"Todos los que estamos acá, inclusive nuestra rectora, somos parte de un gran equipo, a nivel país, a nivel profesional, cada uno aportando en su área”, afirmó Catalino Núñez, secretario de la Federación Argentina de Consejos Profesionales de Ciencias Económicas (FACPCE) al inaugurar un webinario que tenía como disertante a Esther Sánchez, rectora de la Universidad Nacional de Cuyo.
La Rectora fue invitada por la Comisión de Género y Diversidad de la Federación para exponer acerca del impacto de paridad de género en la UNCUYO. El encuentro anterior, las diputadas nacionales Mónica Fein y Pamela Versay habían disertado “Ley de Cuidados con Perspectiva de Género”.
La paridad de piso de la UNCUYO fue aprobada en 2019 por la Asamblea Universitaria, garantizando así la paridad de género en los ámbitos de representación política. Es una medida que rompe con el famoso “techo de cristal” que se genera en los sistemas 50/50 y “de cupo”, como el de 30%.
"Lo que hemos vivido en la UNCUYO ha sido el resultado de mucho trabajo, y de muchos años de trabajo. Y ahora se ven los resultados positivos; pero esta lucha por la paridad de género no es una lucha que sea corta", expresó Esther Sánchez al iniciar su presentación.
Para poner un poco en contexto, en primer lugar, Sánchez hizo hincapié en la situación de la Argentina, donde la participación de las mujeres en política no es reciente, y destacando que "ha sido fundamental el trabajo de legisladoras nacionales para la aprobación de leyes que amplían derechos". Luego se refirió a la masiva incorporación de las mujeres en la educación superior —uno de los fenómenos más importantes del siglo XX, a su entender—. "Este ingreso fue el resultado de largas y arduas luchas que desde la década de los 70 están transformando las relaciones de género, con gran protagonismo de las mujeres en la producción de conocimiento, reflejado en un crecimiento de la matrícula femenina a lo largo de los últimos 50 años", aseguró. En el caso de América Latina, mencionó que la población femenina que ingresa y egresa de las universidades es superior a la masculina, aunque al analizar los cargos jerárquicos, la cantidad de mujeres se va reduciendo gradualmente a medida que se asciende en la línea de poder.
Metiéndose de lleno con la situación de la participación femenina en la UNCUYO, indicó que se construyeron "Indicadores de Género", vistos como señaladores de situaciones o de condiciones que reflejan una realidad. "La Universidad está a la vanguardia de lo que representa la paridad política. El mecanismo de paridad piso garantiza un mínimo de representatividad de las mujeres, y eso significó un avance muy importante, superior a todos los alcanzados previamente en términos de paridad política". Es decir, la Universidad estableció un piso, y no un techo, para cargos legislativos y también para los ejecutivos.
"La existencia de esta normativa impulsa la participación en igualdad, no por el solo hecho de pertenecer a un género, sino porque muchas mujeres, muy capacitadas, deberían poder llegar a esos espacios donde se toman las decisiones que atañen a sus vidas y a las de los demás. Por todo ello, estas medidas son realmente un impulso para un cambio cultural palpable, un cambio que nos acerca a vivir en sociedades obviamente más democráticas", afirmó Sánchez.
El camino de la UNCUYO hacia la paridad política
El proceso se inició en 2019 y se trabajó fuertemente en políticas de género, con un equipo que comenzó a reunir toda la información necesaria para avanzar en la propuesta. Entre las primeras acciones, se presentó el primer Informe de Indicadores y se concretó la adhesión a la Ley Micaela. "Se trató de proceso de sensibilización de la comunidad académica y de generación de una apuesta para reformar el Estatuto en el ámbito de la Asamblea Universitaria —recordó la Rectora y añadió—; no fue sencillo, se los puedo asegurar, porque no todo el mundo estaba de acuerdo con esta propuesta".
La Asamblea —compuesta por 185 integrantes— aprobó por amplia mayoría la modificación al Estatuto que introdujo el principio de la paridad de género. Fue con un 88,4% de los votos para los cargos electivos colegiados y con un 78,03% para los binomios de gobierno. "La UNCUYO fue la primera universidad en el país en implementar la paridad para los órganos colegiados y para los cargos de decanatos y rectorado. Y es la única Casa de Estudios donde la paridad se estableció como piso, lo cual quiere decir que hay que asegurar como mínimo que haya igualdad. Y ustedes me dirán, bueno pero esto es una norma discriminatoria, yo les digo que los temas sensibles hay que visibilizarlos, hay que trabajarlos, y probablemente las normas tienen que ir a estos extremos para que se logre el equilibrio", apuntó Sánchez.
También se refirió a lo que sucede con la paridad en el sistema universitario argentino, donde hay un 16% de rectoras y un 84% de rectores, o sea que son 9 mujeres versus 48 varones dentro del arco de 57 autoridades que integran el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN). "A pesar de todos los esfuerzos, en el sistema nacional todavía hay mucho por trabajar", aseveró.
Seguido, la Rectora compartió algunos indicadores (estructurales, políticos) que dan la pauta de cómo impactó esta medida puertas adentro de la UNCUYO. Luego de tres años de su aprobación, se reporta un crecimiento de la participación de las mujeres y, a la vez, se plantean nuevos desafíos.
A partir de este escenario, se desprenden algunas conclusiones: las mujeres representan el 62% de la población universitaria; el único claustro donde se observa mayor proporción es el de personal no docente; se registró un crecimiento de la cantidad de mujeres investigadoras; y hubo un fuerte impacto de la paridad en términos electorales.
Finalmente y como datos curiosos que aún así demuestran la importancia de impulsar políticas de género, cabe señalar que Sánchez fue electa decana de la Facultad de Ciencias Económicas en 2014, siendo la primera mujer en 67 años de historia. A su vez, en junio pasado, la Facultad de Ingeniería eligió por primera vez una decana mujer. "Esto, de alguna manera, va mostrando los avances, la tendencia, que no es fruto de la casualidad, es fruto de un trabajo constante, a veces más o menos visibilizado —valoró, a la vez que consideró— la Universidad es como el ejemplo que va llevando la delantera en esto de un cambio cultural, en este sentido".
La Rectora cerró su exposición con una reflexión, a modo de mensaje final : "Cualquier cambio serio hacia el desarrollo sostenible requiere la equidad de género. La inteligencia y la capacidad colectivas de la mitad de la humanidad es un recurso que debemos nutrir y desarrollar por el bien de todas las generaciones futuras".