El entrenamiento de un atleta debe abarcar tanto el nivel físico como el mental y psicológico. Aplicar la neurociencia resulta fundamental porque ayudará a entender cómo reacciona el cerebro de un deportista durante las competencias. En ese contexto, el consultor Internacional y especialista en Neurociencias en el Liderazgo Estratégico, Roberto Bataller, analizó la importancia de la incorporación de la disciplina en el deporte en un taller que dictó en el CICUNC.
La actividad marcó el cierre de la tercera edición de la “Semana de la Salud Integral”, una propuesta de la UNCUYO para promover la educación, prevención y promoción de la salud en la comunidad universitaria.
En el inicio de la jornada, Bataller agradeció la participación del público, hizo un breve recorrido de su formación académica y trayectoria profesional, del estado actual y del impacto de la neurociencia en los últimos 30 años, y destacó la “responsabilidad que supone el aprendizaje, que es transferir lo que uno sabe”.
Para el psicólogo de la Universidad del Aconcagua, a partir de que las neurociencias comienzan a desarrollar un conjunto de herramientas y de conceptos de aplicación, el área del deporte es un campo que también se ve involucrado. “La neurociencia tiene un conjunto de herramientas que se pueden aplicar al deporte tanto amateur como profesional. Esto significa entrenar el cerebro para desarrollar habilidades que se pueden aplicar desde el management o la economía, pero la disciplina además tiene una alta aplicabilidad en todo lo que es la función motora y cognitiva en el deporte”, explicó el autor del libro “Liderando Paradigmas”.
En ese sentido, Bataller destacó algunas herramientas como la cantidad de atención y concentración, la capacidad de observación, el nivel o estado de relajamiento o de tensión muscular adecuado, y la coordinación visomotora para mejorar o potenciar el rendimiento deportivo. “Estas cuatro competencias casi que son universales a todos los deportes, después están las de alto rendimiento o las específicas a alguna práctica deportiva”, sostuvo el director académico del Diplomado de Neurociencias aplicadas a la Gestión y Economía de la facultad de Ciencias Económicas de la UNCUYO.
Asimismo, el director del Instituto Latinoamericano de Neurociencias Aplicadas, sostuvo que la neurociencia es útil en el deporte porque entrena las áreas del cerebro que están en actividad en el momento de la práctica. “Es decir aquellos centros cerebrales -que coordinan nuestra conducta en el momento de la actividad deportiva- que estén mucho más entrenados y desarrollados posibilitarán una mejora en la perfomance del atleta”, manifestó.
En esa dirección, Bataller además cito un ejemplo concreto: “El deportista por lo general sabe concentrarse, pero eso no significa que tenga episodios de desconcentración, y ellos están asociados a episodios anímicos en la práctica deportiva. Está distraído, desmotivado, hay una idea que no ha sabido erradicar de la cabeza que boicoteó su funcionamiento, y eso pasa porque no tiene herramientas para contrarrestar eso. Se lo debe entrenar neurocognitivamente. Esta es una neurociencia cognitiva no biológica. Nosotros no estudiamos el cerebro, sino vemos qué ideas o emociones aparecen en la cabeza de la persona a partir de cómo funciona el cerebro, cuál es el mapa mental del deportista a la hora de desarrollar el evento”.
A continuación, el profesional indicó que una de las ventajas de esta propuesta es la medición. Y en tal sentido describió que se puede medir el nivel de ansiedad, concentración, observación, visión periférica y coordinación visomotora. “Eso lo puedo medir antes, durante y después del programa de entrenamiento neurocognitivo, razón por la cual voy a estar permanentemente viendo la curva de ganancia, y lo voy a ver no solo en el rendimiento sino en la medición. Si yo no mido no voy a gestionar adecuadamente, entonces cada atleta que va a ingresar a un programa de estos necesita una etapa de relevamiento para ver en qué lugar estamos parados”, ejemplificó el docente internacional titular de Harvard Business School de Harvard University.