–Hay gente que dice: ‘Los pueblos no se equivocan’. Yo discuto eso. El pueblo alemán se equivocó con el Nazismo. El pueblo argentino, con la dictadura o con el menemismo.
Y relata su nuevo interés: el gatillo fácil policial.
Muy fácil
La sociología suele llamar “sentido común” a un conjunto de saberes tácitos, que comparte más o menos un grupo de personas, y que presenta un orden de ideas sobre el mundo. Cuando nacemos ya existe un sentido común que nos recibe, que nos envuelve, nos abraza. Dentro de ese sentido común formamos nuestras opiniones y nuestra visión del mundo, de las personas, de la cosas… Te decía que el sentido común presenta un orden, una coherencia: en ese orden, hay gente buena, gente mala. A veces cuestionamos el sentido común. Pero, generalmente, aceptamos sus reglas y ni siquiera las cuestionamos.
Hacemos esta introducción, porque el próximo documental que está pergeñando Sepúlveda tiene que ver con el sentido común de un sector de la población de Mendoza; de la clase media. Los temas que parecen preocupar en este momento parecen ser lo que se suele llamar “la inseguridad”, la delincuencia, la pobreza, la discriminación. El documentalista se admira de cómo, a veces, nosotros, la gente, simplificamos el problema. Y olvidamos preguntar qué hay antes de “la inseguridad”. ¿Quién delinque y por qué? Escuchemos las mismas palabras del realizador mendocino, también periodista radical.
–(Me interesa) Cómo la exclusión social genera una situación, quizá de consenso, en ciertos sectores de la sociedad, que justifica que se mate un joven porque es morocho, tiene tatuajes y está robando. [...] Gente que si es muerta, nadie va a reclamar por ella. [...] Lo mismo hizo la dictadura: demonizó a los militantes populares, a los guerrilleros, por lo tanto les sacó su condición de ser humano. Y a partir de ahí podían ser eliminados. [...] Y hoy pasa lo mismo a otro nivel con los jóvenes marginados. Son jóvenes que te van a robar, que están de más, que sobran, son una amenaza social. Entonces hay cierto discurso que justifica la eliminación de esas personas. [...] Hay una frase que se la he escuchado incluso a docentes, profesionales, abogados, que me deja helado cuando la escucho: ‘es irrecuperable’. [...] Nosotros como sociedad nos tenemos que hacer cargo de lo que nosotros producimos. No nos podemos desentender. [...] Nosotros como sociedad somos responsables. No podemos pretender, por ejemplo, que la Universidad viva en un foco cuando tenemos una villa inestable a doscientos metros. [...] No nos podemos desentender. No porque me vaya a pasar a mí, sino porque formamos parte de la misma comunidad, porque es un ser humano, igual que yo.
Los privilegiados
Le pedimos a Sepúlveda ejemplos de gente que no se desentiende: estudiantes de comunicación social que realizan prácticas en barrios pobres, médicos u odontólogos que asisten gratuitamente a gente con carencias…
–Nosotros (los universitarios) somos privilegiados. [...] El hecho de estar en una universidad en un país donde un porcentaje ínfimo llega a un estudio superior, el hecho de poder recibirse... Yo creo que estamos en deuda permanente con la comunidad.
...
Y nos quedamos pensando, en las palabras de Rodrigo, que dijo: “Nos estamos acostumbrando a la violencia”. Y la violencia crecerá, mientras la sociedad multiplique por todas partes la injusticia, los privilegios. Y la Universidad, ¿de qué lado está? ¿Y vos?
Legajo CONADEP en Políticas y Sociales
La Secretaría de Bienestar Universitario y la Centro de Estudiantes de la FCPyS organizaron un video-debate, al que asistió un centenar de estudiantes. Lleno total, como muestra la foto. Estuvieron tres de sus realizadores, quienes promovieron la reflexión sobre los derechos humanos, el Estado y los grupos económicos. Además, respondieron las preguntas de los estudiantes sobre el miedo que cargan los periodistas que enfrentan los resabios de la represión que persisten.
Germán Fernández
Para ¡en contActO!, boletín de la Secretaría de Bienestar Universitario
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