«Prototipo de Vivienda Sustentable» se llamó el concurso que idearon el Instituto Multidisciplinario de Energía de la UNCuyo y la carrera de Arquitectura de la facultad de Ingeniería para generar espacios de ejercicios y de reflexión profesional. Buscó incentivar a los jóvenes a pensar proyectos reales y aplicables, articulados con las necesidades del sector productivo local. También motivarlos a utilizar en el diseño no sólo los conceptos de habitabilidad de los espacios y necesidades de quien los habite, sino también la duración de la vida útil, para llevar adelante sus actividades con un consumo mínimo de energía.
El grupo «Roid», que integraron Candela Pelliza, Dana Campanella y María Lucía Arias, obtuvo el primer premio del certamen. Desde el punto de vista arquitectónico, el trabajó logró una armonía en el diseño bioclimático, sin dejar de lado la espacialidad y la comodidad. Con su materialidad y colores se adaptó al entorno creando un conjunto moderno integrado al paisaje.
La propuesta se destacó en el desarrollo e integración de un invernadero como sistema de calefacción solar pasiva.También, por el cálculo y utilización de paneles fotovoltaicos y la adecuada utilización de colectores solares planos para calentamiento de agua. Busca la sustentabilidad por medio de una planta de tratamiento de agua grises, y el cálculo de producción de biogás. Y logra un valor óptimo en los resultados del balance energético, logrando que la vivienda, en situación de cielo claro, no requiera energía auxiliar para ser calefaccionada. El equipo estudiantil participará en los distintos programas y proyectos que desarrollará el Instituto de Energía en el 2017.
Por otra parte, la primera mención fue para el grupo «GAN» que conformaron Agustín Degarbo, Gastón Guerra y Nicolás Scanavino. Su idea consistió en un diseño arquitectónico bioclimático que contempla la ganancia solar directa como sistema de calefacción solar pasiva y para la estación estival realiza un estudio de protección de las aberturas. Asimismo cuenta con la generación de energías limpias mediante la utilización de paneles fotovoltaicos y solares térmicos, la reutilización de aguas grises y la utilización de un sistema de biogás.
La segunda mención fue para «Casa Cinta» de Luis Paulo Scheibbelr y Montserrat Castellví. Su proyecto se arraiga al entorno por su resolución de las vistas hacia el río. El diseño ambientalmente consciente contribuye a la necesidad de calefacción y enfriamiento de la vivienda y prioriza la conservación de energía. Presenta el estudio del tratamiento y reutilización de las aguas grises y de lluvia.