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Dos ingenieros del Balseiro, al frente de la Comisión de Energía Atómica

Germán Guido Lavalle y Luis Rovere asumieron los cargos de presidente y vicepresidente del organismo nacional. Tienen amplia experiencia en investigación, docencia y gerencia de proyectos tecnológicos.

10 de junio de 2024, 13:36.

imagen Dos ingenieros del Balseiro, al frente de la Comisión de Energía Atómica

Del Balseiro a la CNEA: Luis Rovere (izquierda) y Germán Guido Lavalle (derecha).

Por primera vez en su historia, la dirección de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) está en manos de dos egresados del Instituto Balseiro (IB): Germán Guido Lavalle y Luis Rovere. El primero ingresó a la carrera de Ingeniería Nuclear en 1984; el segundo se recibió un año antes en la misma carrera.

Desde mayo pasado, Lavalle y Rovere son los flamantes presidente y vicepresidente, respectivamente, del organismo gubernamental. En los últimos 40 años desplegaron una amplia trayectoria en tareas de docencia, investigación e innovación. Además, estuvieron al frente de instituciones y/o grandes proyectos tecnológicos.

La CNEA y la UNCUYO comparten la creación del Instituto Balseiro para la formación de recursos humanos y de Investigación y Desarrollo (I+D), fruto de un acuerdo firmado en 1955.

Acerca de sus nuevos roles 

“Es un orgullo enorme presidir la Comisión Nacional de Energía Atómica, siendo ingeniero nuclear. Es el lugar necesario, conveniente, para hacer buenas cosas”, dijo Lavalle, quien también se doctoró en Ingeniería Nuclear en el Balseiro.

“Estar en este lugar, en este momento, es un honor y una responsabilidad muy grande. Entendemos que hay una oportunidad enorme de hacer cosas por la relevancia que la energía nuclear y sus aplicaciones tienen, y por las capacidades enormes, particularmente de recursos humanos, que tiene la Comisión de Energía Atómica”, agregó Lavalle, quien también fue rector del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA, UADE) y fundó su propia empresa de tecnología.

“Es un honor y una tremenda responsabilidad”, expresó, a su turno, Rovere. A su vez, resaltó que la CNEA dispone de una enorme cantidad de recursos, laboratorios e ideas que surgen todo el tiempo.

“Es realmente un desafío tremendo poder potenciar y articular todas esas posibilidades que tienen un impacto en el país. La esperanza es poder contribuir a coordinar algunas cosas y hacer crecer algunos sectores. Me parece que va a tener un impacto muy positivo para el país”, aseguró el ingeniero nuclear, quien se desempeñó como gerente de la Fundación Intecnus y del Centro Atómico Bariloche.

En una visita reciente a su alma mater, el Instituto Balseiro, charlaron con personal del Centro Atómico Bariloche y del IB.

Qué aprendieron en el Balseiro

“El Balseiro me enseñó a pensar”, respondió Lavalle y contó que, después de doctorarse en esta institución en 1992, trabajó en el campo de la simulación con modelos computacionales, en el análisis de seguridad de la Central Nuclear Atucha.

“Modelar es entender las relaciones causales entre distintas variables, entre distintos parámetros. Los ingenieros tratamos de poner esas relaciones en una ecuación para explicar, por qué, por ejemplo, la Tierra atrae un objeto o por qué funciona un reactor nuclear. Entonces a mí el Instituto me enseñó a hacer eso, a construir modelos, buscar esas relaciones causales entre las cosas y en este caso llevarlo a una aplicación concreta que es cómo reacciona un reactor nuclear”, explicó Lavalle.

Para Rovere, la enseñanza principal fue el aspecto experimental. “Para mí es haber estado expuesto durante la carrera a diferentes temas y a la fantástica opción de tener laboratorios disponibles. En esa época inclusive estaban abiertos los laboratorios 24 horas. Estabas haciendo un informe un sábado a la noche y resulta que había un punto en una curva que no daba exactamente. Volvías al laboratorio a medir o ibas a la biblioteca, sacabas el libro, dejabas la tarjetita en el buzón. Era una cosa única que realmente dio un contexto de aprendizaje fantástico”, dijo.

“Si uno pudiera resumir en una sola variable, en un solo producto, el más significativo, diría que sería el perderle miedo a hacer cosas nuevas (…) Aprender a interactuar con otras personas, con el equipo, con el afuera. Es esa valentía o ese coraje de no arrugarse frente a desafíos”, sintetizó Rovere, quien a inicios de su carrera profesional también trabajó en modelado de reactores, en Estados Unidos.

Ida y vuelta con las nuevas autoridades

En el canal de YouTube del Balseiro puede verse una entrevista completa a los profesionales. Allí repasan detalles de sus trayectorias profesionales, quienes desarrollaron extensas carreras dando clases y también administrando proyectos de distintos sectores, como la salud, en el caso de Rovere, o la inteligencia artificial, en el caso de Lavalle. También opinan sobre qué significa el Balseiro para el país, cuáles son los desafíos centrales en la nueva etapa de gestión de la CNEA y qué consejo les darían a estudiantes que se están formando en carreras afines.

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