- Desde la visión de FOPEA ¿cómo es o debería ser la ley de acceso a la información pública?
- La ley tiene que ser para todos los ciudadanos, que no discrimine en ninguno de los ítems. Ni por motivos para acceder a la información, ni por causas ni por justificativo, ni por monto arancelario que sea tan alto que no se puede pagar. Segundo, la información tiene que estar previamente bien catalogada o clasificada para que quede claro qué información no va a ser dada. La Constitución establece que las razones son de seguridad, defensa y política exterior. Pero la modificación del senado agregó: “por razones de inteligencia, de contrainteligencia, política económica, financiera o comercial, tributaria, científica o técnica. Y que esta clasificación proceda no solo por ley, sino también mediante decreto, resolución o acordada”. No puede surgir de una acordada, que es la modificación que le agregan. Una acordada implica que hoy se decide que esta información no va a salir y no sale la información.
- ¿Y qué otras modificaciones se le hicieron en el Senado?
- Por otro lado, “la información que se de a conocer, no puede ocasionar peligro a la vida o seguridad de las personas o afectarse el derecho a la intimidad o al honor de estas”. La información tiene que estar pautada: qué tipo de información puede no salir, de qué área primero, de tal área, dentro de esa área, por qué; Cuáles son los riesgos, especificados, muy detalladamente. De manera tal que cuando una información no se de, uno sepa que es plausible que no sea entregada. El secreto tiene que ser la excepción.. Por eso yo decía que el principio de una ley es la publicidad. Todo es para dar a publicidad porque somos gobierno y como tal somos representantes y trabajamos para la ciudadanía y en función de eso debemos dar cuenta de todos nuestros actos.
- ¿El proyecto que se está discutiendo garantiza el acceso a la información pública?
- Esta ley no garantiza que cualquier ciudadano tenga acceso a la información publica. Una de las cosas que se había discutido enormemente era el tema de la legitimación pasiva, es decir que todo ciudadano, solo por el hecho de ser ciudadano, tiene derecho a acceder a la información. La modificación que le agregaron es la legitimación activa. Esto es que se justifique el motivo por el cual se pide la información. Entonces, el principio inicial de una ley de acceso a la información pública es que todo es para dar a conocer. El secreto es la excepción. Se exceptúa de ese enunciado general esta información, esta información por tales motivos. Pero todo tiene que estar escrito. La ley tampoco garantiza la gratuidad del acceso a la información pública. Entendimos que podía cobrarse algún arancel para la reproducción, pero no para la solicitud. En un país con las falencias jurídicas que ha tenido en los últimos años es muy riesgoso que una ley sea tan ambigua, que ya cuando uno la lee ya no sabe lo que está diciendo.
- Haciendo un poco de historia ¿Desde cuándo viene esta lucha por el acceso la información publica?
- Se ha luchado, pero no con la suficiente garra. Nosotros trabajamos por esta ley, sin olvidar lo que han trabajado muchos otros sectores anteriormente, durante mucho tiempo. La senadora Cristina Kirchner, mientras estábamos trabajando en la Cámara de Diputados nos dijo que el proyecto le interesaba y que lo iba a fomentar para que saliera. Nos alentaba, y fue de ahí que salió el dictamen de senadores. Absolutamente negativo, esta ley así no sirve. Pero se hizo hace 20 días un encuentro para discutir el tema del acceso a la información pública. Tenemos que empezar a convocar a más gente. Hay que dar a conocer qué es el acceso a la información pública, por qué es tan importante, por qué se quiere tener información. No sé si todos los periodistas entienden la importancia de la acceso a la información pública. Si no la entendemos nosotros, es más difícil que la entienda la gente que no tiene necesidad de darla a conocer.
- El acceso a la información pública ¿no debería ser una obligación de los funcionarios públicos?
- Lo que uno tiene que hacer cuando hay una información incorrecta es darla correcta y contrastarla con la supuestamente correcta. Ese periodista queda descalificado automáticamente. Pero el funcionario tiene la información como propia. No es secreto de Estado, sino es secreto personal o de partido o de área. Pero no manejan la información por el probable peligro que podría traer al gobierno de turno, si no por el daño que les puede hacer a ellos. Acaba de frenarse el aumento de penas para los casos de corrupción ¿Cómo? No estamos hablando de hacer todo lo posible por terminar con la corrupción. Los legisladores, que son nuestros directos representantes, son los que tienen que ayudarnos con las leyes, son los que tienen que ayudarnos a controlar todo. En qué momento consultan a la ciudadanía para cual o tal medida. Cuando sacan 164 leyes un 24 de Diciembre. Cuando no se hacen cargo de la ley que votaron y después como carmelitas descalzas salen a decir que el otro... Tendríamos que conocer cada ley, quién la voto, quién no, todo. Pero nosotros como ciudadanos, ya me separo del periodista, tendríamos que requerirlo. Y como periodistas entender muy bien qué significa la ley de acceso a la información pública. Cuando se habla de información pública, se habla de la información que tienen los funcionarios y que es de interés público. Pero además esa información la tiene que dar el Estado, la tienen que dar las empresas privatizadas que otorgan servicios públicos y todos los organismos que estén subsidiados por el Estado. Una de las modificaciones que agrega y es muy terrible porque confunde el sentido de la información pública, es pedir que den información pública las empresas que de alguna manera puedan tener información que pueda ser de interés público o que pueda ser importante, que esté a consideración del público. Eso no es nada, cualquier cosa para el público puede ser interesante.
- ¿Los ciudadanos pueden exigir información?
- Nosotros no tenemos que rogarle información a un funcionario. El funcionario tiene que darla. No es que uno va a ir a prepotearlo. Pero para nuestro conocimiento tendríamos que saber que el funcionario está obligado a darla. Nosotros le pagamos el sueldo. Y así como en una empresa, cuando le pagamos a alguien que trabaje para nosotros, esta persona tiene que reportarse permanentemente con lo que hace. Eso lo tiene que hacer un funcionario público. Nunca íbamos a saber esto de los sobre sueldos, ni el monto de los sobresueldos porque justamente ellos tienen gastos reservados. Cualquier cosa es reservada en este país. Y son ellos mismos los que deciden, por eso se requiere una ley que impida eso. Si yo voy y pregunto por ejemplo al Ministerio de Economía cuánta gente contratada hay y quiero ver, además, los contratos con terceros organismos, como pueden ser Naciones Unidas, el Banco Mundial, el BID; cuáles son los proyectos que están llevando adelante, cuáles son los sueldos que se pagan y cuánto paga Argentina por ese préstamo que hacen los organismos internacionales ¿Me la van a dar? No, no me la van a dar. Y esa es una información que yo tengo que conocer ¿Por qué? Porque yo todos los meses pago lo que me exigen que pague para mantener el Estado.
- Se habla de una cultura del silencio ¿Usted cree que es difícil implementar una cultura de la búsqueda de la información?
- Yo estoy convencida que estos temas tenemos que manejarlos como periodistas. No creo en las vanguardias. Creo en un acompañamiento de participación ciudadana, que es importantísima a todo nivel. Y la participación periodística es mucho mayor. Si nosotros entendemos que el periodismo es el vehículo entre la información de los órganos gobernantes y la población es obvio que el periodismo es el que más va a utilizar una ley de acceso a la información pública. Uno tiene que tender a que el ciudadano participe y se entere de qué se trata. En la medida en que nosotros estamos más atados, tenemos más riesgos de perder el trabajo y empezamos a disminuir la cantidad de información que damos y no lo hacemos porque tenemos un ás en la manga, sino porque estamos con temor, ahí también estamos cooperando con la cultura del silencio. Creo que somos nosotros los que tenemos que empezar. Es trabajoso, pero hay que luchar por eso. La línea, aparentemente, es terminar con las leyes, no sacar más leyes de acceso a la información pública. Hace cinco años no se hablaba de acceso a la información pública, ahora por lo menos se habla. Algo cambió.
Emilia Palazzo
Departamento de Política