivo de la marcha es destacar que el hambre y la pobreza son delitos y que hay que detenerlos sí o sí”, sostuvo. “En la Argentina ocurre una gran paradoja –agregó–. Un país que puede producir alimentos para 300 millones de personas, y que tiene el 70 por ciento de sus niños bajo el nivel de pobreza, se constituye en una tragedia perfectamente evitable y la magnitud del delito es mucho mayor. Uno ve la ignominia del hambre tallada en el cuerpo, lo hace ser de una forma muy particular”. También dejó en claro, refiriéndose a una realidad no siempre vista, que “cuando una persona dice que un chico es violento no se da cuenta de que ese chico ve al hermanito más chico y a la madre llorando y no puede soportarlo y sale a la calle a buscar el pan a cualquier precio... El error del adulto es no entender esa realidad”.
Natalia Frías
noudlle@hotmail.com
Departamento de Sociedad y Movimientos Sociales