En un año completamente atípico, en el que se viven situaciones inesperadas e imprevistas, estudiantes y profesoras de la Facultad de Educación de la UNCUYO buscaron y encontraron el modo de llevar adelante las prácticas profesionales pedagógico terapéuticas completamente online. Fueron 12 las estudiantes de las carreras de educación especial que desarrollaron la práctica y la concluyeron con la presentación de su informe final con modalidad ateneo. Pertenecen a las carreras Profesorado Universitario de Pedagogía Terapéutica en Discapacidad Intelectual. Orientación Discapacidad Motora y del Profesorado Terapéutico de Grado Universitario en Discapacitados Mentales y Motores.
Docentes, autoridades y alumnas valoraron la experiencia formativa inédita en instancias no presenciales, el esfuerzo y acompañamiento, la capacidad de búsqueda y adaptación al momento desconocido que se vive por la pandemia de Covid-19.
Además de las estudiantes, participaron del ateneo las profesoras a cargo del espacio Valeria Vigo y Leticia Vazquez; la Profesora Alejandra Vergelin, de espacios curriculares de Práctica del Profesorado Universitario de Pedagogía Terapéutica en Discapacidad Visual; la referente por el Profesorado Universitario de Educación Primaria, Flavia Escudero y la directora General de Carreras de la Facultad, Gabriela Griffouliere.
Las protagonistas de la experiencia relataron que una sorpresa y un extra de la virtualidad fue que las familias de los destinatarios de la práctica también se sumaron a la experiencia y enriquecieron el proceso.
“Cuando iniciamos la práctica pensé que la virtualidad iba a ser mucho más difícil para llevarla adelante en la vinculación con el usuario; sin embargo todo lo que me imaginé se pudo lograr en el 100 por ciento”, explicó Nonthue Ledda, cuando respondió las preguntas sobre su trabajo.
Por su parte Leticia Vázquez destacó el desempeño profesional y la "increíble responsabilidad" de este equipo de práctica. “Jugarse el todo por el todo es lo que ha hecho posible que hoy cerremos este proceso”, señaló la docente como un modo de reconocer el trabajo, el esfuerzo, la dedicación y el profesionalismo con el que las estudiantes llevaron adelante las prácticas.
La otra responsable del espacio, Valeria Vigo, relató que lo que las animó a llevar adelante la experiencia virtual fueron las altas capacidades que tienen los adultos con discapacidad intelectual para adaptarse a las situaciones. “Ellos pudieron demostrarnos a todos cómo las personas con discapacidad intelectual pueden plantearse desafíos y devolver procesos exitosos”, dijo.
La referente de Primaria, Flavia Escudero puntualizó la inspiración que representan para el resto de los docentes de prácticas de la Facultad. “La manera en la que llevaron adelante la práctica, en esta situación, nos sirvió para pensar que era posible, poder pensarlo, articularlo y ver qué cosas podemos hacer”, señaló al felicitarlas por animarse a hacer “cosas que no nos imaginamos que se podían hacer”.
La directora General de Carreras de la Facultad, Gabriela Griffouliere, valoró el trabajo de formación de las estudiantes. “Es en estos momentos cuando uno siente que valen la pena esas horas, esas dedicación”, dijo. Además destacó la importancia de que hayan encontrado formas de abordaje de este desafío. “Que sean las primeras egresadas de educación especial en este contexto es un momento muy importante para la Facultad y para ustedes”. Y comentó que la enorgullece la experiencia porque muestra la excelente formación y el compromiso de cada una de las estudiantes: “No me cabe dudas que serán enormes profesionales”, cerró la profesora.
Algo más sobre estas prácticas
Este espacio se enmarca en un servicio educativo terapéutico gratuito destinado a adultos con discapacidad intelectual y, o motora que ofrece la Facultad de Educación de la UNCUYO. En este ciclo el espacio contó con algunos adultos pertenecientes a la Institución THADI (Centro de Día Vespertino del ámbito de salud) y otros que no poseen institución de referencia que concurren y acompañan este proceso desde hace un largo tiempo.
La práctica en este 2020 implicó la implementación de sesiones de aproximadamente 50 minutos desarrolladas completamente en la virtualidad, lo que representó un doble beneficio. Por una parte las practicantes contaron con la posibilidad de brindar tele asistencia a los usuarios a través de distintas plataformas (Zoom, Meet, u otras). Construyeron así el rol profesional a partir de esa experiencia y de los insumos recibidos durante su formación. Por otra parte esta modalidad de intervención en la virtualidad propició y garantizó el acceso a la educación y formación permanente de las personas adultas con discapacidad intelectual y/o motora, que son los que utilizan este servicio, a pesar del actual contexto de pandemia.
En este sentido de modo ininterrumpido se cumplió con el propósito de este proceso de práctica: “Asegurar y garantizar el derecho en el acceso a la educación de las personas con discapacidad”, tal como lo establece en su artículo 24 la Convención Internacional de Naciones Unidas sobre los derechos de las personas con discapacidad.