En Mendoza hay jóvenes de 13 años que imaginan cómo hacer del mundo en el que viven un lugar más fácil para las personas desfavorecidas. Son capaces de dejar de pensar en sí mismos y sus necesidades, de concentrarse en otros y ponerse a dilucidar cómo resolver problemas que afectan a los demás.
Son tres estudiantes y un profesor de dos escuelas secundarias que impulsan proyectos para el aprendizaje del Braille a través de un prototipo para la digitación de este sistema. También diseñaron un teclado adaptado desarrollado en una impresora 3D. La idea es que estas propuestas sirvan como apoyo para las personas ciegas.
En la iniciativa interviene la Facultad de Educación de la Universidad Nacional de Cuyo, que ofrece diversas carreras vinculadas al ámbito de la salud y la educación, y que en este caso colaborará para validar los proyectos e intermediará con la comunidad ciega de Mendoza para ayudar a mejorar la experiencia de quienes tienen que aprender el Braille.
Uno de los desarrollos es responsabilidad de Josefina Ravotti y Matías Oliva, estudiantes de primer año de la orientación en Informática de la escuela Martín Zapata; en tanto que el otro está impulsado por Diego Cortez, estudiante de la escuela Emilio Civit. Los dos proyectos se presentaron en una reunión ante especialistas de la Facultad de Educación para colaborar con la comunidad ciega de Mendoza.
Una Facultad a favor de la inclusión
Mariela Farrando, referente por el Profesorado Universitario de Pedagogía Terapéutica en Discapacidad Visual de la Facultad, explicó lo valioso que es que jóvenes de escuelas secundarias estén trabajando a favor de la inclusión y que se lleven a aulas de educación común las problemáticas de la diversidad. Al mismo tiempo ofreció la colaboración de la Facultad para hacer de puente entre las iniciativas, los usuarios y los profesionales del ámbito de la discapacidad visual para que los prototipos avancen. “Lo que se necesita es que los usuarios validen estos prototipos, es lo más importante”, aclaró la profesional. A su vez informó que desde esa Unidad Académica se va a tomar contacto con los egresados e instituciones que tienen relación con personas ciegas para acercar ambas iniciativas y que los interesados puedan realizar aportes desde la especificidad.
Interfaz de aprendizaje para el sistema Braille
Los estudiantes de la Escuela Martín Zapata desarrollaron una interfaz para aprender el sistema Braille, en la que utilizaron el software Scratch, que está orientado al aprendizaje y a la simplicidad, y el hardware Arduino, que es libre y de muy fácil acceso.
Sobre la interfaz, el profesor que acompaña y guía a los estudiantes, Abel Serú explicó que junto a los jóvenes crearon una interfaz muy sencilla, de seis pulsadores, que imitaría la digitación de una máquina Perkins. “Al pulsarlos se obtiene una devolución instantánea del carácter, número o símbolo que se reconoció, tanto visualmente en pantalla como por sonido”, detalló el docente durante la reunión en Educación.
Con estas dos herramientas, y como práctica del taller de robótica, los estudiantes crearon una interfaz que permite obtener instantáneamente una devolución tanto por imagen como de sonido de un caracter que se ha digitado – letra, número o símbolo-. “Esto permite a cualquier persona que necesite aprender Braille ejercitar la digitación, aislada de los caracteres”, sostuvo Serú.
Josefina Ravotti y Matías Oliva explicaron que no fue complicado idear el dispositivo pero sí les costó hacerlo. “Ya teníamos los conocimientos previos que el profesor Serú nos había enseñado y sobre esa base lo armamos”, manifestaron.
El próximo paso del proyecto del Martín Zapata sería avanzar hacia una interfaz completa, en la que conectando un dispositivo USB, se pueda volcar la digitación directamente en el sistema operativo, más allá de interactuar con el software Scratch, adelantaron.
Teclado en Braille
Por su parte el estudiante de la escuela Emilio Civit, Diego Cortez, desarrolló un prototipo que reemplaza cada una de las teclas convencionales de un teclado por su letra en Braille y que facilitaría el aprendizaje del sistema.
“Sirve para que una persona ciega aprenda las posiciones de las teclas de un teclado común -teclado qwerty- y también para una persona que ya sabe la posición de las teclas y tiene noción del uso de una computadora”, explicó Cortez.
Diego relató cómo fue evolucionando su proyecto: “Al principio mi idea era sólo trabajar sobre un teclado normal, desde las letras hasta los números”, señaló. Luego aclaró que realizó un proceso de validación en la Asociación UniRedes y allí conoció a profesores de Braille y a chicos que van a aprender y validaron el proyecto, que todavía tiene que atravesar otras instancias de validación con la Facultad de Educación. “En el proceso de validación los chicos me fueron instruyendo y me explicaron que la simplificación del mouse u otras acciones las hacen con las teclas de funciones, tabulador o shift. A partir de allí fui diseñando las otras teclas”, concluyó Cortez.