Hay que mejorar desde la formación de los docentes hasta la situación edilicia de las escuelas y las condiciones económicas de los alumnos.
Los cimientos materiales y simbólicos de la educación fueron afectados gravemente durante las últimas décadas, por lo cual es indispensable reconstruir las columnas del sistema escolar.
La legislación: Las leyes de Educación Nacional y jurisdiccionales, como la de la Provincia de Buenos Aires, de Financiamiento y de Educación Técnica y Formación Profesional establecieron nuevos fundamentos y el horizonte educativo que comparte la mayor parte de los argentinos. Falta legislar sobre la educación superior.
La infraestructura: Se han edificado cerca de setecientas escuelas en los últimos cinco años; escuelas bien hechas y bien equipadas. Pero el déficit viene de largas décadas por lo cual se proyecta duplicar ese número, así como continuar con la reparación de antiguos edificios.
Las condiciones de trabajo de los docentes: Se avanzó en la conformación de paritarias a nivel nacional y en varias provincias y en la recomposición del salario básico. Es una meta llegar a acuerdos que garanticen un básico nacional con pautas de ajuste que le quiten dramatismo a la negociación semestral. Otros temas también requieren atención urgente en las paritarias: las diferencias salariales que deben exceder el básico porque responden a diferencias regionales, de condiciones de trabajo, del nivel de capacitación; la salud de los docentes, el medio ambiente laboral, la titularización de los interinos, la reunificación de los cargos que están repartidos en varios establecimientos; etc.
La capacitación de docentes y personal auxiliar: El Instituto Nacional de Formación Docente está cumpliendo adecuadamente su tarea. Ahora es necesario dar un paso más y concebir la formación de los trabajadores de la educación plenamente integrada a un nuevo sistema de educación superior, sostenida por un pacto con los trabajadores de la educación.
La conectividad: Incorporar cada aula a la red con todos los reaseguros tecnológicos y pedagógicos que protejan a los chicos de los peligros mediáticos, como lo han hecho muchos países latinoamericanos.
El bienestar estudiantil: El boleto estudiantil gratuito y un sistema de becas de orden nacional atacarían dos de las principales causas de la deserción escolar.
Escuelas bien construidas y bien conectadas. Docentes en buenas condiciones de trabajo. Gran esfuerzo para su formación y capacitación. Chicos que no estén económicamente imposibilitados para asistir a la escuela. Ese es el punto de partida. No es imposible, sino la situación que sería normal.
La meta que corresponde a la política de estímulo al desarrollo, con la cual el Gobierno enfrenta la crisis, debe ser la inclusión universal de los argentinos en el sistema de educación, lo cual requiere convocar al conjunto de la sociedad para que participe de una amplia movilización educativa.
La UNCUYO fue sede del Foro Energético Nacional
22 de noviembre de 2024