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Derechos Humanos: Comienza a hacerse justicia

En España condenaron a 640 años al ex represor argentino Adolfo Scilingo. En Chile se dictaron penas para cuatro ex represores de la última dictadura en ese país y se llevó a juicio a dos ex coroneles de la Fuerza Aérea.

28 de abril de 2005, 22:39.

 

En España la Audiencia Nacional sentenció al ex militar argentino Adolfo Scilingo a 640 años de cárcel por delitos de lesa humanidad , detención ilícita y torturas, cometidos durante la dictadura en Argentina (1976-1983).

El tribunal consideró  probado que Scilingo conoció el plan elaborado por la Armada para luchar contra la subversión antes del golpe militar del  24 de marzo de 1976 en Argentina, ya que participó en su condición de oficial en dos reuniones celebradas en Puerto Belgrano, donde se dieron las directrices de esa acción.

Scilingo viajó a España de manera voluntaria, a fin de prestar testimonio ante el juez Baltasar Garzón, que investigaba atrocidades cometidas por los regímenes militares de Argentina y Chile.

Scilingo admitió al principio haber participado en los llamados “vuelos de la muerte” en los cuales, detenidos, drogados y desnudos fueron arrojados de aviones por militares argentinos. También dijo que estaba enterado de otras atrocidades cometidas en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), uno de los más notorios centros de tortura  y asesinato de presos políticos, ubicado en una zona aledaña de Buenos Aires.

Posteriormente el juez Garzón ordenó su encarcelamiento y proceso.

Durante el juicio, Scilingo insistió en que había inventado su testimonio a fin de provocar una investigación sobre la “guerra sucia” en Argentina. Pero un panel de tres jueces determinó que Scilingo era culpable de crímenes contra la humanidad y lo condenó a  21 años de cárcel por cada una de las 30 personas arrojadas desde aviones. También recibió cinco años adicionales de prisión por torturar presos y otros cinco por detención ilegal de personas.

El abogado Carlos Slepoy, quien representó a familiares de víctimas argentinas dijo que se trataba de un “dictamen histórico” que allana el camino para procesar a otros criminales de la “guerra sucia”.También servirá de estimulo para que la justicia argentina procese a personas en la nación sudamericana.

Las agrupaciones de derechos humanos aplaudieron la decisión de la Justicia española de condenar a Scilingo. “Estamos de festejo y con una sensación de alegría, pero al mismo tiempo de frustración, porque la tipificación a la que aspirabamos era la de genocidio” dijo Carlos Lordkipanidse, miembro de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos.

“Condenar a Scilingo es condenar al vigilante de la esquina, pero ya que lo condenaron, bienvenido. Lo importante sería condenar a los gordos, acá o donde sea”, manifesó la presidenta de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini.

En tanto en Chile, la Corte de Apelaciones de Santiago ratificó condenas de hasta 15 años de prisión contra cuatro represores de la dictadura de Augusto Pinochet, procesados por la desaparición de un estudiante universitario en 1975. La sentencia fija una pena de 15 años de cárcel para el general Manuel Contreras, ex jefe de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), la policía secreta del régimen militar, como autor de un delito de secuestro calificado del que fue víctima Luis Dagoberto Sanmartín Vergara.

 También como autor fue sentenciado, pero a 10 años, el general Eduardo Iturriaga Neumann, mientras el ex brigadier Miguel Krasnoff y el ex mayor Gerardo Urrich fueron condenados a 3 años en calidad de cómplices. Las condenas son las mismas dictaminadas en el fallo de primera instancia por el juez especial Alejandro Madrid.

Además, en Santiago, el 21 de abril pasado la justicia chilena sometió a juicio a dos ex coroneles de la Fuerza Aérea en relación a las investigaciones sobre la muerte de José Tohá González, ministro de Defensa del derrocado gobierno constitucional de Salvador Allende. El encauzamiento fue hecho por el magistrado Jorge Zepeda en contra de los ex oficiales de la Fuerza Aérea, Ramón  Pedro Cáceres Jonquera y Sergio  Contreras Mejías, al encontrar evidencias de que participaron en torturas aplicadas al dirigente socialista. Ambos oficiales permanecen detenidos en dependencias de la Fuerza Aérea.

Estos tres casos de enjuiciamiento y/o condena a ex represores de las dictaduras perpetradas en Argentina y Chile son una esperanzadora señal de que poco a poco comienza a hacerse justicia y de que la memoria continúa viva. Si bien no se han logrado condenas por genocidio, esto es un gran  avance en materia de Derechos Humanos.

 Ana Hernández

a_hernandez82@yahoo.com.ar

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