Las autoridades del Instituto Balseiro Oscar Fernández (director), Alejandro Fainstein y Edmundo Lopasso (vicedirectores de las áreas de Ciencia e Ingeniería) encabezaron la comitiva que dio la bienvenida al vicerrector de la UNCuyo, Jorge Barón, en su primer encuentro oficial con la comunidad educativa de Bariloche. Lo guio en su “paseo” institucional el docente e investigador del Conicet, Mariano Cantero.
Jorge Barón ingresó al Balseiro en 1977 para estudiar Ingeniería Nuclear y se graduó en 1981, integrando la primera promoción que tuvo esa carrera. Una vez recibido trabajó 7 años en el Centro Atómico Bariloche hasta que se mudó a Mendoza. En varias oportunidades retornó al Instituto para dictar clases en la Especialización de Aplicaciones Tecnológicas de la Energía Nuclear (CEATEN).
Su itinerario comenzó con una jornada de intercambio con autoridades, profesores e investigadores y personal de apoyo académico. Luego recorrió algunas instalaciones del Centro Atómico Bariloche (CAB), entre ellas e nuevo edificio de la biblioteca Leo Falicov y diversos laboratorios del CAB. En su paso por la Biblioteca fue homenajeado con la exhibición de los documentos originales de sus tesis de trabajo especial de Ingeniería y de Doctorado, que buscó y preparó especialmente la bibliotecaria Marisa Velazco Aldao.
Su pasado como estudiante del Instituto Balseiro está colmado de buenos recuerdos. “Me considero un privilegiado por haber podido estudiar en un sistema como el argentino: público y gratuito –dijo y agregó- además de que me pagaban por hacerlo” en referencia a las becas completas que otorga la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) a los ingresantes de las carreras de grado del Balseiro.
“Fue maravilloso poder estudiar en un ámbito como éste y sobre todo por el hecho de que aquí los investigadores están en contacto directo con los alumnos, algo que me ha servido muchísimo para mis tareas profesionales a lo largo de toda mi vida” comentó Barón.
Esta sólida formación que recibió en el Balseiro tuvo un plus en varios sentidos. “Además de darme el orgullo y la fama como egresado, me abrió muchas puertas, pude aprender a aprender, coseché grandes amigos con los que aún estoy en contacto” confesó Barón.
Su disertación en el salón de Actos de esa Institución llevó por título “De la energía nuclear a los biocombustibles (pasando por el Aconcagua)”. En ella contó detalles de las tres líneas de trabajo que ha desarrollado profesionalmente: seguridad nuclear, investigación en campo de la geodinámica del Cerro Aconcagua y transferencia tecnológica de producción de microalgas para uso en biocombustibles.
Además, enfatizó que la Ingeniería se basa en la búsqueda de soluciones y que el origen etimológico de la disciplina deriva de la palabra ingenio: capacidad de crear cosas, poder innovar y generar cosas nuevas. Dio como ejemplo tres aplicaciones del tornillo: como solución novedosa, para extraer agua de pozo; como aplicación novedosa de una solución existente, para fabricar la hélice del helicóptero; y como una aplicación más económica de una solución existente: el tornillo auto-terrajante.
Consultado sobre qué mensaje daría los futuros estudiantes de este campo disciplinar dijo: “La Ingeniería es una profesión o una manera de trabajar que tiene mucho de técnico y de científico, de básico y de metodológico, pero además tiene una visión sobre lo que es la producción o agregado de valor”, destacó.
En relación con su visita expresó: “Tenemos que venir mucho más seguido y la gente del Balseiro tiene que ir a Mendoza, porque hay muchísimo por hacer”.
“El balance es que hay una enorme cantidad de oportunidades. En Argentina necesitamos técnicos de todos los rubros: ingenieros, físicos y otras disciplinas. Es un momento histórico y tenemos que responder”, dijo Barón.
“En el Balseiro hay un potencial enorme para hacer transferencia con proyectos que generen valor y empleo devolviendo capacidades para que las próximas generaciones puedan acceder a toda esta formación y a esta tecnología. Eso es lo que buscamos”, concluyó.