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Drogas: un flagelo social

Cada vez son más las personas que consumen marihuana, cocaína y cualquier otro tipo de drogas. Además desde el ámbito del Estado pareciera que no hay demasiadas propuestas políticas serias para el abordaje del tema.

13 de mayo de 2005, 18:31.

En la sociedad argentina y en el mundo entero existen dos tipos de drogas, las legales y las ilegales.

Entre las del primer grupo podemos encontrar los fármacos, el cigarrillo y el alcohol. La marihuana, cocaína, éxtasis -entre otras- pertenecen al segundo grupo.

Muchos mezclan pastillas a las bebidas y hacen así, un cocktail muy peligroso; con el afán de conseguir sensaciones y/o situaciones de distensión, evasión, reacción o inacción.

No hace falta vivir en las llamadas “zonas conflictivas” para encontrar drogas, como tampoco se necesita ser mayor de edad. Evidentemente el mercado de la droga se ha extendido por todo el mundo de manera rápida y prolífica que permite que cualquier persona sea capaz de adquirirla.

La ley del más vivo

Por las normativas existentes no se puede vender alcohol, pegamentos y cigarrillos a los menores de 18 años. Todo el mundo sabe que esto no se cumple, principalmente la venta de tabaco; ningún comercio se niega a venderle cigarrillos a un menor que asiste al polimodal y muchos no tienen problemas en vender poxi a menores.

Pero no sólo estas leyes no se cumplen. En Mendoza sólo las farmacias están habilitadas para vender cualquier tipo de fármacos, desde aspirinas hasta pastillas para el corazón, pero muchos negocios de barrio venden sin ningún tipo de habilitación. Esto constituye una amenaza para la salud de los niños y jóvenes. Pero no podemos reducir solamente este problema a unos comercios que venden y a niños que compran. Es pertinente señalar que faltan políticas de regulación, de control y de prevención para evitar un malestar social importante.

Historia

Los romanos adjudicaban al término “adicto” el significado de “esclavizado” pero fue recién en el siglo XX que “adicción” empezó a formar parte del vocabulario médico y científico reemplazando a “embriaguez” que se usaba para designar los efectos del alcohol, del opio, de la morfina, del éter, del cloroformo y de otros depresores del sistema nervioso.

Causas y consecuencias

Varias son las causas que pueden llevar a una persona a consumir algún tipo de droga: simpatizar con otras personas, querer ser igual a otros, estrés, depresión, llamar la atención, etc.

Los sujetos que consumen pueden sufrir problemas físicos, pero además existen otras consecuencias importantes como: dificultades en las relaciones afectivas, aislamiento, imposibilidad de establecer una pareja duradera, de trabajar o estudiar con continuidad, pérdida de protagonismo en relaciones sociales, etc.

Existen, según el Plan provincial de adicción, distintos tipos de dependencia:

- Dependencia física: cuando existe la necesidad de mantener unos niveles determinados de droga en el organismo. Si se llegara a interrumpir el consumo de la sustancia aparecen intensos trastornos físicos.

- Dependencia psíquica: cuando existe el deseo de repetir la administración de la droga para obtener vivencias de sus efectos agradables, placenteros y evasivos, y evitar el malestar que se siente con su ausencia.

- Dependencia mixta: compromete la parte psicológica del organismo como así también a su metabolismo celular.

- Drogadependencia: es el estado de intoxicación periódica o crónica producida por el consumo repetido de una droga, se caracteriza por una tendencia a aumentar la dosis, dependencia física o psíquica, con síndrome de abstinencia por retiro o disminución brusca de la droga y efectos nocivos para el sujeto y la sociedad.

A quién recurrir

Existen varios organismos especializados en ayudar a personas que consumen algún tipo de droga: Asociación viaje de vuelta, Alcohólicos anónimos, los hospitales Paroissien (Maipú) y Schestakow (San Rafael), entre otros.

Son muchas las causas de las adicciones y también son muchos los adictos pero no es menos cierto que no habría compradores sino existieran vendedores ni quienes permitieran vender. Lo importante también aquí es señalar que quienes tenemos la responsabilidad social de hacer algo, nos involucremos en los cambios para que no estemos a la deriva de los trastornos sociales y culturales que tenemos que enfrentar cotidianamente.

 

Daniel Calivares

dcalivares@yahoo.com.ar

Departamento de Cultura

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