El Proyecto
Se desarrolló con el fin de diseñar nanopartículas magnéticas para tratar el desprendimiento de retina. Es un novedoso procedimiento que se inició hace 7 años y que consiste en resolver esta enfermedad ocular con la utilización de nanopartículas magnéticas que se inyectan en el ojo y que, atraídas por un imán que se coloca en la zona de la sub-conjuntiva, empujan la retina y la regresan a su lugar, manteniéndola en posición hasta su cura.
“El método prácticamente no presenta contraindicaciones para el paciente, quien vuelve a su casa con la visión plenamente recuperada y puede hacer una vida normal, con sus cuidados iniciales”, aseguró el Físico. Asimismo explicó que después de un tiempo -cuando la retina ya está ubicada correctamente- se saca el imán y las partículas son reabsorbidas por el organismo.
Desde el 2016, el procedimiento desarrollado por Zysler y su equipo se encuentra en la fase 1 de prueba en humanos, con una efectividad del 100%. A futuro, la fase 2 considera realizar la intervención en cientos de personas.
El trabajo comenzó en el 2010, cuando Mario Saravia, jefe de Retina del Hospital Austral y médico del Hospital de Clínicas, y el patólogo ocular, Alejandro Berra, se pusieron en contacto con Roberto Zysler. Ellos querían desarrollar una alternativa a la cirugía tradicional para reparar el desprendimiento de retina, ya que la intervención usual no daba resultados efectivos en algunos pacientes.
“Hoy se aplica al paciente una burbuja de gas que empuja la retina y la mantiene en su lugar hasta que se cura. Se trata de un método que tiene más de 60 años y su eficacia depende de la posición de la lesión. Si es una lesión en la parte superior del ojo, es lo mejor que puede pasar: por gravedad, la burbuja va a estar hacia arriba y basta con dormir sentado para cicatrizar”, detalló el doctor.
Asimismo señaló que cuando la lesión ocurre en un costado, se introduce la burbuja en el ojo y el paciente debe permanecer el mayor tiempo posible recostado de lado. Pero cuando uno tiene una lesión de este tipo en la parte inferior del ojo, ya no tiene sentido la introducción de la burbuja. “Lo que suele ocurrir en esos casos es que se intenta poner un cinturón, se hace una cicatriz de láser y en general, si la lesión es muy pequeña, el problema se resuelve, pero muchas veces el paciente recurre a más operaciones porque la retina se rompe nuevamente y deriva en otro desprendimiento”, explicó.
Mencionó además que para reemplazar este tratamiento, la propuesta desde el laboratorio de Resonancias Magnéticas del CAB fue diseñar partículas magnéticas para sustituir la burbuja del tratamiento regular que se utiliza actualmente, más un imán que se puede ubicar en cualquier lado del ojo, independientemente de dónde se encuentre la lesión. “Ésta es la principal ventaja”, manifestó el investigador.
En el marco de este desarrollo, Zysler remarcó el trabajo en equipo y la conformación de un grupo interdisciplinario para llegar a la meta: “Cada integrante debió aprender el lenguaje del otro para poder construir así una sinergia que nos llevara al objetivo propuesto - y agregó-; todo este desarrollo hubiera sido imposible de concretar sin los cimientos sólidos que nos ha provisto la investigación básica que se genera en nuestro laboratorio, en las áreas de magnetismo de las nanopartículas y los materiales magnéticos Partiendo de esta base, lo tomamos como plataforma para el diseño de nuestro desarrollo. Actualmente continuamos trabajando en ambas temáticas y constantemente una se enriquece de la otra”.
¿Qué son las nanopartículas magnéticas?
Una nanopartícula es una partícula sub-microscópica con una dimensión menor que 100 nanómetros. El nanómetro es una unidad de longitud que equivale a la millonésima parte de un milímetro. Las nanopartículas magnéticas se denominan así porque pueden ser manipuladas por medio de la aplicación de un campo magnético.
Las utilizadas para el procedimiento diseñado por Zysler y su grupo, para tratar el desprendimiento de retina, se desarrollan en el laboratorio de Resonancias Magnéticas del CAB y tienen un recubrimiento biocompatible que ayuda a mantener la suspensión dentro del humor vítreo del ojo.
Trayectoria
Roberto Zysler nació en 1961 en la Ciudad de Buenos Aires y desde hace 35 años vive en Bariloche. Es investigador superior del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET); licenciado y doctor en Física y docente del Instituto Balseiro. Tiene un posdoctorado en “Estudio de Sistemas de Nanopartículas Magnéticas”, realizado en Italia, y cuenta con una vasta experiencia en la formación de recursos humanos, que incluye dirección de tesis de grado y posgrado, dirección de posdoctorados y dirección de investigadores CONICET y de becarios.
Además publicó 146 artículos en revistas científicas internacionales con referato. Desde 1992 en adelante, realizó estancias en otros centros de investigación del País y del extranjero en el marco de cooperación científica con varios grupos.
Actualmente integra la Comisión Asesora de Física para ingresos a la Carrera de Investigador Científico del CONICET como coordinador . Recientemente se lo convocó para desempeñarse como editor -a partir del 1° de enero de 2018- de la revista Journal of Magnetism and Magnetic Materials. La publicación se especializa en magnetismo y materiales magnéticos.