\"Queríamos saber en qué aspectos esta gente era vulnerable. El haber preguntado aspectos psicosociales, o datos como que exista la mitad de la gente que no pueda planificar su propia vida por el desasosiego que tienen, ésa es una cosa muy buena para conocer resultados. Como hicimos esta encuesta para el área metropolitana y ciudades del interior, una de ellas fue Mendoza\". La especialista aclaró que no se puede hablar precisamente de las ciudades del interior porque la muestra fue pequeña.
Tomaron para la muestra pobres estructurales y gente de clase media empobrecida y en ese sentido, hubo tristes resultados, cuando por ejemplo, se detectó que hubo gente que durante este tiempo \"no tuvo ropa de invierno adecuada, entre estos nuevos pobres, tienen toda la infraestructura como para no estar en la pobreza, pero lo que pasa es que los salarios son tan bajos que están inmersos a ella. Alrededor del salario, la estabilidad del empleo, una obra social, las personas organizan su vida\".
Uno de los datos más duros fue que el 73% de los hogares come cada vez peor. Su dieta es reducida y limitada. El otro tema es que el 77% de los más carenciados no terminaron el secundario. Silvia Lépore aclaró que la muestra detectó entre otros detalles, una importante disminución en el consumo de carnes y un incremento en el consumo de harinas. \"La gente no siente apoyo del Gobierno, grupos corporativos ni en los sindicatos. Solo tienen confianza en las organizaciones no gubernamentales\".