Después de varios intentos
fallidos y marcados por actos de violencia, la Universidad de Buenos
Aires (UBA) logró concretar una reforma de su Estatuto. Si bien los cambios
son, en gran medida, más formales que sustantivos, quedó abierta la posibilidad
de que la
Asamblea Universitaria introduzca el próximo año cambios
materiales en la dinámica institucional de la universidad de más estudiantes
del país.
A través, entonces, de la
reunión celebrada en el Colegio Nacional de Buenos Aires, se puso fin al obstruccionismo
que impidió en los últimos dos años la reunión de la Asamblea de la UBA. Esto, de por sí, es
un dato positivo, que señala la recuperación de un clima de mayor tolerancia en
el ámbito de la política universitaria.
Sin embargo, las reformas introducidas
al Estatuto que data de 1958 presentan más rasgos programáticos que operativos,
y en algún caso chocan con realidades que presenta la UBA y exigirían adecuaciones
más ambiciosas. Se ratificaron principios como la autonomía, la gratuidad de
sus carreras de grado y el ingreso irrestricto. y se asentó que la
investigación es una tarea inherente a los docentes con dedicaciones exclusiva
y semiexclusiva. Sin embargo, los docentes con estas dedicaciones no son
mayoritarios, lo cual en los hechos distancia y disocia la investigación de la
docencia.
Se ha dado, en suma, un paso
que debe formar parte de un trabajo más extenso para actualizar el
funcionamiento y los contenidos de la
UBA.
La UBA logró concretar la reforma de su Estatuto con
cambios más declamativos que sustantivos, aunque el año próximo puede haber más
reformas. Es necesario trabajar para actualizar el funcionamiento y los
contenidos de la Universidad.