El Instituto Tecnológico Universitario de la UNCUYO es una de las cinco instituciones de formación técnico profesional del país elegida como modelo educativo técnico profesional a tener en cuenta. El rasgo que se resaltó fue su resultado enorme en garantizar empleabilidad en contextos de alto desempleo.
La investigación la encabezó la Universidad Pedagógica Nacional (Unipe), convocada por el Consejo Económico y Social y con financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). El foco está puesto en conocer los esquemas de articulación de Educación Técnico Profesional que existen en el país y que permiten trayectorias para adolescentes, jóvenes y adultos entre los distintos niveles de enseñanza (secundario, técnico, universitario o no y formación profesional).
Además del modelo ITU, forman parte de esta selección el Polo Maderero de Montecarlo en Misiones; el Instituto Superior Politécnico en Córdoba; el Centro de Formación Técnico Profesional en Añelo Neuquén; el Centro de Formación Profesional La Bernalesa que se encuentra en el Conurbano Bonaerense.
Los criterios que se tuvieron en cuenta fueron: respetar cierta visión federal (tomando ejemplos de distintos puntos del país); seleccionar institutos que contemplen la formación en economía del conocimiento con sinergia entre el sector industrial y los polos tecnológico y, finalmente, priorizar esquemas innovadores vinculados a universidades, sector productivo y a los distintos niveles de enseñanza.
Experiencia ITU. La socióloga Nancy Montes, integrante del equipo de Investigación de la Unipe, visitó la sede central del Instituto de la UNCUYO. Explicó que para la concreción de esta línea de estudio se está trabajando con modelos educativos de Neuquén, Misiones, Córdoba y Buenos Aires; y puntualizó que, en el caso específico de Mendoza, puede hablarse de una “fórmula ITU a exportar”, basada en tres características esenciales:
- La primera vinculada al modo en que se gestó. De manera autónoma, a comienzos de los ’90, con apoyo del Gobierno Provincial y de empresas del sector productivo.
- La segunda, asociada a la base territorial con la que cuenta a través de todas sus sedes.
- Y, la tercera, siendo la más importante para la investigadora: “El enorme resultado en garantizar la empleabilidad en contextos de alto desempleo”.
“Es muy fuerte en la cantidad de empresas, de sectores, que no solo demandan egresadas y egresados del ITU, sino que, ofrecen sus espacios para prácticas profesionalizantes y además en los niveles de empleabilidad. Esto es algo que no siempre se puede garantizar o gestionar desde las instituciones”, apuntó la especialista en educación que actualmente trabaja en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).
Actualmente el ITU tiene 451 convenios activos con empresas y organizaciones vinculadas para la concreción de prácticas profesionalizantes.
Asimismo en cuanto al vínculo de la investigación y los cambios concretos a futuro, la Socióloga hizo hincapié en la predisposición del director general del ITU, Guillermo Cruz, quien se mostró abierto a realizar encuentros con los cuatro institutos restantes que componen esta línea de investigación, a los fines de enriquecerse mutuamente y seguir trabajando en la misma sintonía.