La doctora en Ciencias Políticas y Sociales de la UNCUYO Fernanda Beigel fue incorporada, en representación de la Argentina, al Comité Consultivo de Ciencia Abierta de la UNESCO. La AOC (por sus siglas en inglés) es el movimiento que intenta democratizar la ciencia convirtiéndola en más eficiente y transparente. Esta comitiva busca promover la igualdad de oportunidades para todos (científicos, innovadores, encargados de la formulación de políticas y ciudadanos).
Luego de consultar al Grupo de Países de América Latina y el Caribe ante las Naciones Unidas (GRULAC) se confirmó la baja de los postulados que había presentado México. En consecuencia, el comité definitivo quedó compuesto por cuatro representantes de cada uno de los seis grupos regionales de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO): Fernanda Beigel por Argentina, Luiz Fernando Fauth por Brasil, Gregory Randall por Uruguay, y Ximena Gonzalez por Venezuela.
La trayectoria
María Fernanda Beigel es socióloga y científica. En 1993 se recibió en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNCUYO. Posteriormente se especializó en Historia y Políticas Económicas en la Universidad de Buenos Aires, UBA. Y en 2001 obtuvo su Doctorado en Ciencias Políticas y Sociales en la UNCUYO.
Actualmente es profesora en la cátedra de Sociología Latinoamericana y Argentina en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNCUYO. Además, se desempeña como investigadora y directora de proyectos en el Instituto de Ciencias Humanas, Sociales y Ambientales del CONICET.
En 2017 recibió la Mención de Honor al Valor Científico por parte del Senado de la Nación.
Hacia una ciencia inclusiva y democrática
La ciencia abierta es un movimiento cuyo propósito es convertirla en accesible, eficiente, democrática y transparente. Impulsada por los avances sin precedentes en el mundo digital, la transición hacia la ciencia abierta permite que la información, los datos y los productos científicos sean más accesibles (acceso abierto) y se aprovechen de manera más fiable (datos abiertos), con la participación activa de todas las partes interesadas (apertura a la sociedad).
Este compromiso puede marcar un punto de inflexión para hacer efectivo el derecho humano a la ciencia y reducir las diferencias en materia de tecnología e innovación entre los países y dentro de ellos.
La UNESCO impulsa la iniciativa en la creación de un consenso mundial sobre la ciencia abierta, que incluye una definición común, un conjunto de valores compartidos y propuestas de acción.
El movimiento de la ciencia abierta ha surgido de la comunidad científica y logró extenderse rápidamente de un país a otro, exigiendo que se abran las puertas del conocimiento. Inversores, empresarios, encargados de formular políticas y ciudadanos se están sumando a este trascendente llamamiento.