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“En Argentina se consumaron todas las formas de genocidio”

La abogada especialista en Derecho Militar y periodista, presentó su libro “Genocidio en Argentina”  en Mendoza. Su objetivo es que sea un manual para crear en la sociedad argentina conciencia cívica, resistencia y organización; definiendo claramente el delito de genocidio y sus formas, cumplidas en su totalidad en Argentina.

22 de noviembre de 2005, 01:25.

Por Belén Faiozzo

Agencia Taller – Departamento de Política

belenfaiozzo@yahoo.com.ar

El prólogo del libro “Genocidio en Argentina” de Mirta Mántaras, describe la “propuesta genocida en Argentina como política del capital globalizador”. Palabras que la autora resaltó en la presentación de su obra, el jueves 10 de noviembre en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Cuyo.

Presentada por Pablo Salinas, abogado defensor de los Derechos Humanos en Mendoza, y por la Licenciada María del Carmen “Pocha” Gil de Camín, integrante del Movimiento por los Derechos Humanos (MEDH), Mirta Mántaras, abogada y especialista en Derecho Militar, habló de los objetivos del libro.

En diálogo con Agencia Taller definió que la principal meta que cumple con la publicación de “Genocidio en Argentina”, es que “al haber estudiado en una universidad nacional, sostenida por el pueblo es devolverle al pueblo todo lo que ha hecho por mi formación. Es lo que aporto a la sociedad para que pueda ser leído por todos, para que como ciudadanos tengamos conciencia cívica, primero de resistencia y después de organización, con los ojos bien abiertos y alertas para captar esa energía social tan valiosa que tenemos y que está desperdigada, lamentablemente”.

Durante la presentación habló de la época negra vivida en nuestro país, durante la última dictadura militar, como uno de los mayores genocidios cometidos en nuestro territorio. También de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final y enfatizó en los Tribunales de Enjuiciamiento que se han llevado a cabo en otros países “lo que permitió que se abran en España los juicios por el genocidio en Argentina. Genocidio, terrorismo y torturas, esta fue la carátula de los juicios en Madrid”.

Definió las cinco hipótesis que establece la Convención de Genocidios:

-       La matanza de un grupo nacional total o parcial.

-       Las condiciones inhumanas de detención y tormentos a un grupo nacional, aunque la consecuencia sea la muerte y no la matanza.

-       El traslado de niños de un grupo nacional a otro.

-       El sometimiento de un grupo nacional a condiciones de existencia que acarrean su destrucción física total o parcial.

-       El impedimento de nacimiento de niños a un grupo nacional.

“En Argentina se consumaron todas las alternativas de comisión de genocidio que la Convención de Genocidios establece, pero bastaba con que se cometiera una sola de ellas para que hubiera delito de genocidio”, expresó.

Mirta Mántaras explica en su libro que el genocidio en nuestro país, fue “preparado, premeditadamente organizado por un tander cívico militar que se produjo durante el gobierno de Isabel Perón, en concreto, para el genocidio que vendría después del golpe”.

Sin embargo, no sólo habla del mayor asesinato de personas en nuestra época, como fue el producido por los gobiernos militares que dirigieron Argentina, sino también de las grandes matanzas de nuestra historia, demostrando que el genocidio en nuestro país, tiene larga data: “el Gral. Roca, llevó a cabo el genocidio de las poblaciones originarias para quitarles sus tierras en La Pampa. También de las matanzas cuando hubieron grandes huelgas de obreros, la de 1909, la de la Semana Trágica, la de la Patagonia Rebelde. Todas fueron luchas de los obreros por mejores condiciones de trabajo que generaron profundas represiones”.

Jurídicamente y en su ámbito del Derecho, Mántaras explicó que la figura del genocidio requiere el dolo concreto, es decir, la intención directa; por lo que los actos preparatorios tienen tanta importancia. Y aclaró que “todas las figuras que reprimen este delito, perfectamente descriptos en la Convención, las tenemos en nuestro Código Penal. Cuando esta convención se incorpora a la Constitución Nacional, lo tenemos como normativa básica con rango constitucional; lo cual le da un gran peso de ley interna que también trasciende las fronteras, porque está tipificando un delito que es obligatorio: castigar por Justicia universal por la característica de delito de Lesa Humanidad”.

Mirta Mántaras, en referencia a la actualidad, habló del Caso Carrasco, el soldado asesinado en Zapala, provincia de Neuquén, que terminó con el Servicio Militar Obligatorio en Argentina, gracias al gran papel en el que se erigió la sociedad argentina.

En toda esta triste historia argentina es que se basó para la creación del libro, como algo que “incitara a profundizar para poder ir comprendiendo desde la mirada de los Derechos Humanos, cómo es posible que nosotros ejerzamos un rol dinámico en la sociedad”.

Otro objetivo fundamental que se propuso fue el de “proporcionar a los abogados un fundamento para la articulación de la figura del delito de genocidio en los juicios que tenemos en el país”.

“Que seamos concientes en la posibilidad de unirnos y hacer grupos de presión social para que podamos entender el por qué tenemos que conocer la historia… porque solamente incorporando el pasado como un momento del presente es posible ver al futuro” afirmó.

Y finalizó diciendo que así “haríamos realidad un principio de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que es el derecho a resistencia, que es lo primero, después viene la organización que es trabajosa. El derecho a resistencia es lo que nos permite decir: lo harán pero no con mi consentimiento”.

Mirta Mántaras ha desarrollado una intensa actividad por la vigencia de los derechos humanos. Es abogada de Abuelas de Plaza de Mayo, la APDH de Neuquén, y patrocinante de los familiares de detenido-desaparecidos y el M.E.D.H en las causas por la desaparición forzada de personas en la provincia de Mendoza.

En 1999 testimonió en España como técnica en derecho militar ante el Juez Baltasar Garzón y en 2005 en el juicio contra Adolfo Scilingo.

También es periodista. Columnista de los diarios Página 12 y Clarín; y de las revistas El Periodista, El Porteño, Apuntes del Futuro, Claves, Humor, entre otras.

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