Ya no se trata de utilizar la TV para las campañas, ahora es el espacio de decisión y tratamiento de cuestiones políticas y sociales. Los mandatarios prefieren el campo mediático. Así lo define Umberto Eco en referencia a su país, en donde Berlusconi está instaurando una forma de gobierno inédita, distinta de la que sanciona nuestra constitución, y se trata, precisamente, del populismo mediático. Esto en relación al retiro de las tropas de Irak que después desmentiría ante EEUU.
La informalidad de la TV evita el golpe de oposición política y la permanencia de dichos en documentos públicos, evita el paso de ciertos temas claves por el sistema de decisión político tradicional.
Cada vez es más evidente el paso de la plaza a la platea. Las principales preocupaciones son cómo mostrar la acción política por la TV, de manera que adquiera el consenso del pueblo Este tipo de consenso es poco crítico y vacío de instancias de evaluación, no así el de la cúpula parlamentaria que ejerce una suerte de control más rígido y validado en la información que no llega al público.
Es tal la importancia que los mandatarios le dan a los consensos mediáticos que, en algunos casos como el de De la Rúa, se llegó a creer en la caída del gobierno debido al uso de la imagen en un programa humorístico. Esta falta de juicio serio lleva pensar qué clase de política es la que se maneja en la actualidad.
Todo da la pauta de la frivolidad con que los Estados manejan cuestiones claves de gobierno. Llevando al ciudadano a no participar en lo político, sino a convertirse en usuario del sistema, conformado por el medio y la nueva forma de hacer política. Más que una crisis de representación, se asiste a la compra del estereotipo y no del representante .Como consecuencia, temas como la vida humana en el caso de soldados, o el bolsillo del usuario, pasan a engrosar esta lista de frivolidades políticas. Todo ayudado por el manejo de información que causa una verdadera desinformación en el pueblo.
Verónica Zabala
jaquelinaz@yahoo.com.ar
Departamento de Sociedad y Movimientos Sociales