El Día de los Derechos Humanos celebra la aprobación por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, 10 de diciembre de 1948. Éste fue el primer documento internacional que instituyó un conjunto de derechos universales y libertades fundamentales que los gobiernos están obligados a garantizar a sus ciudadanas y ciudadanos. Sin embargo, fue en la II Conferencia Mundial de Derechos Humanos, realizada por la Organización de Naciones Unidas (ONU) en 1993 en Viena, donde se produjo un hecho histórico: el reconocimiento de los derechos de las mujeres como derechos humanos.
A 61 años de las Declaraciones Universal y Americana de Derechos Humanos organizaciones de la sociedad civil se reunirán para discutir sobre las políticas públicas diseñadas por el Estado y el cumplimiento de los Derechos de las Mujeres.
En este Encuentro, el Instituto de Estudios de Género, Secretaría Académica, UNCuyo, Instituto Nacional Contra La Discriminación la Xenofobia y El Racismo.
INADI-Mendoza y Diversidad Universitaria intentan promover el conocimiento y la reflexión estratégica sobre las problemáticas que conciernen a las mujeres en la provincia de Mendoza; examinar avances y detectar obstáculos que impiden la promoción, el ejercicio y adelanto de los derechos de las mujeres en la provincia de Mendoza y establecer una agenda que nos permita avanzar juntas y coordinadamente en el cumplimiento de derechos humanos de las mujeres en el 2010.
Quizá uno de los logros más importantes de este histórico proceso, sea el enfoque integral que hoy se da a la idea de derechos humanos a partir de la intervención y la presencia de los movimientos de mujeres y feministas en los diferentes contextos nacionales e internacionales.
Argentina se ha comprometido jurídicamente a garantizarlos a través de la Convención sobre eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW), punto de partida para hablar de derechos humanos específicos de las mujeres.
El espíritu de este documento es ampliar el concepto androcéntrico de derechos humanos y establecer las condiciones necesarias para permitir a las mujeres experimentar la igualdad en todos los ámbitos –cultural, social, político y económico- de sus vidas.