La resolución 577 de este año expresa el repudio de la Universidad Nacional de Cuyo a las suspensiones, cesantías y expulsiones por causas políticas durante la dictadura entre 1976 y 1983. Durante el acto de desagravio los afectados que pudieron asistir recibieron una copia de la resolución de manos del Rector o el decano de la facultad a la que pertenecen.
En la oportunidad Daniel Pizzi advirtió que a pesar de los esfuerzos y actividades que la UNCUYO lleva a adelante cotidianamente por la memoria –entre los últimos se puede destacar el mural del Bloque de Aulas Comunes Tecnológicas y el bosque de eucaliptus que recuerda a los desaparecidos de la UNCUYO frente al Rectorado- “todavía hay una deuda muy fuerte que es la búsqueda de la verdad”, señaló.
El Rector también aconsejó a la comunidad universitaria no quedarse quieta. “Lo que debe guiar nuestros actos es la memoria, pero siempre mirando al futuro”, sostuvo.
La propuesta de desagravio surgió del claustro estudiantil. Fue justamente el consejero Facundo García Aguado que consideró un honor que se aprobara su proyecto y dijo que consideraba al desagravio como un acto simbólico de gran trascendencia y que servía para que “nunca más nos toque pasar como comunidad por lo que ya pasamos”.
La lista
Entre los profesores, estudiantes y personal de apoyo académico que sufrió censantías, expulsiones o sanciones en la Universidad durante esos años se puede mencionar a Carmelo Cortese, Cristina Romagnoli, Vilma Rúpolo, Osvaldo Gac, María Raja Galarza, Juan Carlos Tulián, Susana Ethel Roitman, Nelly Vidaña, Oscar Vidaña, Carlos Rodríguez, Carlos Abihaggle, Elsa Correa, Roberto Roitman, José Pavón, Carlos Muñoz, Juan Antonio Zapata, Roberto Vélez, Beatriz Borzotta, Graciela Burgardt, Raúl Lilloy, Silvana Vallone, Graciela Cousinet, Adriana Vilapriñó y Lucrecia García.