Director de la Orquesta Sinfónica de Cuyo que se despide del organismo artístico.
Hace poco más de un año, el mismo bar nos encontró hablando acerca de la formación orquestal que dirige. Por entonces David Handel compartía los proyectos que engrosaban la agenda de la Orquesta Sinfónica de Cuyo y despuntaba anécdotas mientras fumaba un cigarrillo.
Las calles desprendían ese calor tan característico de diciembre -parecido al que envuelve esta nueva charla de café-, mientras el maestro desgranaba detalles de su trayectoria artística. A diferencia de aquella vez, ahora las palabras dibujan el espectáculo Óperas gratuitas al aire libre que hoy, a las 21.30, dará la orquesta en la Plaza Independencia.
En ese gran espacio abierto, la soprano Jimena Semiz y el tenor Carlos Vittori en compañía de la orquesta y los coros Universitario de Mendoza, de Cámara de la Universidad y el Municipal de Mendoza, interpretarán fragmentos de reconocidas óperas (entre ellas "Nabuco", "Aida", "Macbeth", "Rigoletto" y "La Traviata", de Guisseppe Verdi; "Tosca" y Turandot", de Giacomo Puccini; y "El Barbero de Sevilla", de Gioachini Rossini).
Doblemente significativo, el concierto no sólo marca el cierre de la temporada oficial sino también la despedida de Handel, quien este año cumple cuatro años de estar al frente del organismo artístico.
En esta charla, de la que también participó Vittori (recién llegado de Buenos Aires), las partituras verbales de un director que se dice "sentirse en casa".
- ¿Cuáles son las arias que interpretará?
- Carlos Vittori: “E lucevan le stelle” y “Recóndita armonía”, de la ópera “Tosca”, de Giacomo Puccini; “Nessum dorma”, de “Turandont”, también de Puccini –tenemos cierto amor por el maestro-. Seguramente interpretaremos alguna canzonetta como “O sole mío” y “Brindis”, de “La Traviata”, de Giusseppe Verdi.
- Me imagino que en este tipo de presentaciones, al aire libre y de gran magnitud, el sonido es algo fundamental…
- C: Sí, al ser un mega evento y en un lugar al aire libre, no hay posibilidad de acústica natural; hay que recurrir, lamentablemente, a la amplificación.
- Y eso, para un cantante de ópera genera cierta incomodidad
- C: Es más bien una complicación desde el punto de vista del entrenamiento que hace falta. El cantante de ópera está entrenado para cantar sin micrófono, sin ningún tipo de recurso. Una vez que maneja la voz es mucho más seguro porque no hay posibilidades de acople ni dificultades de que el sonidista se equivoque en la entrada o la salida de un aria. En estos casos, uno siempre depende, en última instancia, del personal y del equipo de sonido; y eso es algo que los cantantes de ópera preferimos evitar.
- ¿Ha participado en eventos de esta naturaleza?
- C: Sí, en varios conciertos de fin año y estuve aquí, el año pasado y para esta misma época, en el “Réquiem de Verdi” –con la misma orquesta y con David-, y la experiencia fue muy gratificante. Cuando uno viene al interior trae un montón de preguntas pero el resultado fue muy bueno y para nada sorprendente (hacía poquito tiempo había cantado en La Paz, Bolivia, bajo la dirección del maestro; y pese a que allí las expectativas eran menores fue un concierto contundente, no esperaba menos en Mendoza).
- Pese a la experiencia, ¿siente, aún, ese vértigo indescriptible justo antes de salir a escena?
- C: Creo que eso nunca se va y es maravilloso que no se vaya. Tiene que ver con lo que uno siente y con la expectativa que tiene uno sobre el arte; si se pierde esa sensación, se pierde la magia del arte, esa duda sobre cómo va a resultar todo. Cuando no se hacen las cosas de taquito, sentís esa inquietud o ansiedad que te deja desamparado. La gente de teatro en general y todos aquellos que se suben a un escenario –aún los grandes actores-, aseguran que nunca se pierde esa inquietud.
- Pasando al espectáculo, ¿quién es el director general de la puesta?
- David Handel: soy yo el culpable (risas). Estoy trabajando en coordinación con la municipalidad, para la realización del escenario y el sonido; en los contratos con los solistas, etc. Es mucha gente, pero cada persona conoce su responsabilidad. Yo soy el encargado de que el producto final sea coherente.
- Usted seleccionó también las arias, ¿en qué criterios se basó?
- D H: las elegí en diálogo estrecho con los solistas –Carlos y Jimena-.
C: la idea fue armar un show en donde la gente escuche piezas que conoce y pueda así participar. No seleccionamos arias de ópera muy sofisticadas, que pueden ser muy disfrutables desde lo artístico y lo personal pero que no son reconocidas por el público (o al menos no es lo que espera escuchar). En este caso son arias muy populares, las que más gustan -aunque no por eso son fáciles de interpretar-.
- ¿Cuánto tiempo de ensayo necesitó el espectáculo?
- D: una semana, pero cada uno de los elementos va ensayando desde hace un tiempo. Los cantantes desde hace años; los coros, desde hace más de un mes; y la orquesta ya ha tocado hace un mes, más o menos, varias de las obras que va a tocar ahora para un público más grande. Pero el primer ensayo, el gran quilombo es hoy (risas).
- ¿Qué expectativas guarda para esta noche?
- Espero que vaya muchísimo público y que disfruten de estas obras tan preciosas (no hay una que no sea). Fueron elegidas por ser “gran arte”, realmente me apasionan. La orquesta u los coros están rindiendo muy bien.
- Este concierto de algún modo marca el punto final en su rol de director tras cuatro años, ¿cuál es el balance que usted hace?
- El balance es, en general, muy positivo. Cuando alguien lanza un proyecto con objetivos ambiciosos nunca son suficientes las horas del día durante el transcurso de un año para lograr todo lo que se plantea. Pero en términos muy concretos hemos logrado adelantar en varios puntos. Se realizaron intercambios entre instituciones de nivel internacional que favorecieron el profesionalismo de la orquesta; se ha desarrollado un repertorio bastante más amplio que en los últimos años; la orquesta ha visitado otras partes del país y, por primera vez en mucho tiempo, viajó a Bariloche para participar de un festival muy importante; el recibimiento tanto del público como de la prensa en Buenos Aires fue muy favorable; y se ha ampliado la participación de auspiciantes. También hemos mejorado nuestra presencia en los medios y la orquesta ha grabado su primer disco para distribución internacional. Todos estos son logros muy concretos.
- ¿Qué cosas quedaron pendientes?
- Hubo un proyecto que quedó trunco: el Complejo Cultural; que lamentablemente no avanzó con la rapidez que yo esperaba. A nivel estructural hay mucho más por hacer, tanto en la cantidad de músicos como en el trabajo y su rol en la comunidad. Entonces, el verdadero balance es muy positivo –veo una trayectoria en ascenso desde 2005 hasta ahora- pero todavía queda mucho por hacer. Siempre hay un juego entre el balance económico y lo que se ejecuta, y en este caso se suma el hecho de que la universidad acaba de pasar por un cambio de autoridades. No puedo decir que este año haya sido mejor que 2007 pero sigue esa dirección ascendente, los conciertos tuvieron una recepción muy positiva.
- Recién mencionó los viajes que realizó la orquesta como uno de los logros de este año, en base a estas experiencias ¿cómo cree que se encuentra posicionada a nivel nacional?
- A nivel nacional tuvo una gran aceptación; tal como lo reportaron La Nación (sobre nuestra presentación en Bariloche) y los medios locales, la orquesta es una muy buena representación de lo que puede ofrecer Mendoza. Ahora hay que tener cuidado que no solamente tenemos que mostrar lo que podemos sino que tenemos que estar constantemente comparándonos con otras orquestas.
- ¿Qué sigue para usted luego de cerrar este ciclo?
- Seguiré con la orquesta sinfónica de Bolivia (N de la R: formación que dirige desde hace más de 10 años), ese proyecto marcha muy bien. Iré al Festival de Guadalquivir, un evento creado en Tarica, al sur de Bolivia hace tres años en el que participan las formaciones orquestales más importantes del Cono Sur, Europa y Estados Unidos. Después tengo conciertos en Sudamérica (Colombia, Argentina), Estados Unidos, Europa (Italia, Polonia), estaré ocupado. Y Carlos será un co-conspirador en varias ocasiones.
- Tras cuatro años en Mendoza, ¿qué se lleva?
- Muchísimo afecto, el recuerdo de muchísimos eventos artísticos y mucha lucha (risas). Me siento en casa ya, aquí armé el departamento más lindo de mi vida.
Ficha técnica:
Óperas gratuitas al aire libre
Viernes 19 de diciembre - 21.30
Plaza Independencia - Gratuito.
Orquesta Sinfónica de la UNCuyo (dir: David Handel); Universitario de Mendoza (dir: Silvana Vallesi), Coro de Cámara de la Universidad (dir: Fernando Ballesteros) y Coro Municipal de Mendoza (dir: Ricardo Portillo)
Solistas: Carlos Vittori (tenor) - Jimena Semiz (soprano).
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