Con aplausos cerrados fue recibido el ex juez Baltasar Garzón Real anoche en el salón de Grado del Rectorado, en la Facultad de Ciencias Económicas, minutos antes de comenzar la ceremonia en la que la Universidad Nacional de Cuyo le otorgó el título de Doctor Honoris Causa.
Luego de que el Coro Universitario de Mendoza, CUM, dirigido por la maestra Silvana Vallesi, deleitara a los presentes con tres representativas obras de su laureado repertorio, se entonaron las estrofas de los Himnos Nacional, de España y de la Universidad.
Acto seguido se conformó la mesa académica y hasta el estrado subieron la vicerrectora de la UNCuyo, Silvia Persio; la decana de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Graciela Cousinet; el jurista Baltasar Garzón, y el rector de la Universidad, Arturo Somoza.
Estaban presentes en la ceremonia autoridades y miembros de los distintos claustros de la Universidad, madres de Plaza de Mayo de Mendoza, funcionarios de Gobierno y de Justicia, miembros consulares e invitados especiales.
Pablo Garciarena, abogado de la UNCuyo, presentó al magistrado español y reseñó los motivos del reconocimiento que se le entregó. Entre las razones remarcó “sus convicciones, sus principios y su enorme valor a la hora de hacer efectivo los principios fundamentales de la Justicias Universal, frente a los actos criminales más aberrantes que la humanidad conozca”.
La ceremonia continuó con las palabras de la decana de Ciencias Políticas, Graciela Cousinet, Facultad que a través de su Consejo Directivo promovió e impulsó el Doctorado, que luego aprobó por unanimidad el Consejo Superior de la UNCuyo. Cousinet celebró la “feliz coincidencia” de la entrega del reconocimiento con la conmemoración en la Argentina de los 29 años de la restauración democrática, que se cumplieron este pasado martes 30 de octubre.
De la extensa serie de aportes de Garzón a la lucha universal por los Derechos Humanos, la funcionaria universitaria eligió dos, por considerar que “tocan muy profundamente la sensibilidad argentina”. Por un lado, el sostenimiento y la aplicación de la doctrina de jurisdicción internacional para el juzgamiento de los crímenes de lesa humanidad que permitió la detención, captura y condena de varios genocidas. Y por otro, la decisión y el coraje de investigar los crímenes del Franquismo en España, que le valieron tanto el ataque de algunos sectores políticos como el apoyo de miles de ciudadanos españoles.
La decisión unánime de aprobar este Doctorado es “un modo de honrar la memoria de las víctimas de la Dictadura que se ciñó implacablemente sobre nuestra Universidad, y especialmente sobre la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales”, expresó la decana. En esa línea cerró su discurso, afirmando que “los Derechos Humanos son de todos y no son de nadie en particular”, por eso –continuó Cousinet- “reciba usted Doctor Garzón, en mi nombre y en el de la Facultad, nuestros respetos y reconocimiento a su lucha por la Memoria, la Verdad y la Justicia”.
Luego fue el turno del discurso del rector Arturo Somoza (click aquí para leerlo), quien destacó que el ex juez español ha dedicado su vida a la Justicia, la cual “tiene una dimensión superior, que es la del derecho de los pueblos”.
En este punto se refirió a dos hechos vinculados con la UNCuyo. Por una parte, el proceso de Justicia por los crímenes de lesa humanidad cometidos en Mendoza y de los que fue sede la Facultad de Ciencias Aplicadas a la Industria, de San Rafael. Por otra parte, la decisión de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el litigio con la empresa Dalvian, de reconocer “la imprescriptibilidad del dominio público del Estado, dándonos la razón y devolviéndonos confianza en este poder público”.
“Los pueblos latinoamericanos hemos sufrido calamidades y estamos adquiriendo la resistencia genética a la injusticia… A nosotros la experiencia nos sirvió para afirmar nuestra identidad… Somos hoy el principio de una raza universal, que pretende construir un mundo de paz, solidaridad, trabajo y armonía”. Reconociendo en la lucha de Baltasar Garzón estas características, “además de otorgarle el Doctorado Honoris Causa, le brindamos la ciudadanía latinoamericana” concluyó Somoza.
Después de dar lectura a la Resolución del Consejo Superior (click aquí para leerla) que explica los antecedentes disciplinares, académicos y sus aportes a las Ciencias Sociales, el rector Somoza le entregó a Garzón el Diploma y la mencionada Resolución, y decana Cousinet la medalla de plata con su nombre como Doctor Honoris Causa de la UNCuyo. Además se le obsequió un libro recientemente editado sobre la vida del General San Martín en Mendoza.
Con la voz cansada pero emocionado y agradecido, Garzón empezó su extenso y sentido discurso en el que repasó su accionar como juez y su lucha sin descanso por la justicia, la libertad y la dignidad del ser humano. Además mencionó el momento de crisis internacional, pero rescatando la oportunidad que tiene el mundo “de luchar por conseguir un ideal de felicidad”.
Esperadas fueron las palabras que tuvo sobre la lucha por la Verdad, la Memoria y la Justicia por parte de las Madres y Abuelas de Plazo de Mayo y los organismos de Derechos Humanos en la Argentina. Contrastó esta situación con el momento de impunidad que vive España por los crímenes del dictador Francisco Franco, de los que dijo sentir “vergüenza por una decisión que perjudica a las víctimas y favorece a los victimarios”. En ese sentido manifestó: “Argentina viene dando ejemplo desde 2003 de la exigencia de Justicia a quienes violaron masivamente los derechos de los y las ciudadanos y ciudadanas”.
Fue contundente su mención sobre la libertad en nombre de la cual dijo “a veces se mata, se tortura, se secuestra o se violan masivamente los Derechos Humanos y ello a veces se hace desde una legalidad aparentemente formal. Frente a estos hechos es necesario reivindicar la acción de una sociedad comprometida y de un Poder Judicial independiente que imposibilite cualquier exceso en aras de una mala entendida seguridad de los ciudadanos frente a fenómenos como el crimen organizado o el terrorismo”.
Con un mensaje de esperanza remarcó que no existen fronteras para la lucha contra la impunidad y que “el único lenguaje común en el mundo es el de los Derechos Humanos, y su defensa la patria irrenunciable donde debemos encontrarnos todos”. Aprovechó la oportunidad para rendir homenaje a los defensores de los Derechos Humanos que se juegan su seguridad en forma “altruista en pro de una Justicia verdadera”, en abierta referencia al abogado mendocino y docente de la UNCuyo Diego Lavado.
Sobre el final hizo suya una frase del escritor García Márquez para invitar al rector Somoza -y en su persona a la Universidad- a “fabricar un arca de la memoria, capaz de sobrevivir al diluvio atómico que se avecina, una botella de náufragos siderales arrojados a los océanos del tiempo para que la nueva humanidad entonces sepa por nosotros lo que no han de contarle las cucarachas: que aquí existió vida, que en ella prevaleció el sufrimiento y predominó la injustica, pero también conocimos el amor y hasta fuimos capaces de imaginarnos las felicidad, y que sepa y haga saber por todos los tiempos quiénes fueron los culpables de nuestro desastre”.
Por último, rindió homenaje a los que en nuestro país luchan para que “la verdad, la justicia y la reparación se impongan frente al olvido, a los que gritaron Nunca Más” y finalizó: “Tenemos la obligación de entregar a nuestros hijos un mundo mejor del que recibimos, sino lo conseguimos habremos fracasado”.
Antecedentes para la distinción
El análisis de los antecedentes en el Consejo Superior de la UNCuyo se realizó a pedido de los graduados Rodrigo Farías y Gabriela Bazán, quienes se fundaron en la lucha por la implementación de los derechos humanos a nivel mundial y particularmente por su participación y defensa de tales valores en los numerosos casos de violaciones de tales derechos perpetrados en Latinoamérica por distintos gobiernos militares e inconstitucionales en el marco de la llamada “Operación Cóndor” durante la década del 70.
Asimismo cabe señalar el vínculo que estableció este magistrado particularmente con la República Argentina. Tal como se señaló en la resolución nº 11 del Consejo de la Magistratura Nacional en febrero de 2012 el Dr. Garzón "investigó los crímenes cometidos contra ciudadanos españoles por parte de la dictadura militar que ejerció el gobierno de facto en la República Argentina entre los años 1976 y 1983, logrando la detención y posterior extradición a España del ex militar Ricardo Miguel Cavallo, integrante de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), así como la detención de otros noventa y ocho militares argentinos, imputados de crímenes de lesa humanidad”.