La actividad, que estará a cargo los profesionales del programa de Manejo del Estrés del DAMSU, ofrece caminos alternativos para que las personas logren adaptarse a las demandas actuales sin perder salud ni calidad de vida. Y se desarrollará en el Salón de Usos Múltiples del Departamento, el sábado 14 de marzo, entre las 9 y las 16.

El arancel es de 750 pesos para afiliados y de 1500 pesos para no afiliados. Las personas interesadas en recibir más información y concretar la inscripción deberán comunicarse con el área de Educación para la Salud, de lunes a viernes de 8 a 13.30, a través del teléfono conmutador  4135000, interno 3202 o del correo-e: educacionparalasalud@damsu.uncuyo.edu.ar

Sobre el estrés

Está comprobado que el estrés laboral sostenido tiene consecuencias negativas para las personas y sus familias, por lo que es saludable prestarle atención a las diferentes señales que aparecen.

Existen alarmas como sentir ansiedad, depresión, irritabilidad, nerviosismo, agresividad, frustración y agotamiento. El cuerpo es muy efectivo en mostrar que hay algo para atender y lo hace a través del aumento del ritmo cardíaco, de la presión sanguínea y de la tensión muscular, y demás efecciones.

Hay también otros motivos que hacen que los trabajadores se sientan agobiados. Desde aspectos ambientales, como el ruido; hasta factores interpersonales, como la relación con los compañeros.

En ese sentido, el rol que toca desempeñar en el trabajo, como la toma de decisiones, el contacto con el público y la falta de conciliación entre la vida personal y la laboral, pueden ser clasificados como fuentes inagotables de estrés para muchas personas.

Ese estrés laboral sin duda modifica los comportamientos de manera gradual, se van transformando las distintas costumbres: las alimentarias, el descanso, el consumo de sustancias como cigarrillos, medicamentos, alcohol, entre otras. Inevitablemente esos cambios perjudican el trabajo y la falta de colaboración, el aislamiento y los enfrentamientos, así como la disminución de la productividad y el aumento de errores pueden ser detonantes.

Cuando se advierten esos cambios es el momento de actuar y hacer algo, buscar caminos alternativos para poder adaptarse a las demandas sin perder salud ni calidad de vida.

Gestionarlo o prevenirlo ayuda a mantener el equilibrio a través de prácticas de abordaje cognitivo conductual, nutricional, físico, social, con herramientas útiles para construir una nueva forma de vivir y trabajar de modo saludable.