Saltar a contenido principal Saltar a navegación principal

El 40% de los policías no tienen la primaria o la secundaria completa

23 de febrero de 2009, 16:42.

Así lo revela un informe realizado en Mendoza por especialistas en seguridad. También dice que 70% de los uniformados que están en la calle son auxiliares y advierte sobre serias deficiencias en su formación.

Que casi 40% de los policías que hay en Mendoza no tiene la primaria ni la secundaria completa; que 70% de los policías que está en la calle son auxiliares y suboficiales, falta de municiones para la práctica de tiro y serias deficiencias en la formación policial son algunas de las conclusiones que arroja el informe "Bases de una estrategia educativa para la reconversión integral del modelo policial de la provincia de Mendoza", elaborado por los especialistas en seguridad Alberto Montbrun y Martín Appiolaza junto a 14 comisarios, a pedido del Ministerio de Seguridad.

Pero la suerte del informe es incierta, puesto que a Montbrun le han aceptado la renuncia y nada se sabe sobre lo que hará el ministerio con el estudio desarrollado. (Ver aparte)

Concretamente sobre el tema de la falta de estudios secundarios de los policías el informe señala que "la estrategia de incorporación masiva de los últimos años ha sido exitosa (3.191 auxiliares) por lo que la decisión de sacar el requisito de la secundaria completa para ingresar aparece a juicio del equipo de trabajo como un verdadero despropósito" y agrega: "A poco de comenzada la gestión del gobernador Iglesias se adoptó la decisión de apelar a la designación de auxiliares en la policía, con un breve curso de capacitación básica que en la actualidad, sumando prácticas de tiro y semanas de exámenes, apenas alcanza a los ocho meses, un período a todas luces insuficiente para una capacitación adecuada de recurso humano para una profesión que implica concreto riesgo de vida".

Además, sólo dos policías tienen posgrados universitarios, 11 tienen nivel universitario sin equivalencia para la función policial y 42 poseen una licenciatura en seguridad ciudadana.

El origen

Durante el fugaz paso de Juan Carlos Aguinaga como ministro de Seguridad, en los albores de la gestión Jaque, se le encomendó a Alberto Montbrun la elaboración de un proyecto que "superase las deficiencias del colapsado modelo tradicional, claramente vinculado al paradigma mecanicista propio de las organizaciones de la sociedad industrial pero con escasa capacidad para lidiar con las particulares características de la sociedad actual".

El equipo trabajó entre mayo y octubre, pero Montbrun no sólo aplicó sus conocimientos en seguridad sino que en las reuniones se juntó con 14 comisarios que aportaron su experiencia y conocimiento.
 
El informe indica que el desafío del grupo fue la "posibilidad de introducir un criterio de reconversión institucional que utilice los aportes más actualizados del paradigma científico autoorganizativo, holístico y evolucionista, persiguiendo el diseño de un modelo policial inteligente y adaptativo, capaz de evolucionar en el tiempo y de irse adecuando a los cambiantes aspectos del entorno social en el que opera".

El diagnóstico

El informe agrega que la "multicausalidad del delito implica que la policía no es sino uno de los muchos subsistemas involucrados en su abordaje". Agrega también causas sociales que influyen como la inequidad, la desigualdad en el ingreso, el embarazo adolescente, la educación y la familia. Estos factores "hacen que el problema persista más allá de la capacidad de respuesta policial".
 
Señala además que para explicar la "actual crisis" que sufre la policía se han dado distintas respuestas como "la falta de recursos, obsolescencia de leyes, deficiente capacitación del personal, escasez de personal, no erradicación de la doctrina de la seguridad nacional, cultura autoritaria, etcétera".

Asimismo, esto se traduce en "falencias graves en la prevención del delito; demoras y deficiencias en la investigación de delitos; mala relación con la comunidad, especialmente en sectores juveniles o socialmente postergados; desprestigio institucional y desprestigio social de la profesión de policía; casos de violencia institucional; gatillo fácil y otros problemas”.

Así entonces, en el informe se animan a sugerir que “el problema sustancial de nuestra policía es la obsolescencia paradigmática de su modelo fundante y la necesidad imperiosa de diseñar participativamente un nuevo modelo acorde a los aportes científicos más recientes de las organizaciones inteligentes”. Indican también que “no podría comenzarse un proceso de ese tipo sin un previo reciclaje de los modelos mentales de los líderes políticos encargados de tomar las críticas decisiones relacionadas con la seguridad”.

En el informe elaborado por Montbrun y Appiolaza se hace fuerte hincapié en que la cantidad de policías no es lo importante y consideran que Mendoza tiene el número de efectivos suficientes por habitante según los indicadores exigidos por estándares internacionales. En las últimas cinco décadas se pasó de tener 3.375 policías a 8.400. En 1960 la relación policía por habitante era de uno cada 244 habitantes y hoy es de uno cada 214.
 
“Sostenemos que lo importante desde el punto de vista de nuestro análisis no es tanto la cantidad de policías en la planta sino los que realmente trabajan y la calidad de sus prestaciones laborales y de su idoneidad profesional”, y aquí está uno de los problemas graves.
Es que en el estudio se señala que no se cumplió con el objetivo de la reforma policial del 98 y que consistía en pasar gradualmente al nivel de oficialidad a la totalidad de la fuerza.
 
Por eso hoy, “70% de la policía reviste actualmente en los niveles de suboficiales y auxiliares lo cual reclama respuestas concretas desde la política de seguridad”.

Esto no es todo, también indica que “hay coincidencia en los miembros del grupo en el sentido de que el nivel de exigencia y profesionalidad que se reclama para nuestros policías es cada vez mayor en atención al tipo de disfunción que deben enfrentar cotidianamente y una planta de personal de baja calificación y técnica es lo contrario de lo que se está necesitando”.

Además ven como un “retroceso” la eliminación de la secundaria como requisito para ser policía. Recordemos que el grupo de trabajo está compuesto por 14 comisarios y ellos mismos admiten que no pueden combatir el delito con la “calidad” de los policías que tienen bajo su mando.

Hoy son 3.390 los auxiliares que trabajan como policías y “el problema más grave de la masiva incorporación de auxiliares es que esta categoría laboral no tiene lugar en el actual escalafón policial lo que significa que los mismos, si no existe una política de promoción hacia la Tecnicatura, están condenados a permanecer en esa condición a lo largo de toda su carrera”, señala el informe.

Fortalecer las comisarías

Montbrun y Appiolaza indican que “si el nuevo modelo de policía se orienta, como este trabajo lo sugiere, a una policía proactiva y solucionadora de problemas, con características de arraigo territorial y completo y profundo conocimiento de las problemáticas locales generadoras de desorden, delito y temor al delito, parece evidente que será necesario ejercer una opción por el fortalecimiento de las comisarías, al extremo de que deberán ser no sólo consideradas como las principales unidades de provisión de servicio público de seguridad, sino también como centros de capacitación permanentes donde los auxiliares y técnicos puedan terminar su formación básica”.

Los problemas en el plan de estudios de los policías

El grupo que elaboró el informe también estudió minuciosamente el plan de estudios del Instituto Universitario de Seguridad (IUSP) y encontró las siguientes deficiencias: muchos contenidos curriculares actuales son básicamente los mismo que en las Escuelas de Cadetes y de Suboficiales que funcionaban antes que se creara el IUSP; los egresados perciben que salen sin los conocimientos necesarios para la realidad que deben enfrentar; déficit concretos se advierten en temas como manejo de recursos humanos; comunicación humana y relaciones personales; contacto con la comunidad; construcción de confianza y diálogo constructivo.

Otras de las insuficiencias que destacan son: una total indefinición respecto al perfil de policía que se busca; muchas horas sin profesores; las instalaciones del IUSP están colapsadas; pocas horas de práctica policial; no hay munición para las prácticas de tiro; los egresados no tienen claro cuál será su función y los oficiales no saben cuál es su misión; en áreas como comunicaciones se enseñan técnicas antiguas. El policía no necesita ser un radioaficionado.

Finalmente consideran que le dan demasiada importancia a las pasantías: "No se deben confundir con la utilización de aspirantes en encuentros masivos o populares".

Otras conclusiones que surgen del informe son: la jornada laboral actual sumada a múltiples recargos de tareas afecta las posibilidades reales de descanso y capacitación; la actual formación policial presenta deficiencias de todo tipo y consideran también que ha habido escasa inversión en educación y capacitación policial en los últimos años.

La relación con Ciurca

Alberto Montbrun no quiso hablar sobre el contenido del informe que aparece en su página personal de Internet: www.albertomontbrun.com.ar

El especialista en seguridad sólo se limitó a decir: "En los últimos meses del año pasado fue imposible lograr que el Ministro nos atendiera para explicarle el trabajo que habíamos hecho y plantearle algunas objeciones sobre la política de seguridad. El 2 de enero presenté el informe final y una nota explicando que mi continuidad en esas condiciones no tenía ningún sentido. A mediados de enero me llamaron del Ministerio para decirme que mi contrato se había renovado, lo cual me hizo pensar que tal vez nos prestarían atención. Pero el miércoles pasado, cuando finalmente logré que un funcionario me atendiera, me dijo que me habían aceptado la renuncia y que en su momento verían si me daban alguna respuesta sobre el trabajo presentado".

Contenido relacionado