Por Moisés Ortiz
Departamento de cultura
25/04/06 El último sábado se concentró en Plaza Independencia un centenar de jóvenes para apoyar, mediante un banderazo, al grupo de rock Callejeros. La iniciativa arrancó en Buenos Aires. A través de un foro, comenzaron a conectarse adeptos de la banda de todo el país.
Enzo Ibáñez, organizador del banderazo en Mendoza, le comentó a ATPA: “queremos que dejen de censurar a Callejeros y les permitan tocar, porque no son culpables. No creo que vayan a meter a 40 familiares para matarlos. Los están acusando de cualquier cosa cuando ellos sólo fueron a tocar, fueron a hacer su laburo”.
En relación a la situación que Callejeros tiene ante la justicia, el joven comentó que “el abogado (Eduardo Guarna) presentó una apelación para que se los deje de culpar por estrago doloso, pero ésta fue rechazada”. Recordemos que el proceso que llevan adelante en contra de la banda es por “estrago doloso seguido de muerte”. Es un delito que prevé penas que van de 8 a 20 años de prisión.
El consultado por ATPA habló de quiénes son, en su opinión, los culpables del hecho: “los inspectores que aceptaron la coima, Chabán (Emir Omar Chabán, dueño del boliche de Once) al pagar la coima, e Ibarra (Aníbal Ibarra, destituido Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires) porque responde en nombre de todos sus trabajadores, por eso lo destituyeron”. A lo que agregó “los controles regulares que tenían que hacerse no se hacían. Por ejemplo, en los techos tienen que haber unas ventilas que no estaban, porque funcionaban unas canchas de fútbol arriba de Cromañón. Ese humo tóxico que se produjo se podría haber ventilado y hubiera sido menor la cantidad de muertos. Ese es otro punto que le juega en contra a Chabán”.
La banda no se presenta en público desde el 30 de diciembre del 2004, día en que ocurrió el trágico incendio en el boliche República Cromañón, que dejó sin vida a 194 personas.
Los músicos de Villa Celina llevan tres intentos fallidos en lo que va del año de regresar a un escenario. El primero en Córdoba, prohibido con la excusa de no cumplir con las condiciones de seguridad necesaria. Posteriormente el gobernador de la provincia de Tucumán realizó un planteo sumamente ilógico, diciendo, entre otras cosas, que eran necesarios 150 baños químicos debido a la cantidad de público convocado para el recital. Al respecto, Enzo Ibañez nos comentó: “Si en el recital de los Rolling Stones hubiera habido esa cantidad de baños que piden a Callejeros, hubiera estado la mitad del Monumental ocupada de baños químicos”.
El último intento que realizaron los músicos para acercarse a su público fue en La Pampa. Su gobernador, Carlos Verna, decidió censurar la presentación de Callejeros en ésta provincia, porque no está en condiciones de garantizar la seguridad pública. Otro de los puntos que falla en contra de la banda es la presión ejercida por muchos de los padres de las víctimas de Cromañón, que no son todos, ya que muchos aseguran querer estar presentes en el regreso de la banda, alegando que sus hijos hubieran estado allí.
La banda Callejeros quedó finalmente habilitada ayer para volver a tocar. Así lo ratificó la Cámara del Crimen al rechazar el recurso interpuesto por un grupo de familiares de víctimas de Cromañón que pedía que se prohíba a los músicos realizar conciertos hasta que termine el juicio oral. De hecho, el grupo liderado por Patricio “Pato” Fontanet, había resuelto días atrás desistir en su intención de regresar a los escenarios hasta que la Cámara del Crimen se expidiera sobre esta posibilidad. Ahora habrá que esperar que, más allá del aval judicial, exista voluntad política y empresarial para que la banda pueda presentarse nuevamente.
Luego de la masacre de Cromañón, funcionarios políticos de las distintas provincias comenzaron a limitar las manifestaciones culturales, sobre todo, aquellas provenientes de los jóvenes. Se dictaron leyes o resoluciones que prohíben a bandas de rock o grupos de teatro, entre otros, presentar sus espectáculos en lugares que no brindarían la seguridad necesaria al público. Un ejemplo de esto ocurre en la Ciudad de Mendoza, donde una ordenanza municipal prohíbe los espectáculos artísticos en los primeros pisos y sótanos, perjudicando a los artistas del circuito alternativo.
