UNO comprobó esta semana que las mesas de evaluación de los alumnos de escuelas secundarias registraron un alto nivel de ausentes y desaprobados. “Son analfabetos funcionales”, coincidieron.
Los altos niveles de fracaso escolar que muestran los alumnos de la escuela secundaria, visibles en las mesas de exámenes que terminan hoy, están enraizados en varios factores.
El gran ausentismo de alumnos en las evaluaciones y la gran cantidad de desaprobados –panorama que pudo comprobar UNO en una recorrida que hizo el miércoles por establecimientos del Gran Mendoza– fue analizado por tres especialistas.
Coincidieron en que los jóvenes sufren de “analfabetismo funcional” porque no han incorporado destrezas cognitivas básicas, y además muestran un gran desinterés porque hay un creciente divorcio entre lo que la escuela enseña y los intereses de la juventud.
Por otro lado, y como parte de este panorama, los especialistas mencionaron que la carrera docente ha decaído en la consideración social, y hoy los docentes están mal pagados y poco estimulados.
También remarcaron que la percepción social de la educación como un valor se ha perdido, dando lugar a “la cultura de la inmediatez”.
Los referentes destacaron además que éste no es sólo un mal de esta provincia. Según insistieron, se presenta en todas las sociedades aunque con características variadas.
Además enfatizaron que no hay que buscar culpables únicos, “no se trata de echar toda la culpa a los jóvenes, o a los padres, o al Estado o a los docentes”, subrayaron.
Una docente de Literatura de una escuela secundaria se lamentó: “Ahora los chicos aunque saben leer son analfabetos funcionales, porque desde el punto de vista técnico aprenden a leer, pero no comprenden lo que leen. Esto explica por qué el padre viene a la escuela y dice ‘pero si yo lo vi sentado toda la tarde estudiando’, pero en realidad si no es capaz de comprender y explicar lo que estudió no sirve de nada y termina fracasando en la prueba”.
También tienen un desinterés general por la vida escolar.
Una profesora de Geografía contó sorprendida que sólo uno de los chicos de su mesa de examen aprobó con 6, y el resto todos desaprobaron.
“Cuando lo busqué a este nene para volver a ver su prueba y tratar de ver si podía aprobar, ya no estaba. No tienen interés en defender su nota, parece que les diera lo mismo”, se quejó la docente.
Tres teorías sobre el escaso interés de los chicos en el estudio
“No saben estudiar”
Por Estela Zalba. Profesora y licenciada en Lengua y Literatura. Docente de las facultades de Filosofía y de Ciencias Políticas de la UNCuyo.
“Hay un tema que atraviesa toda la problemática del fracaso escolar y es el escaso desarrollo de las destrezas cognitivas básicas. A los jóvenes les cuesta estudiar porque no saben estudiar, no comprenden lo que leen, esto explica por qué fracasan en el estudio de materias como Geografía o Historia, donde justamente tienen que entender textos. Les cuesta comprender procesos históricos y las complejidades de los fenómenos geográficos, porque las destrezas cognitivas, como integrar, sistematizar o esquematizar información, no las tienen incorporadas. Incluso esta problemática es un emergente transversal en todas las carreras de la universidad. Los estudiantes de todas las carreras manifiestan este tipo de problemas porque no tienen hábitos de estudio.
“Para cambiar esta situación no les hace falta hacer grandes cambios curriculares, se trata de cambiar las metodologías de enseñanza para lograr que los alumnos comprendan lo que leen. El sujeto de aprendizaje que hoy tenemos en las aulas es distinto del sujeto que teníamos hace diez años no más, por eso es necesario cambiar el modo de llegar a los alumnos. Si esto no se logra, por más que se sigan creando escuelas y mejorando la infraestructura los resultados no mejoran.
“Otra pata del problema es el régimen docente: hay profesores desperdigados por varias escuelas, por lo que no pueden involucrarse con sus escuelas. Es el famoso problema de los profesores taxis. El problema del fracaso escolar es multicausal y avanza en todos los lugares del mundo. Una de las cosas que más me sorprenden es que los estudiantes no aprovechan los espacios de consulta y orientación. “Probablemente los padres no conocen estos espacios y por eso no los motivan ni tampoco los obligan a asistir”.
“Cambió el modelo social”
Por Juan Carlos Aguiló, Sociólogo, Decano de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNCuyo.
“En primer lugar tenemos que tener en cuenta el importante deterioro social que han sufrido muchos sectores sociales en los últimos 20 años. Hoy el capital cultural del hogar se ha deteriorado.
Pero los 25 años de destrucción en materia de educación, del ’76 en adelante, ahora se reflejan en la sociedad.
“Otro factor que colabora en el deterioro de la educación es la escasa consideración que hay hacia los docentes, con salarios atrasados y baja autoestima.
“Hoy la cultura no privilegia a la educación como el mecanismo del ascenso social. Los modelos sociales que transmiten los medios masivos de comunicación y que los chicos copian se basan en el éxito y la fama inmediatos. Éste es un mensaje complicado, ellos creen que el triunfo puede ser inmediato.
“Además las estructuras tecnológicas con las que hoy conviven los chicos los llevan a pensar que todo es inmediato. Tienen un bombardeo constante donde perciben que el éxito a nivel social no está relacionado con lo educativo. “Hay un problema de validación social de lo educativo. Hoy quieren ser como las figuras que ven en la tele, en el mejor de los casos como las estrellas del deporte, aunque no perciben que detrás del éxito deportivo también hay dedicación y esfuerzo. Y en el peor de los casos se representan en las figuras mediáticas del espectáculo, lo cual es lamentable.
“Antes, en las familias más pobres la idea del ascenso social por la educación era un valor fundamental que motorizaba a los jóvenes para estudiar; pero hoy los niveles y las características de la pobreza son distintas, por lo tanto aún en los sectores marginales no hay certeza de que la educación signifique ascenso social. Eso implica una ruptura profunda respecto a los anteriores”.
“Se aprende con esfuerzo”
Por Mónica Matilla. Licenciada en Psicopedagogía, magíster de la UBA en Didáctica e Investigadora de la UNCuyo.
“La raíz del problema del fracaso escolar es compleja. Por un lado, todas las situaciones sociales que hoy se viven en las familias explotan en la escuela y esto inevitablemente repercute en la educación. Pero uno de los problemas de fondo de esta situación es la falta de control que hay sobre los resultados en la enseñanza. Todos conocen el diagnóstico del problema y los docentes planifican y diseñan en el papel las estrategias de enseñanza, pero falta supervisar más la ejecución para saber si lo que se pensó se concretó y si realmente sirvió. Es lo que yo llamo la enseñanza narrada, contar y documentar lo que hicimos y sus resultados. Fallan los canales de evaluación cualitativa.
“También se ha perjudicado la educación con paradigmas equivocados. En la década anterior estuvo instalada la creencia de que la educación debía ser fácil y divertida, de modo de facilitarles a los chicos el proceso de aprendizaje; pero ahora es necesario reinstalar en los chicos la cultura de que sólo se aprende con esfuerzo. Yo escuché que la directora de Escuelas (Iris María Lima) dijo que los globales se sacaron porque eran pruebas muy largas para los niños chiquitos; pero estudiar es esforzarse.
“Otro factor que se mezcla con el bajo rendimiento escolar es la pérdida de credibilidad que hoy sufrimos los docentes, hoy por poco no pedimos disculpas cada vez que decimos que damos clase; este desprestigio se ve en los salarios, en el respeto social y en todos los ámbitos, y por supuesto esto repercute en la enseñanza.
“Es hora de que se comiencen a ejecutar cambios para que la formación de jóvenes cambie”.
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22 de noviembre de 2024