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El regreso del maestro

04 de diciembre de 2008, 18:11.

A los 78 años, el realizador francés Claude Chabrol nos trae su último opus, un drama pasional que culmina en crimen y tragedia.

La sala del cine Universidad (Lavalle 77) vuelve a estar de estreno esta semana y lo hace con “Una mujer partida en dos”, último título del parisino Claude Chabrol que protagonizan la bella Ludivine Sagnier (ver La divina...), Francois Berleand y Benoit Magimel.

La película, según el director, parte de la transcripción libre y llevada a nuestros días de una historia real ocurrida en Manhattan a principios del siglo XX.
 
“El protagonista es Stanford White, famoso como arquitecto y también por mujeriego, que fue asesinado en 1906 por el esposo de una de sus amantes, una joven bailarina de Broadway llamada Evelyn Nesbitt”, ha señalado Chabrol, además de subrayar que se propuso descubrir, como si fuese un entomólogo, que a partir de ese pequeño hecho es posible develar comportamientos que definen la condición humana.

En “Una mujer partida en dos” Sagnier encarna a la meteoróloga de un canal de televisión regional que inicia un apasionado romance con un veterano escritor (Berleand) a pesar de que él es casado y con edad como para ser casi su abuelo.

A pesar de las promesas, el escritor nunca abandonará a su esposa, por lo que la joven, despechada, aceptará casarse con un joven y rico heredero (Magimel) que la acosa con invitaciones, regalos y amenazas. La historia, por supuesto, derivará en asesinato y escándalo posterior.

Al hablar de sus actores, Chabrol dice que desde hace mucho tiempo quería trabajar con Sagnier, pero terminó decidiéndose por ella para esta película después de verla como Campanita en Peter Pan.
 
"En cuanto a los dos hombres, con François Berleand descubrimos una gran complicidad mutua después de compartir el rodaje de ‘La comedia del poder’, y como es un seductor nato, quería aprovechar ese don natural para desarrollarlo en el personaje. Y con Benoît Magimel ya había trabajado en ‘La dama de honor’ y ‘La flor del mal’, y aquí volvió a demostrar lo capaz que es para interpretar papeles de distintas clases sociales, además de correr grandes riesgos. Aquí, su personaje está al borde de la esquizofrenia"

La llegada de “Una mujer partida en dos” al cine Universidad prolonga el afortunado vínculo entre el público argentino y la filmografía más reciente del director, presentada aquí con una regularidad que no aparece en otros realizadores europeos y que nos permitió ver las citadas “La dama de honor”, “La flor del mal” y “La comedia del poder”, además de “Gracias por el chocolate”

Otras novedades

También llegan hoy a las salas locales el thriller “Un plan brillante”, con Michael Caine y Demi Moore, y “Max Payne”, basado en un popular videojuego.

Ladrones a la inglesa

Demi Moore y Michael Caine protagonizan "Un plan brillante", película sobre un robo de joyas que dirigió el inglés Michael Radford (el mismo de “El cartero”)

El filme tiene a Moore como Laura Quinn, una ejecutiva de una firma inglesa de diamantes en la década del '60 que, al enterarse de que está a punto de ser despedida, se involucra en un plan para robar la caja de seguridad, plan craneado por el veterano sereno de la empresa, Mr. Hobbs (Caine), que comienza lentamente a interesarla en el tema con sus conocimientos al detalle del movimiento de la compañía.

Esto será sólo la primera parte. Vendrá, claro, el robo. Y luego la investigación, a cargo de un seductor agente (Lambert Wilson) que juega un tenso juego de poder con Laura. Y, claro, también se complicará la relación entre la dupla criminal.

Juegos violentos

Con base en un popular juego de computación, la película muestra a un agente de la DEA (Mark Wahlberg) y a una chica (Mila Kunis) en tren de vengarse contra los asesinos de sus familias. Serán perseguidos por la mafia, la policía y otras instituciones afines.

También participan del elenco Beau Bridges, Chris "Ludacris" Bridges, Chris O'Donnell y Olga Kurylenko. Dirigió John Moore.

La divina Ludivine

Con apenas 29 años, Ludivine Sagnier es la nueva femme fatale del cine francés. Una etérea lolita de perturbadora inocencia, aunque con estirpe de diva, que desde muy joven fue la predilecta de los más prestigiosos directores franceses: desde el mítico Alain Resnais, que la descubrió cuando apenas tenía diez años, hasta Claude Miller, artífice de su transformación en “La pequeña Lili”. Sin olvidar a François Ozon, su auténtico Pigmalión, que la hizo brillar en “La piscina” y la mezcló con superestrellas en “8 mujeres”

Después de volver a la infancia como Campanita en el “Peter Pan” de P. J. Hogan, y exhibirse como poético fantasma romántico en “Les chansons d’amour”, de Christophe Honoré, Ludivine se puso en manos de Claude Chabrol.

El maestro del cine negro francés, el Simenon de la pantalla grande, especialista en descubrir rincones de infamia e hipocresía en medio de la serena vida provinciana, la convirtió en “Una mujer partida en dos” en una joven oscura y ambiciosa dividida entre dos hombres.

Claro, también la hizo actuar una escena de infrecuente voltaje erótico, como redescubriendo en ella al nuevo estandarte de esa femineidad incandescente que el viejo maestro Alfred Hitchcock, inspirador explícito de Chabrol, utilizó mucho tiempo como fetiche.

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