Uno de los que deberá dar cuenta de sus actos es Eduardo Smaha Borzuk. Según la página oficial de H.I.J.O.S (www.hijosmza.com.ar) está imputado por el secuestro de Seydell, Agüero y los asesinatos de Francisco Urondo, Héctor Brizuela, Alberto Molina y Miguel Angel Agüero. Otros datos afirman que el 18 de junio de 1987, la Cámara dejó sin efecto el llamado a prestar declaración indagatoria, en función de la ley 23.521 de Obediencia Debida.
Elba Morales, miembro del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos, explica a Agencia Taller la estructura del terror: “Había un comando militar que era el que daba todas las órdenes y de ese comando militar dependían organismos que ejecutaban las órdenes. Uno era la comunidad informativa que reunía toda la información de todos los servicios de inteligencia que funcionaban en la subzona; Y otro era el Comando de Operaciones Tácticas (COT) donde estaban los represores que salían – lo que llamaban la patota – a secuestrar personas, a llevarlos a centros clandestinos. A este Comando de Operaciones Táctico vino a dar este señor Smaha por sus características personales de ser un hombre muy duro”. Morales lo señala a Smaha como “un hombre que ha participado activamente en la represión, su perfil es el de un duro, un represor convencido de lo que hacía”
Fernando Rule es ex militante montonero. Él estuvo detenido en el D2 hasta que fue llevado a la cárcel. Esto era ser “blanqueado”, ser de alguna manera legalizado. Rule, en conversación con Agencia Taller, cuenta: “Yo se que se llama Smaha mucho después, cuando vuelvo a Mendoza en el ’82, ’83. Se hablaba de él como “el porteño”. Rule está casi seguro de haber sido interrogado por Smaha, pero en una ocasión recuerda que en los momentos en que no lo “picaneaban”, Smaha “tomaba mate, fumaba y me tiraba las cenizas en el pecho, y me lavaba, digamos, con la pava”. Rule agrega que “por una cuestión estadística tengo la certeza de que él, Narvaez y Sánchez Camargo participaban de los interrogatorios y la torturas por ser los jefes. ¿Por qué sé que eran jefes? por las cosas que me preguntaban, porque además les preocupaba mucho mi situación”.
El porteño
A Smaha se lo conocía como “el porteño”. Según el documental sobre el D2, realizado por Rodrigo Sepúlveda, “todos los secuestrados en el D2 recuerdan al porteño. Un personaje misteriosamente macabro que llevaba adelante los interrogatorios con una libidinosa crueldad”. Pero en el D2 no era el único “porteño”. Fernando Rule explica que “en estos círculos, particularmente del ejercito y la policía tienen una estética de imitación de los militares. Entre la oficialidad esta bien visto hablar con la voz impostada, marcando las erres y usando un poco el lunfardo”. En el documental, antes mencionado, se cuenta que “en distintas ocasiones el porteño fue Osvaldo Daniel Calegari. En otras ocasiones, el ‘porteño’ era el oficial Eduardo Smaha, el comisario J. Agustín Oyarzabal o el propio Pedro Dante Sánchez Camargo (jefe del D2)”
Su biografía, su prontuario
Eduardo Smaha Borzuk nace el 26 de Diciembre de 1942 en Buenos Aires. En Marzo de 1963 ingresa como cadete en la Tropa General de la Policía. A partir de su ingreso, Smaha, hace una carrera “brillante”. Empieza a ascender rápidamente: de ayudante, en el ’66, a inspector en 1968. Ese mismo año es trasladado al Cuerpo de Infantería. Es ascendido a Comisario Inspector en 1973, tras un paso de dos años por la Seccional de Las Heras. En 1974 pasa al D2, el Departamento de Informaciones de la policía (el servicio de inteligencia de Mendoza). En el año 1983 pasa a la Unidad Regional 3°. En el ’84 pasa a la Comisaría 9° de Guaymallén y en 1985 a la Comisaría 1. Ese mismo año ingresa a la escuela de cadetes en calidad de instructor. Llegando casi al final de su carrera, es profesor ad honorem de dicho establecimiento. En 1995 es comisario mayor. Según la página, ya citada de H.I.J.O.S, Smaha estuvo en actividad hasta 1996 en la Escuela de Suboficiales.
El fallo de la Corte
Fernando Rule, al ser consultado por sus expectativas tras este fallo de la Corte, es claro: “Queremos para ellos lo que no nos dieron a nosotros. Queremos que se los juzgue, que tengan derecho a defensa y que se les encarcele como corresponde a cualquier ser humano en condiciones dignas. No en condiciones de privilegio, pero sí en condiciones dignas. No queremos que se los maltrate, no queremos que se los torture. No queremos que los apaleen cuando lleguen a la cárcel, no queremos que lo apaleen cuando llegan al calabozo ni cuando haya requisa. Mucho menos queremos que los maten, a pesar de ellos haber matado a muchos de nuestros amigos”. Y a su vez reflexiona, preguntándose “en qué medida no es hasta lícito un sentimiento de venganza. No tengo respuesta, pero evidentemente no ha habido una actitud de venganza”. Por último agrega que se siente orgulloso por la altura ética de esta lucha. Para él, “este fallo de la Corte viene, por lo menos desde el punto de vista del derecho, a poner las cosas en su lugar”.
Morales sostiene que Smaha por el hecho de haber integrado, durante toda la dictadura, el COT ha participado necesariamente en el secuestro y la detención de la mayoría de las personas desaparecidas en Mendoza. “Él es una persona que tiene en sus manos la mayor parte de la información de lo que pasó en Mendoza, de manera que se tratará de que un juez dispuesto a averiguar la verdad lo cite, lo interrogue debidamente y se establezcan efectivamente sus responsabilidades”.
Departamento de Política