Ex rector de la UNCuyo, acaba de publicar su ensayo "El ateísmo".
Hace unos días el respetado antropólogo y docente presentó el volumen El ateísmo. A partir de las sagradas escrituras de las religiones reveladas. Se trata del primer ensayo publicado en Mendoza en formato libro dedicado a este tema, de ahí que muchos entusiastas subrayaran esta edición como un "momento bisagra" en la historia del pensamiento local.
Dedicado al padre Jorge Contreras y publicado por editorial Diógenes, el abordaje de Triviño repasa el pensamiento que articula y estructura al judaísmo, al cristianismo, al islamismo y al mormonismo, sin olvidar los textos ni las ideas que emergen del Popol Vuh y del Bagavad Gita.
Este rico desarrollo está precedido por un testimonio personal, en el que el ex rector de la UNCuyo y actual rector organizador de la Universidad Cooperativa de General Alvear, da cuenta de su paulatino pero irreversible paso de la fe dogmática a la incredulidad crítica.
En diálogo con MDZ explica las causas de la necesidad de creer en algo "superior", critica francamente las debilidades conceptuales del pensamiento religioso y desarrolla los puntos relevantes de su tesis.
- ¿Qué lo impulsó a escribir un ensayo sobre este tema?
- Me quedé con mucha bronca. Veo que es una especie de burla al ser humano no solamente no solo por los dogmas sino por las justificaciones que dan al momento de discutir el tema. Pongo un ejemplo concreto: cuando se ponen en duda la virginidad de la Virgen María, antes, durante y después del parto, la explicación que suelen dar es que como la luz que atraviesa un vidrio. Es una metáfora, pero es una metáfora que da la impresión de que a uno lo están tomando el pelo. La creencia religiosa no solamente para mí es motivo de crítica a un tipo de pensamiento que distorsiona la realidad, orientado hacia cosas inexistentes, sino que insisto en que me irrita la tomada de pelo que son las explicaciones.
- ¿Trabajó mucho tiempo en el libro?
- Lo tenía conversado con muchos amigos, inclusive religiosos, y fui juntando material, estudiando material de diversas religiones, fui directamente a las fuentes de las que se consideran religiones reveladas. Y lo escribí. La motivación fue el poner en consideración del lector un abordaje crítico del pensamiento religioso. Y aclaro, que la amistad que me unió al padre Jorge Contreras fue muy estrecha, trabajamos juntos en infinidad de lados sabiendo las diferencias ideológicas que teníamos. Por eso se lo dedico. No sólo hablé con él sino con otros amigos de otras confesiones religiosas y ni intención no es herir al creyente. Yo apunto al pensamiento religioso sostenido por las enormes estructuras organizacionales que tienen todas las religiones, que responden a una organización autoritaria, que cuando no tiene frenos se transforma en un autoritarismo durísimo. Como le pasa al catolicismo. Hoy no tiene Inquisición ni condena a herejes porque no puede pero cuando pudo hacerlo, lo hizo.
- ¿Cómo define al pensamiento religioso?
Como distorsionante de la realidad, es un instrumento de doble dominio: de dominio social a nivel de estructuras políticas y de dominio individual sobre la conciencia de cada ser humano que adopta una postura religiosa. Es un pensamiento limitativo que impide seguir indagando. Que impide conocer. He tenido la oportunidad de charlar con varios jóvenes y les he hecho el siguiente planteo: el origen del universo lo conocemos científicamente pero siempre hay algo más allá del Big Bang y miles de científicos y astrofísicos están dedicados a este tema. ¿Qué hay detrás del Big Bang? Hay dos posibilidades: primero, si está dios se acabó la investigación; segundo, si estamos liberados de una perspectiva sobrenatural, se sigue investigando. El pensamiento religioso tiene un enorme carácter restrictivo, limitativo.
- Las religiones, entendidas como estructuras de dominio, fueron creadas por nosotros, los seres humanos. ¿A qué se debe la necesidad de tener algo en qué creer?
- El pensamiento religioso no nace porque sí. La sociología y antropología religiosas intentan explicar porqué el hombre se aferra a esas creencias sobrenaturales y las explicaciones son muchas. El hombre ante la desmesura del cosmos, aunque esté acompañado por otros hombres, se siente solo, sin una explicación profunda. Entonces, ante la inexistencia durante siglos de un enfoque como el que ofrece la ciencia desde hace un tiempo, tiende a buscar una protección en el más allá. Esto es una síntesis de un planteo muy complejo. El hecho de que el ser humano busque una respuesta en lo sobrenatural no implica que esa explicación sea verdadera. Que la soledad cósmica del ser humano, lo lleve a aferrarse a una religión está bien, hay una explicación psicológica también para ello. El pensamiento religioso da consuelo, da una cierta seguridad, pero no es verdadero. Como sociólogo y antropólogo no discuto la validez de esta necesidad humana, pero sostengo que no es verdad en términos comprobables científicamente. Hay eminentes científicos, entre ellos el descubridor del genoma humano, que tienen una creencia religiosa, pero la separan. En el caso de estos científicos hay que analizar si en su ecuación personal cada uno elabora si hay o no contradicción entre su fe religiosa y la ciencia a la que se dedica. Pero el planteo va más allá: que ellos lo crean es una cuestión pero que demuestren que lo que están planteando es verdad es otro tema.
- ¿Cómo podría definirse el ateísmo?
- En materia religiosa está el escéptico, que es a quien no lo importa si hay religión o no, no le interesa. Después están aquellos que se definen como agnósticos, que plantean que el hombre es incapaz de conocer esa realidad última, si existe o no existe, lo deja pendiente, no se mete más allá. El ateo dice que tiene la convicción, la certeza de que no hay una realidad sobrenatural, de que no hay una realidad más allá de la materia, más allá del pensamiento humano. Para él no existe. No es que no le interese o sea incapaz de conocer. El ateo afirma que no hay un dios detrás de la realidad. Esta es una posición más definida que las anteriores. Esto no implica que el ateísmo sea dogmático, simplemente, los ateos procuramos que se nos respete nuestra libertad de pensamiento como a las otras creencias en un estado de derecho. El ateísmo moderno, actual, se plantea el decir que la realidad material es esta que tenemos y la realidad psíquica es un resultado de la vida humana que culmina en un psiquismo que es inteligencia, voluntad, etcétera, sin que haya detrás de eso ningún alma, ser sobrenatural o ningún dios. El ateo tiene la convicción de que no hay nada detrás de la realidad concreta.
- ¿Cuál es la diferencia entre teísmo laico y ateísmo?
- Cuando comenzó la crítica al pensamiento religioso en Occidente desde el propio seno de lo religioso, partiendo de Santo Tomás de Aquino que opuso razón y fe. Al surgir Iluminismo y el racionalismo se critica a fondo el pensamiento religioso y el exponente de esto es Voltaire que era teísta. Todo el racionalismo, Revolución Francesa incluida, era teísta. El teísmo es laico, sostiene la creencia en un dios no de alguna religión sino más bien a nivel intelectual, conceptual. Decían que desde el momento en que hay un reloj es que hay un relojero. Max Planck decía que para el creyente, dios está principio de su reflexión, mientras que para un científico dios está al final de su reflexión. Son todas formas de mostrar que no se adhiere a ninguna religión en particular pero se mantiene la idea de un ser superior. El dilema es: o nos alejamos de las religiones porque son todas impresentables y canallas y nos quedamos con este dios puro, conceptual, racional o nos volcamos al ateísmo. Del teísmo surgen dos conjeturas: una, la de un ser supremo que pone en funcionamiento el cosmos y después se hace el desentendido, no da más bolilla. Esto no nos sirve de nada para el conocimiento de la realidad, porque no hay ningún elemento de juicio más allá del decir que lo creó. Y la otra conjetura es que ese ser superior creó el cosmos, los mundos, el hombre y sigue atento a su providencia. Ahora está de moda hablar de diseño inteligente, que prevé las catástrofes cósmicas, los choques de galaxias, los agujeros negros, terremotos, volcanes, hambrunas, y todos los males periféricos, desde la extinción hasta las cadenas tróficas. Un dios que tiene una actitud de este tipo tampoco sirve de nada para explicar la vida ni la muerte. Decir que detrás de eso hay un dios no le agrega ni le quita nada al estudio de la realidad. De modo, que el teísmo laico, tampoco es válido.
- ¿Cómo se resuelve?
- Hay que asumir, con clara conciencia el ateísmo, la idea de que dios no existe. Ante la posibilidad racionalidad y ética de algún lector de que tenga algún resquicio para pensar esta posibilidad. No hay reflexión ética ni filosofía que aguante la realidad como es.
Mendoza tiene su primer libro en defensa del ateísmo
Como “una bisagra” en la historia del pensamiento libre de Mendoza fue calificada la edición del libro “El Ateísmo”, del antropólogo y ex rector de la UNCuyo Luis Triviño.
El volumen fue editado por la editorial Diógenes, que dirige Alejandro Crimi y fue presentado el primer día de diciembre, con un acto realizado en el auditorio de la Caja de la Salud y frente a una sala llena, a la que le faltó lugar, debido al interés ocasionado por el tema del libro, las palabras de su autor y por el panel de presentación.
Precisamente, la tarea de mostrarlo al público estuvo a cargo, en orden cronológico, de Daniel de Lucia, Gabriel Conte, Marcelo Puertas, Susana Tampieri y Roberto Rosas.
“A Puertas, Conte y De Lucía los invité porque hemos tenido conversaciones en diversas oportunidades, y pensé que su ideario podía aportar al análisis del asunto. Bueno, Susana Tampieri es una verdadera maestra en el asunto y con Roberto Rosas pasó algo especial”, explicó Triviño, justificando a un panel que en reiteradas ocasiones manifestó su “halago” por estar allí.
Seguidamente, contó lo de Rosas: “Leí una nota que le hizo el diario Uno en donde Rosas, que es el gran escultor mendocino, explicaba con absoluta sencillez que él creaba ángeles no por tener creencia religiosa alguna, sino porque le gustaba hacerlo; dijo, sin tapujos en esa nota: ´yo soy ateo´. Y, la verdad, es que fue la primera vez que leo que alguna personalidad pública lo admite en Mendoza tan abiertamente”, relató el autor del nuevo libro.
Rosas, por su parte, relató con sinceridad que “nunca leí un texto religioso en mi vida; pero no por alguna cuestión especial, sino porque siempre me resultó algo latoso”.
El abogado Marcelo Puertas destacó al autor, porque, dijo, “sin un autor con la coherencia de Triviño no podríamos tener este libro para abrir públicamente tan importante debate”.
Por su parte Conte, al referirse a “El Ateísmo”, indicó que “parece mentira que Luis Triviño sea quien venga a ´sacar del clóset´ a miles de ateos”, parangonando el ocultamiento de éstos al silencio de muchos homosexuales que temen confesar su orientación.
La dramaturga Susana Tampieri, en sólo 20 minutos, desarrolló un implacable análisis sobre las secuelas que las creencias religiosas han generado, principalmente, en las mujeres (ver aparte). Enumeró, además, una serie de privilegios que le han sido otorgados con leyes sancionadas por el Congreso nacional y otras, mediante decretos de diferentes gobiernos, a la curia católica.
Hubo coincidencias en que es la primera vez que el tema se difunde en formato de libro, teniendo en cuenta que grandes pensadores mendocinos lo abordaron desde sus discursos, documentos y textos diversos a lo largo de la historia, y últimamente por intermedio de blogs (se destacó en la oportunidad RazónAtea.blogspot.com, del mendocino Fernando Toledo) pero nunca en un libro.
De allí la calificación de “momento bisagra” que se le dio al acto.
En el público vibró un clima de tensión. La sala repleta no lo estuvo sólo de afines al tema; había todo tipo de personas, desde “embajadores informales” de las religiones, hasta ateos formados por el marxismo; verdaderos religiosos (como el sacerdote católico Vicente Reale, quien al terminar el acto escribió una columna para este diario, que se puede leer aparte), académicos (como el vicerrector de la Universidad Nacional de Cuyo, Gustavo Kent, entre muchos otros), dirigentes sociales (Pedro Zalazar, Ramón Abalo, Roberto Chediak) y pocos políticos (entre los que se puede mencionar al socialista Manuel Liberal y el radical Alberto Monetti).
Se habló del impulso necesario que debe dársele al debate. Y se tuvo en cuenta que “no se ha dado hasta ahora en virtud del tamaño desproporcionado de la respuesta y las represalias que se suele dar desde quienes defienden las creencias religiosas como algo absoluto y sin discusión”, según coincidieron todos los panelistas.
“Es todo cuanto tengo que decir”, se lo escuchó exhalar, como dejando en evidencia cierto alivio de confesión, al escultor Roberto Rosas, luego de admitir: ´Si, soy ateo´. Pero lo mejor vino inmediatamente después, cuando dejó para los aplausos y las risas del público: ´qué se yo; que dios me perdone´”.
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22 de noviembre de 2024