La paciencia del pueblo boliviano se terminó con la aprobación de la ley de hidrocarburos acompañada de las transnacionales petroleras que le dan importancia a la inversión extranjera. Se trata de pactos del gobierno en los que generalmente se pide mucho al pueblo que casi ya no tiene nada y en los que los gobiernos generalmente no ceden nada, sino más que promesas que casi nunca se cumplen.
La ley de hidrocarburos en su propuesta otorga el 18% de regalías y 32% de impuestos deducible. En julio del año pasado ya había habido un referéndum precisamente sobre el tema. Debido a la ambigüedad de la pregunta sobre el monto de las regalías, hoy subsiste el debate político acerca del significado de esa consulta ciudadana.
En cambio, las organizaciones sociales y partidos de la oposición no permitieron que la voluntad soberana del pueblo sea alterada y desconocida. Ratifican que su exigencia es que la nueva Ley de Hidrocarburos determine el incremento inmediato de la regalía al 50 por ciento en boca de pozo para el Estado Boliviano.
La desacreditación de los movimientos sociales por parte del gobierno tratando de "criminal" a las protestas sociales, cuestionando a sectores críticos de la prensa y los recientes bloqueos de rutas que paralizaron a Bolivia por varios días impulsados por grupos de izquierda como el MAS de Evo Morales, refleja que los que tienen que ejercer la democracia a veces se olvidan.
Por esto el presidente Mesa renunció el 7 de marzo. Se negaba a aceptar el cambio de la ley o a usar el estado de sitio y la fuerza para reprimir los bloqueos. El Congreso no aceptó la renuncia. Recientemente el gobierno está haciendo esfuerzos por lograr un pacto de unidad nacional que garantice la vigencia y la profundización de la democracia dentro de una crisis de credibilidad y de legitimidad.
La agenda de octubre del gobierno boliviano, que habla de asamblea constituyente, referéndum sobre el gas y ley de hidrocarburos que permite la propiedad del Estado, despierta esperanzas en las organizaciones sociales que defienden integralmente toda la propuesta del título de derechos campesinos, indígenas y originarios dentro la Ley de Hidrocarburos.
Quizás los gobiernos latinoamericanos necesitan de un grito por parte del pueblo para que se den cuenta de que todavía existe alguien además de sus intereses personales.
Federico Lemos
Escenario Latinoamericano