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De la Cumbre de los Pueblos al Foro Social Mundial

Después de la Cumbre de los Pueblos, balance y perspectivas de una experiencia de construcción popular. Un análisis necesario para poder afrontar los próximos desafíos en el Foro Social Mundial que se llevará a cabo en enero del 2006 en Caracas, Venezuela.

22 de noviembre de 2005, 01:23.

Por Maria Laura Salvo

Agencia Taller – Enviada Especial a Buenos Aires

lulisalvo@hotmail.com

De la Cumbre de los Pueblos al Foro Social Mundial fue la consigna de debate en el Congreso Mundial de Periodismo y Comunicación, que organizó la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA),  la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP) y la Escuela Terciaria de Educación Radiofónica (ETER).

La Cumbre de los Pueblos que se realizó en Mar del Plata tuvo la participación de más de 12.000 personas. Y es el resultado de una continuidad del trabajo que se viene realizando sobre tres grandes ejes comunes a nivel continental: no al ALCA, no a la deuda externa y no a la creciente militarización de América Latina por bases militares norteamericanas.

Este debate tuvo la participación de importantes investigadores y analistas de la sociedad como Atilio Borón, secretario ejecutivo de CLACSO; Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz y titular de SERPAJ; Stella Calloni, periodista; Julio Gambina, Director Adjunto del Centro Cultural de Cooperación, y Claudio Lozano, Director del instituto de Estudio y Formación de la CTA.

“Hay que caminar la palabra. La palabra sin la acción es vacía. La palabra y la acción por fuera de la comunidad son la parte. La palabra fuera de la comunidad es la muerte”. Así empezó Adolfo Pérez Esquivel citando a los indígenas del Cauca, Colombia, respondiendo a la pregunta de por qué hablar de la Cumbre de los Pueblos en un Congreso de Periodismo. Además agregó: “creo que lo que tenemos que recomponer es la comunidad, es el sentido de comunidad. Hemos caído en el individualismo, en esta fractura del pensamiento. Es decir, dificultad de poder conciliar la palabra con la acción en la comunidad”.

Por su parte, Claudio Lozano, manifestó: “yo invertiría el título de la convocatoria y diría del Foro Social de Porto Alegre a la tercera Cumbre de los Pueblos. Porque a comienzos del 2001 se puso en marcha un hábito que permitió la convergencia que hasta ese momento no se tenía de un conjunto muy significativo de experiencias de resistencias”. Y añadió: “Y me parece que la Tercera Cumbre de los Pueblos lo que hace es objetivar ese proceso que permitió los avances populares y los cambios institucionales importantes en la región. Y que permitió algo fundamental: haber sido capaces de ponerle un límite a la estrategia imperial”. Pero además expresó: “un limite es eso, un límite que implica algo que por definición no alcanza y tiene que ver con esto de que podemos decir que no, pero tenemos dificultades para poder construir un proyecto propio”

En este sentido, según Lozano, las propuestas de Estados Unidos intentan superar el límite que la resistencia de la región le puso al proyecto del ALCA, intentando operar sobre los obstáculos de nuestras estrategias gubernamentales, los obstáculos que tienen las coaliciones políticas y sociales. Y sobre las dificultades que se tienen en el ámbito de los Foros”. Concluyó: “nosotros tenemos foros que permiten intercambios y diálogos, pero que todavía son débiles a la hora de proponer acciones conjuntas para operar en el marco regional”.

Para Atilio Borón, los foros tienen que ver con algunos procesos de democratización muy importantes que hubieron en América Latina en estos años. Ante esto advirtió: “lo que hay que tratar de evitar es que  el foro se convierte en un “oenegización”, es decir un gran espacio de ONGs que se caracterizan por un gran desprecio de la política. Esto no se resuelve en el terreno de las ideas, a pesar de que es importantísimo. La batalla de ideas es fundamental pero aparte tenemos que tener una batalla política”.

“Hay que definir tres cuestiones sustantivas: ¿cuál es el proyecto alternativo o civilizatorio?; ¿Qué programa? es decir, una articulación conjunta de todas esas reivindicaciones de las luchas cotidianas de los trabajadores, de las minorías, de todos aquellos que luchan de distintas formas contra mecanismos de explotación. Y la tercera cuestión es la fuerza social y política para llevar adelante todo esto”. Así lo expresó Julio Gambina del Centro Cultural de la Cooperación. Y expresó que “si esas ideas no hacen conciencia en una masa crítica de población, eso no es posible llevarlo adelante. El problema en la Argentina y en algunos los países de América Latina es que no hay alternativa política. Mientras nosotros no construyamos una fuerza social y política alternativa no será posible darle perspectiva a esta construcción de un camino de liberación”.

En forma de reflexión Adolfo Pérez Esquivel manifestó: “sino sabes a dónde vas, regresa para saber de dónde vienes. La dominación fue fracturando y enfrentando permanentemente pueblo contra pueblo. Toda sociedad es el resultado de quienes la componen. Lo que sembramos recogemos, no hay otro camino. Estos espacios de reflexión a nivel continental, permiten articular, pensar, construir y tratar de avanzar en los caminos de liberación de nuestros pueblos”.

A su vez, Claudio Lozano dijo: “el único mecanismo alternativo es la decisión de la región de  integrarse sobre sí misma. Implica poner como primer objetivo el combate a la pobreza y a la desigualdad. Segundo objetivo, una relación común de nuestros Estados con las empresas transnacionales para plantear un posible proyecto de complementación productiva que debe por definición independizarse de los intereses puntuales de los sectores empresarios. Tercer punto, una agenda común de restricciones del movimiento del capital financiero. Y cuarto punto, una renegociación conjunta de la deuda”.

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