Hace 67 años, un 22 de abril, las autoridades de la Universidad Nacional de Cuyo, UNCUYO, y la Comisión Nacional de Energía Atómica, CNEA, acordaron el origen del entonces “Instituto de Física de Bariloche” que comenzó oficialmente sus clases el 1 de agosto. Actualmente se conoce como “Instituto Balseiro”.
Simultaneo a este nuevo aniversario, en su campus integrado al Centro Atómico Bariloche, se dictan clases en 11 carreras de ingeniería y física. Mientras que, en Buenos Aires, realizan entrevistas a postulantes de distintas provincias de Argentina que pasaron la prueba escrita del ingreso a esas carreras de grado.
Respecto de la celebración Mariano Cantero, director del Instituto Balseiro comenta que: “Es una gran alegría para nosotros festejar un año más de la creación del Instituto, y además en el contexto en el que ocurre, luego de dos años de una pandemia terrible que impactó el funcionamiento del mundo entero. Hoy el Instituto Balseiro está al día con todas sus actividades y en pleno funcionamiento”. Y también destacó que la creación del Instituto fue una visión estratégica de las autoridades de la CNEA y de UNCUYO que significó un gran aporte al desarrollo del país”.
El ingeniero nuclear y doctor en Ingeniería, que es egresado y docente de la institución, explicó además cómo la pandemia lo obligó a reprogramar actividades y cambiar prioridades para mantener al Instituto en marcha y sobre la situación aclaró que: “Hoy en día estamos nuevamente retomando la agenda de gestión que habíamos comprometido con la comunidad del IB y las autoridades de CNEA y UNCUYO cuando nos eligieron para asumir nuestra gestión en octubre del 2019”.
Particularidades del Balseiro
¿Cómo es hoy estudiar en el Balseiro? Al igual que en sus inicios, las personas que ingresan al Instituto reciben becas de la CNEA para dedicarse de forma exclusiva al estudio. Esto incluye, entre otros gastos, cobertura de alojamiento, comida y material de estudio. Los valores se van ajustando de forma periódica. Y también se les ofrece vivir dentro del campus, en el Centro Atómico Bariloche.
En las cuatro carreras de grado que dicta el Balseiro se ingresa en el equivalente a tercer año de las carreras. Esto implica que cada postulante debe haber acreditado previamente las materias de los dos primeros años de una carrera universitaria de ingeniería, física o afín.
También desde 1955 en el Balseiro se rinde un examen de admisión que está compuesto por dos etapas: una prueba escrita de física y matemáticas; y, para las personas que resultan seleccionadas, una fase de entrevistas personales. La celebración de la creación coincide con la segunda etapa de este proceso. Ya en agosto quienes pasen ambas etapas obtendrán las becas y comenzarán las clases en Bariloche.
Estudiar en el Balseiro significa formarse con docentes que son investigadores y tecnólogos en un centro de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i ) de primer nivel: el Centro Atómico Bariloche (CAB) de la CNEA.
El Balseiro es a la vez una unidad académica de la UNCUYO y una gerencia de la CNEA, además de uno de los tres institutos de la Comisión, junto con el Instituto Dan Beninson y el Instituto Sábato, ambos en Buenos Aires.
El campus del Balseiro, que posee aulas, laboratorios, una biblioteca, gimnasio, canchas de tenis, edificios de alojamiento, está rodeado por montañas, lagos y ríos del Parque Nacional Nahuel Huapi. Al estar integrado al CAB, sus estudiantes tienen acceso a laboratorios también de este centro. El abanico de temas de I+D+i en los que se forma a futuros profesionales de la física y la ingeniería es amplio. Y el objetivo principal es aportar recursos humanos especializados para la industria y la academia.
Cifras al 2022
Durante el último año calendario, desarrollaron una importante actividad académica de la que participaron unos 350 estudiantes. En sus cuatro carreras de grado (Ingeniería Nuclear, Ingeniería Mecánica, Ingeniería en Telecomunicaciones y la tradicional Licenciatura en Física) cuenta con unos 140 estudiantes en total. En tanto que en sus siete carreras de posgrado, tiene unos 210 que son activos. La oferta académica incluye la Carrera de Especialización de Aplicaciones de la Tecnología Nuclear (CEATEN), tres Maestrías (Ciencias Físicas, Ingeniería y Física Médica) y Doctorados (Ciencias de la Ingeniería, Ingeniería Nuclear y Física).
Al momento, el plantel docente del Instituto está compuesto por un total de unos 260 que tienen dedicación simple, entre el Área de Ciencias y el Área de Ingeniería. Asimismo, cuenta con 23 profesores extraordinarios: siete Profesores Eméritos, cinco Honorarios y once Libres.
El Instituto Balseiro ha formado hasta hoy a 2.766 profesionales que egresaron de sus 11 carreras en total. Tiene 777 egresados de la Licenciatura en Física, 420 de Ingeniería Nuclear, 128 de Ingeniería Mecánica y 36 de Ingeniería en Telecomunicaciones.
En nivel de posgrado, el IB tiene 1405 egresados. La Maestría en Ciencias Físicas tiene 279 egresados; la Maestría en Física Médica, 155; y la Maestría en Ingeniería, 145. Con respecto a los Doctorados, el de Ciencias de la Ingeniería tiene 83 egresados, el de Ingeniería Nuclear, 41; y el Doctorado en Física, 460 egresados. Completan el listado, 242 egresados de la Carrera de Especialización en Aplicaciones Tecnológicas de la Energía Nuclear. Dirigen sus tesis unos 400 investigadores y tecnólogos de la CNEA, INVAP, CONICET, UNRN y otras instituciones asociadas.
¿Quién fue J. A. Balseiro?
El físico cordobés José Antonio Balseiro fue el primer director del Instituto y el principal impulsor del convenio entre la CNEA y la UNCUYO. Nacido en 1919, recibió una beca de la Universidad Nacional de Córdoba para estudiar en la Universidad Nacional de La Plata, donde se doctoró en Física dirigido por Guido Beck.
Sus principales mentores fueron Enrique Gaviola, mendocino, y Guido Beck, de origen checoslovaco, con quienes trabajó inicialmente en el Observatorio Astronómico de Córdoba. Tanto Gaviola como Beck luego darían clases en el Instituto de Física de Bariloche.
José Antonio Balseiro se convirtió en un personaje histórico en 1952, cuando debió regresar de Inglaterra, donde estaba trabajando, para presidir la comisión fiscalizadora que visitó el proyecto de fusión nuclear en la Isla Huemul, el que fuera desmantelado por la falta de evidencia en las afirmaciones de Ronald Richter.
A partir de ese episodio de la historia de la ciencia Argentina, se demostró la importancia de formar recursos humanos especializados en lo vinculado a la física nuclear. En ese contexto, Balseiro y Gaviola presentaron un proyecto ante CNEA y UNCUYO, sobre la base de uno previo elaborado por Gaviola, que contemplaba reutilizar parte del equipamiento que había dejado Richter en Bariloche.
Es importante señalar que en el proceso Gaviola decidió no participar de la creación del nuevo instituto de física, por diferencias en las características que él proponía. Sin embargo, Balseiro continuó con las negociaciones entre ambas instituciones y así fue como el 22 de abril de 1955, se firmó acuerdo de creación del hoy llamado “Instituto Balseiro”.
Balseiro falleció a los 42 años, el 26 de marzo de 1962. Sin embargo su proyecto avanzó, sin su presencia, gracias a los esfuerzos de sus colegas y también primeros egresados. “Dejó tras de sí un ejemplo de vida regida por los más altos principios de honestidad y decencia, dedicada en buena parte al avance de la ciencia en la Argentina”, se describe en su biografía publicada en www.ib.edu.ar