Ópera. Esta noche se estrena en la sala mayor la obra de Donizetti con producción íntegramente mendocina.
Mendoza se vestirá de gala esta noche para recibir El elixir de amor, la ópera producida, dirigida y protagonizada exclusivamente por mendocinos que dará funciones en el teatro Independencia.
Fue la sala mayor de nuestra provincia la encargada de comandar este emprendimiento artístico que se convierte en una de las pocas oportunidades que tiene el público local de apreciar en vivo el género operístico.
Nadie mejor en esta tierra que la regiseur Marizul Ibáñez para dar marcha al proyecto de la mano de grandes maestros locales de la música, el canto y la actuación. Así, El elixir de amor, de Gaetano Donizetti, llega a escena con cinco cantantes líricos solistas, el Coro de Cámara de la UNCuyo (dirigido por Fernando Ballesteros) y la Orquesta Filarmónica de Mendoza (bajo la dirección de Pablo Herrero Pondal), más una pareja de bailarines y un grupo de actores figurantes.
Cada cual en su rol, apoyados por los generosos conocimientos de la maestra Fenicia Pepa Cangemi, los artistas locales se unieron para dar forma a una verdadera y divertida historia de amor en dos actos, que no es una ópera bufa pero tampoco pertenece al romanticismo, sino que llegó en 1832 para romper con ciertos moldes del género en Italia.
“Elegí esta pieza porque es una de las tantas óperas que deseaba hacer y porque la podía hacer acá, con jóvenes profesionales que la pudieran abordar en un tiempo que no fue muy extenso”, explica Ibáñez respecto a la ópera que comenzó a gestarse en diciembre pasado.
Y sigue: “Cuanto más se conoce esta obra, más se la admira, es una exquisitez, está considerada una joyita dentro del repertorio musical. La podemos denominar como una comedia cómica, porque no es una ópera bufa donde los personajes son más caricaturescos ni una ópera romántica. Pero sí es antecesora de varias creaciones, porque Romani, el autor del texto, humanizó a los personajes”.
Por su parte, Ballesteros aporta: “El elixir de amor no es fácil, exige una gran preparación musical porque es una ópera de estilo, detallista, que juega con muchos adornos, con muchas delicadezas, a diferencia del estilo verdiano, por ejemplo. Este es uno de los estilos más difíciles de hacer junto con la ópera mozartiana”.
Fue justamente ésta una de las óperas que el tenor y director de coros mendocino investigó en el Metropolitan Opera House de Estados Unidos. La ópera como género “tiene tres patas”, detalla Ballesteros y enumera: “Una es la dirección orquestal, que suma a los solistas e instrumentistas; después está el director de coros, que aporta un volumen importante y de impacto en la obra, y el director escénico, que reúne las otras direcciones y crea el acabado de la obra”.
Con lo cual, el maestro concluye: “Las tres patas son fundamentales y deben estar en armonía”. El Coro de Cámara de la UNCuyo, que dirige Ballesteros, es uno de los más antiguos de nuestra provincia. Fue creado en 1950 por el maestro Julio Perceval y ha realizado temporadas enteras de óperas de todos los estilos.
Sobre esta experiencia poco habitual en la provincia, el tenor remarca: “Es el momento de estrechar los brazos, no para hacer una ópera por el gusto de los cantantes, sino porque hay una falencia de música lírica y una avidez por este tipo de música. No es un problema de presupuesto, sino de aunar voluntades, tanto artísticas como políticas”.
Por su lado, el director de la Filarmónica, Herrero Pondal, manifiesta: “Esta obra es puro bell canto italiano, es larga y difícil, pero me gusta”, a lo que agregó su opinión respecto a participar del proyecto: “Es como un concierto más, el desafío es ensamblar cada parte, las voces con la música. Tuvimos ensayos ajustados con los tiempos porque las partituras no llegaban y hubo problemas técnicos, como pasa siempre. Pero fue un trabajo importante, ojalá sea el puntapié para que se haga ópera con artistas locales y no tener que traer gente de afuera siempre”.
El elixir de amor contó a su vez con el apoyo de la Fundación Ópera de San Juan, organismo que les facilitó el impactante vestuario.
La idea de Marizul Ibáñez no es dar punto final a la ópera el próximo miércoles, cuando realice su cuarta y última función en el Independencia. Pero, “por la experiencia pasada trato de disfrutar más de lo inmediato”, sostiene en referencia a Rigoletto, última producción operística de Marizul que dio pocas funciones locales.
No obstante, la regiseur considera: “Es una ópera que se puede llevar tranquilamente a los departamentos, por ejemplo”.
¿Por qué insistir con la producción local de óperas? Marizul responde: “Porque la ópera integra a mucha gente, a muchas artes, en ella pueden participar jóvenes, niños y adultos, es para todo tipo de público ya que hay diferentes óperas, es un género que vale la pena explotar, encararlo. Y eso el público lo sabe, por eso llena una sala cuando se presenta una ópera”.
¿Es cierto que una ópera requiere de mucho tiempo de preparación? “No es tan así, se cree que es imposible hacer una ópera y, como ves, no es así, si aunás esfuerzos y voluntades todo se puede”, remata.
La opinión de los protagonistas
“Ésta es una gran oportunidad y me encanta porque se les ha dado lugar a los artistas mendocinos. Es un orgullo formar parte de este proyecto, con un equipo de una calidad humana increíble. Espero que éste sea el primer paso para que se empiecen a hacer más óperas en Mendoza. El público lo está esperando y nosotros también. En cuanto al personaje, Adina juega con el amor, es una conquistadora, y me enriqueció mucho en lo profesional”. Griselda López Soprano
“Es difícil que se hagan óperas en Mendoza, por eso lo estoy aprovechando al máximo. Hay mucho talento lírico local desparramado por el mundo y no quiero que pase más. Ésta es una buena oportunidad para mostrarnos y demostrar lo que hacemos. En cuanto a Nemorino, es mi gran papel, es mi primer protagónico, un gran desafío. Al principio temía poder hacerlo, no lo conocía mucho, y ahora hasta me siento identificado con mi personaje”. Mariano Leotta tenor
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22 de noviembre de 2024