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El día que Dios estuvo en Godoy Cruz

Charly García escribió un nuevo capítulo en nuestra provincia al presentarse en el departamento de Godoy Cruz. Prócer de nuestro rock y provocador nato, ¿alcanzaremos a comprenderlo algún día?

06 de diciembre de 2005, 16:27.

Por Fabián Sepúlveda

Agencia Taller - Departamento de Cultura

fabsep@hotmail.com

Un mito universal cuenta que en una catacumba de la Basílica San Pedro, en el  Vaticano, se encuentran, muy custodiados, algunos papiros con escrituras que no se incluyeron en la Biblia. Libros proféticos, y hasta las últimas palabras de Cristo fueron ocultados por los primeros líderes cristianos luego de la muerte del último de los apóstoles de Jesús. ¿Habrá estado ahí el sagrado versículo que decía que Dios estaría un día en el departamento mendocino Godoy Cruz? ¿Por qué no? Puede sonar disparatado, pero hay autenticas señales que denotan que lo del sábado 3 de diciembre de 2005, fue distinto.

Parte de la religión

Las señales no se produjeron en el cielo, tampoco humildes niños pastores vieron una mujer de blanco. No se abrió ningún mar y del cielo no cayó ningún pancito. De haber sucedido algo así, Víctor Sueiro ya hubiese editado un libro y lo estaría presentando en el living de Susana.

La primera señal, no fue aquí, sino a unos 1000 Km. de esta tierra santa. Alrededor las 17.00,  en un estadio de Santa Fe, el equipo de fútbol, Godoy Cruz Antonio Tomba, se coronó campeón del Torneo Apertura del Nacional “B” de la AFA. Euforia en las calles de Godoy Cruz, grito tombino en la República Argentina. ¿Señal?, ¿destino?, ¿día elegido? Una paloma surca el cielo de la cuidad de Rafaela: es una señal autentica. Dios es pueblo, y no prisionero del oro. ¿Habrá algo más? Si lo anterior sólo queda en ese hecho, todo pasaría a ser un acontecimiento más. Pero no.  El sábado, Godoy Cruz fue la tierra prometida. El triunfo del tomba fue una verdadera rubrica,  Dios estaría ese día ahí, y para confirmar el milagro, envió a su hijo para redimirnos, al menos por un rato, de la laxa cultura mediática, del hedor de nuestros políticos, del hastío de no ver un horizonte y del inicio del tercer Operación Triunfo. Largo peregrinaje al  Club Andes Talleres, ahí, decían, un hombre mayor, flaco, de pelo largo y harapiento, llegaría para hacerse oír entre la multitud.

Vida

Es realmente difícil escribir una nota sobre Charly García, porque prácticamente todo esta escrito. Su vida es conocida desde 1972, cuando con Nito Mestre formaron Sui Generis. Desde ahí en adelante, el universo García ha sido una constelación de sucesos apto para los periodistas (de rock y otros, también). Genera odios y amores comparables solo con Diego Maradona. Tal vez su peor defecto sea su sinceridad, declarar sin remordimientos su ego, un sentimiento  tan propio de todos los artistas pero también el más oculto. La prensa conservadora tiende a culpar permanentemente a García y crear una imagen de un loco adormecido por los excesos. Aunque algunos números,  que siempre conviene repasar, demuestran que Charly labura siempre. Y mucho.

Formo 3 grupos: Sui Generis (que revolucionó a la primer camada de roqueros), La máquina de hacer pájaros (una de las primeras experimentaciones del rock argentino),  Porsuigieco (considerada la primer y única superbanda nacional), y Serú Giran (sin palabras). En total grabó 35 discos como solista y con estos grupos, y algunos tantos más, como productor de artistas como Los Abuelos de la nada, Mercedes Sosa, Los Twist, etc. Su estampa es una de las más conocidas de nuestro país, y en Latinoamérica, es reconocido como el iniciador del rock en esta parte del mundo. Empezó a estudiar piano a los 4 años y se recibió a los 12.  En cualquier enciclopedia de rock tiene, seguro, el espacio más extenso,  además de ilustrar con su delgada figura la tapa.  Debe tener con seguridad una cantidad impresionante de litros de alcohol y gramos de excesos, y aún esta lúcido y de pie. Ha sido tapa de innumerables publicaciones graficas del genero como de otras, y ni nombrar en la cantidad donde figura en los números inaugurales, como el “Sí” de Clarín, Rolling Stone argentina, incluso la desaparecida revista La García, fue bautizada así en su homenaje  (“si en Norteamérica la revista símbolo se llama Rolling Stone, acá debe ser La García”, explicaban sus editores). Tocó con músicos de primera línea como Pedro Aznar, David Lebon, Andrés Calamaro, Fito Páez, los integrantes de GIT, Daniel Melingo, Fabi Cantilo, Fernando Samalea, por citar un puñado. Y sin hacer ninguna gala o casting, cada uno de estos alcanzó, apadrinados por García, excelentes logros. Su, en principio, resistida versión del Himno Nacional, hoy es oída hasta en las escuelas. Fue el primer artista convocado para un unplugged de MTV, y así  una interminable listas de records y números imposible de detallar. Con todo este mínimo currículum, es injusto decir que García es un drogadicto y nada más, porque un drogadicto está la mayor parte de su tiempo dado vuelta.

No llores por mi Mendoza

La Ciudad de Mendoza aparece varias veces en su biografía. Fue aquí, en 1987, cuando en el Estadio Pacifico hizo gestos obscenos y puteo al público, quedando detenido en una comisaría, donde según después, un examen médico, conformaría que ahí fue golpeado por nuestros policías. Fue también acá, donde en el Hotel Aconcagua, se lanzó a una piscina desde el noveno piso. Aquí también le revoleó una silla por la cabeza a una mina que lo estaba molestando en un boliche, y meses después, tuvo que venir sólo a declarar. Pero a pesar de esto, a García le gusta esta provincia y es una de las que más ha visitado. Para los que no saben, los temas “Demoliendo Hoteles” y “Me tire por vos” fueron escritos bajo la inspiración cuyana.

Charly, pidió, como en todo lugar donde actúa, una limusina, que tuvo a disposición todo el día desde las 8.30, cuando arribó a Mendoza. El recital, inicialmente estaba programado en el Espacio Verde L. M. Pescarmona, pero la organización decidió cambiarlo al legendario Estadio de Andes Talleres, por razones de seguridad, alegando “la colación de grados de varios colegios en el Cine Plaza y la posibilidad de que el equipo Godoy Cruz salga campeón”. Medidas que hace sólo un año sonarían insólitas. Ojalá lo de Cromañon sirva para algo y todo nos sigamos cuidando así. De igual manera que la disposición en el campo de puestos sanitarios y ambulancias.

Como era de esperar, Charly llegó en una limusina blanca hasta la puerta misma de la carpa convertida en su camarín (finamente decorada con espejos y sillones piel de leopardo). Empezó una hora y cuarto más tarde de lo programado. En el escenario, precedido con el clásico telón negro, se había dispuesto una pasarela que llegaba hasta el público. La banda que lo acompaña, está compuesta por los 3 chilenos en guitarra, bajo y batería más un terceto de cuerdas (violín menor, mayor y un cello). Los 6 persiguen a García con la perfección de una máquina de samplers, ajustadísimos y sentados en sus lugares. Primero la batería, después el bajo y así hasta complacer los gestos de Charly en cada cierre de canción o en sus improvisaciones con los teclados. Una noche especial para fanáticos, ya que sonaron: “Están Muertos”, “Vicio”, “Influencia”, “Funky”, “Pasajera en trance”, “Rezo por vos”, “Popotitos”, “Seminare”, “No voy en tren”, entre otros. También presentó nuevos temas, uno de ellos llamado “No importa”, con una letra muy lejos de la revolución, pero más propia a su edad (“No importa la revolución…  estamos juntos en esta prisión”). Dijo que su próximo disco se llamara “Kill Gil” y en un momento, amago a armar un gran fogón, con la acústica en mano, despuntó los acordes de “Confesiones de Invierno”, pero se cansó y la trasformó a ritmo folk., a rhythms and blues, y jamás la terminó. Show sin sorpresas, pero con la satisfacción de poder ver muy lucido y contento a Charly. Un público ordenado que, hoy por hoy, se reparte entre viejos cincuentones, chicos/as rollingas con la Mendobus en mano, o bellas adolescentes a las que papá llevó en auto.

Hoy Charly esta en otra etapa, pero vaya uno a saber cuál. Durante este show nunca dijo “Say no more” y  ni en sus manos ni rostro habían rastros de aerosol, y su brazalete ha desaparecido. Hoy es amigo de uno de los artistas más odiados en la historia argentina, Palito Ortega, con el que grabó en su nuevo CD, e invitó a tocar. Hoy, en el Hotel Universe de Alan Faena, un puñado de personas pagan 100 pesos la noche para verlo tocar. Hoy Charly, también pone, su mágico teclado, en un disco de Peteco Carabajal.

Pubis angelical

¿Cuántos músicos considerados pioneros del rock nacional sólo figuran en las crónicas del recuerdo? Muchísimos. Pero Charly sigue vigente y no hay notas musicales que calen tan hondo como las que el tipo ejecuta. Que las pibas hoy mueran por el bailoteo de Andrés Ciro, que las vuelva loca los ojos de Ciro Pertusi o que se humedezcan con el contorneo de Dargelos, se entiende. Pero que estas mismas barbies con celulares plateados, entren (y salgan) locas de la carpa del ciudadano Carlos Alberto García Moreno, clase 51 (saquen la cuenta) no tiene mucha explicación.

En el sermón del escenario, el hijo de Dios anunció su presencia por mucho tiempo más, nuestros oídos y mente pueden refugiarse bajo su santa protección. Santificado sea su nombre.

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